Por Darío Pignata - dpignata@ellitoral.com
Con la capa, la varita, la lechuza y el espejo. Como si hubiera cambiado su origen en “La Quema” por el Colegio de los Hogwarts. Es que no está mal la ocurrencia del “Turco” Mohamed cuando ayer cerró la rueda de prensa diciendo “Hice magia...soy amigo de Harry Potter”, al responder porqué pasó de estar en descenso directo a sacar 13 puntos de 18 y escapar hoy de todos los males.
Esa piedra, originalmente llamada “del hechicero” y luego “filosofal”, es un objeto mítico que tiene leyendas desde hace muchos años. Casi tantas como las que tiene este popular club que este lunes cumple 103 años y que se llama Colón. Y casi tantas historias como las que en un par de días recordará, concretamente el 10 de mayo, su mítico estadio. Y si bien Banfield no es un grande, la reacción de este sábado -en función del partido y la importancia de los puntos ganados- podría igualarse a cualquiera de esas epopeyas que le dieron vida al Cementerio de los Elefantes. Porque aunque este sufrimiento del promedio posiblemente llegue hasta el mismo final del campeonato, Colón ganó algo más que tres puntos. Le ganó a sus propios miedos, esos que se pegaron una vuelta y anclaron hace una semana en el puerto de Bahía Blanca, haciendo resucitar a un Olimpo que estaba muerto. Y le ganó a esos accidentes que antes eran fatales para este equipo: porque cuando ganaba 1-0 y Lucchetti había salvado el 2-0 primero (cabezazo de Cardetti) y el 3-0 después (a “Tito” Ramírez contra el palo), Banfield usó un centro llovido, largo y previsible de unos 35 metros de Quinteros, que sobró a un arquero mal parado y con carambola mediante -pegó en el travesaño, le pegó en la nuca y fue autogol- empató el partido. Fue el mismo Blázquez, acomodando su pifia, el que se lo sacó dos veces a Patiño con Colón noqueado en la hierba.
Ese equipo confundido con hinchas desconfiados que se fue al vestuario 1 a 1, volvió con todo de las duchas. Como si el “Turco” Mohamed fuera en serio Harry Potter y hubiera hecho magia en los 15 minutos del entretiempo. Fue tal el cambio que ese equipo que se fue a las duchas sin dar dos pases seguidos, marcó uno de los goles más bonitos por concepción colectiva de los últimos tiempos en Santa Fe. Tiene todo ese 2-1 para candidatearse a mitad del sábado como el gol de la fecha en el fútbol de Argentina. Veamos si El Litoral puede contar desde el teclado lo que ve en la tele la noche de domingo: 1) Se paró Capurro como patrón del mediocampo y la cruzó del medio hacia la izquierda; 2) La bajó Jerez, que había reemplazado al lesionado Chitzzof, como un carrilero zurdo adelantado; 3) El que la recibió fue Cardetti, el más retrasado de los puntas que la metió -como venía- de zurda bien pasada al segundo palo; 4) Por ese lugar, por la puerta de atrás, entró Gandín y el “Chipi” bajó con un gran gesto técnico, estando en el aire y casi poniendo el botín de apoyo sobre la misma raya de fondo; 5) El toque final, con el mérito de estar ubicado donde deben estar los “9” de área, lo dio “Tito” Ramírez empujándola al gol abajo del arco. Fantasía pura el segundo gol, con cinco toques de memoria, con un gol que pareció olvidado de hace años, de otro partido, de potrero, como si fuera de aquéllos inicios de “El Campito”, donde los que fundaron Colón allá por 1905 jugaban simplemente por jugar a la pelota.
Así, con un gol de hace 103 años, Colón lo quebró a un siempre complicado Banfield. Y después, con los ingresos de Rivarola y Rodrigo Díaz, aseguró la bocha. Justamente, los nombrados -primero el “Rengo”, después “Pirulo”- aprovecharon un quite fenomenal del comprometido Ariel Garcé, la tocaron dos veces, apareció “Tito”, arrastró las marcas Gandín y Ramírez marcó el más lindo de todos los goles que lleva con la camiseta de Colón desde que vino de Margarita: un corte, una quebrada, un zurdazo y a gritar. Así, como por arte de magia, “Tito” terminó con las Artes Oscuras y cambió miles de insultos por varios miles de aplausos.
Con la piedra filosofal
Ese Colegio de Hogwarts al que llegó Harry para desarrollar su magia es el que tiene la piedra filosofal, una piedra que da vida eterna. Y hoy Colón, de la mano de Mohamed, siente en su bolsillo el peso de esa piedra que da vida. Porque nadie puede negar que este es otro Colón. Con los mismos jugadores, con el mismo miedo del promedio, con la misma camiseta, jugando con la misma ansiedad de su gente.
Entonces, es en ese punto donde lo de Mohamed puede ser casi comparable con Harry Potter. Porque Colón cambió en todo y porque cambiaron todos. Se podría tomar de ejemplo una pelota trabajada, como la del primer gol, a la salida de un córner, donde Cardetti amaga con devolver a Chitzzof, engaña, saca el centro y Prediger la manda al gol de cabeza. Se podría hablar del “nuevo “Tito” Ramírez”, jugador del cual este cuerpo técnico siempre estuvo convencido de poner como “9” antes de pisar Santa Fe. Se podría citar al mejor Capurro en años.
Pero yo quiero reflejar lo de Harry Potter Mohamed a partir del “Chino” Garcé y no precisamente por lo futbolístico. No porque sus partidos como líbero no sean contundentes y su puesto -libre, último hombre- no sea determinante para manejar la línea de tres. Sino porque Garcé, como muchos jugadores, quedaron sospechosamente cuestionados respecto de su compromiso con Colón para pelear un descenso. Y fue el mismo “Chino” quien pidió jugar con un desgarro y debió ser infiltrado en el entretiempo cuando el músculo se enfrió.
Es todo un síntoma, una señal, una bandera. Como lo fue Ramírez, según confesó Mohamed, entrenando en turnos separados para ponerse bien físicamente. O Capurro aprovechando ahora, con la experiencia de los años, el tren que tantas veces dejó pasar. Y hasta lo del “Bichi” Fuertes, goleador histórico, ídolo y símbolo eterno, entrenando a la par del plantel sabiendo que en este torneo no podrá jugar. Si Mohamed con su magia de Harry Potter no generaba esta reacción en el plantel, Colón a esta altura hubiera estado marcado para irse al descenso. Hoy parece un anécdota, pero era la realidad de ese momento después de perder con Boca.
Harry Potter Mohamed
Es cierto, como dice el “Turco”, que está milonga del promedio seguirá hasta el mismo final. Y también es real, después de lo que pasó en Bahía Blanca hace una semana, que Colón no puede aflojar ni aflojarse. Pero en la vigilia camino a los 103 años que se cumplen este lunes, el hincha de Colón puede hacer un alto en este duro camino para sonreir un rato. Para levantar la copa y festejar aliviado la magia de Mohamed en estos seis partidos.
Porque a la piedra filosofal que está salvando a Colón la trajo el “Turco” desde China. Es esa piedra que da vida. Quizás hoy es una simple anécdota, pero...¿se acuerda el lector hincha o socio de Colón dónde había quedado el equipo ese viernes a la noche cuando San Martín ganó en San Juan antes que el “sabalero” jugara con Independiente? En descenso directo. Hoy, apenas unas fechas después, con 13 puntos sumados de 18, Colón está escapando de todo, de los dos descensos y las dos promociones. Es cierto que falta. Pero esto que pasó en tan poco tiempo en Colón sólo pasa en los cuentos. En los cuentos de magia. Como “Harry Potter y la piedra filosofal”, el primer libro de los siete acerca del joven mago Harry Potter, escritos por J.K. Rowling, que salió a la venta el 30 de junio de 1997 y sobre el cual se hizo una película basada en el mismo en el 2001.
Síntesis
Colón: Sebastián Blázquez; Diego Reynoso, Ariel Garcé, Marcelo Goux; Sebastián Romero, Sebastián Prediger, Alejandro Capurro, Diego Chitzoff; Martín Cardetti, Rubén Ramírez y Darío Gandín. Director técnico: Antonio Mohamed.
Banfield: Cristian Lucchetti; Marcos Galarza, José Devaca, Javier Sanguinetti, Ariel Broggi; Jairo Patiño, Daniel Quinteros, Javier Villarreal, Luciano Civelli; Darío Cvitanich y Jerónimo Barrales. Director técnico: Miguel Jerez.
Goles en el primer tiempo: 1m. 40s. Prediger (C), 23m. Blázquez (C) en contra.
Goles en el segundo tiempo: 4m. y 26m. Ramírez (C); 44m. Cvitanich (B).
Cambio en el primer tiempo: 27m. Pablo Jerez por Chitzoff (C).
Cambios en el segundo tiempo: 8m. Germán Rivarola por Cardetti (C), 19m. Rodrigo Díaz por Romero (C), 21m. Maximiliano Laso por Broggi (B), 42m. Cristian García por Patiño (B).
Incidencia en el segundo tiempo: 29m. expulsado Villarreal (B).
Árbitro: Juan Pablo Pompei.
Cancha: Colón.































