De la redacción de El Litoral
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La Costa se hartó de los cortes de luz, reiterados y cada vez más prolongados. Anoche, vecinos de La Guardia cortaron las rutas 1 y 168 durante tres horas, ocasionando una gran congestión vehicular. En tanto, esta mañana un grupo de autoconvocados del corredor, desde el kilómetro 0 hasta el 24, entregó un petitorio al gobernador Hermes Binner, pidiendo soluciones urgentes a los graves problemas que padecen desde hace años en el suministro eléctrico.
Luego se congregaron frente a la sede de la Empresa Provincial de la Energía, en bulevar Pellegrini al 2600, donde fueron recibidos por el gerente comercial y por el jefe de la Sucursal Norte, con jurisdicción en ese sector.
En concreto, piden que se tomen medidas “inmediatas” para que no se interrumpa más el servicio ante cada tormenta, se corrijan los problemas de baja tensión, y se destinen guardias permanentes las 24 horas con teléfonos, movilidad y personal para responder a los usuarios cuando sea requerido y en forma inmediata. También quieren una estación transformadora de 132 kW, que se reemplace la red de distribución de cables preensamblados y que se coordinen las acciones necesarias con los municipios y comunas para efectuar las podas preventivas del arbolado público.
En este último punto parece estar el meollo del asunto. Desde la EPE sostienen que el 80 % de los inconvenientes tiene su origen en el arbolado público, por lo que será necesario avanzar con los gobiernos locales en la búsqueda de algún tipo de solución.
Diálogo abierto
Mientras un grupo de damnificados de La Guardia cortaba las rutas 1 y 168, vecinos de Colastiné y Rincón se reunieron anoche en la biblioteca Domingo G. Silva y elaboraron el petitorio que entregaron hoy.
“Todos conocen lo que padecemos los vecinos de la zona”, dijo Silvia Alarcón en representación del resto, antes de ingresar a la reunión. Y enumeró: “Cortes de luz, quema de electrodomésticos, comerciantes que pierden sus mercaderías y nadie responde”. A su lado, Gloria Jacobacci agregó que “cuando se corta la luz, allá nos quedamos sin agua porque la extraemos con bombas eléctricas”. “Queremos obras, falta infraestructura y los responsables tendrán que hacerse cargo, además de ver qué hacemos con el problema de los árboles”, cerró Alarcón.
La reunión sirvió para abrir un camino de diálogo y comenzar a buscar soluciones, conformando una mesa de trabajo periódica. Se acordó un nuevo encuentro para el viernes próximo. Según se pudo saber, algunos problemas podrían encontrar una solución en lo inmediato y otros demandarán más tiempo.
80 por ciento de los problemas de cortes de luz tiene origen en el arbolado público, según la EPE.
Los problemas tras el temporal
Según informaron voceros de la EPE, ayer a la tarde salieron de servicio 5 distribuidores tras la fuerte tormenta: uno en barrio Centenario y cuatro en la zona norte, pero se normalizaron a la medianoche. En ese barrio se cayeron tres postes, a los que luego les robaron 200 metros de cables.
Durante la madrugada se normalizó la infraestructura básica para abastecer a los barrios de la ciudad y durante la jornada de hoy se intentaba dar respuesta a unos 80 reclamos puntuales.
En Santo Tomé se vieron afectados dos distribuidores, el sureste -en Marcial Candioti y Roverano, que alimenta las estaciones de bombeo y era prioritario- y el noroeste.
En la zona de la costa se continuaba trabajando esta mañana. La EPE definió tres problemas puntuales: cables cortados en el ingreso a UPCN, Callejón Laborie; y calle Acería en el pueblo de Rincón. Los principales inconvenientes se originaron por ramas sobre las líneas de tensión. Quedaban por solucionar algunos problemas de baja tensión.
Sauce Viejo fue, junto a Santa Rosa de Calchines, la localidad más afectada por las fuertes ráfagas de viento: la EPE sufrió la pérdida de 10 postes quebrados y tumbados de media y baja tensión en la zona aledaña al pueblo, cerca del Mate, y en los kilómetros 450 y 455.
Cerró la carnicería
Karina Zuska fue una de las vecinas de La Guardia que anoche participó del corte de las rutas 1 y 168. Esta mañana El Litoral la visitó en su casa, con el servicio eléctrico ya restablecido. El sábado pasado, fue el último día que abrió su comercio, una carnicería que tenía hace casi dos años. “Decidimos cerrar por las grandes pérdidas que tuvimos la semana pasada, cuando estuvimos todo el día sin luz. Así no podemos trabajar, vendimos lo que pudimos pero tuvimos que tirar mucho. ¿De dónde vamos a sacar mil pesos para comprar una res? Ahora mi marido salió a trabajar vendiendo cosas por la calle”, dijo indignada.
Al lado, Roberto Guzmán tiene un almacén. Hace dos años, vivió la misma situación que Karina: “Tenía una carnicería, pero la cerré y cambié de rubro después de haber estado todo un día sin luz y perder todo”. La heladera comercial la usa de mostrador, ya no vende productos frescos.


































