Ema de Müller cumplió 94 años hace pocos días. Y está orgullosa con uno de los regalos: una tarjeta que la describe como “bondadosa, solidaria y nada egoísta”. Mercedes de Pasculli, su vecina, alcanzará la misma edad en diciembre y sigue activa: le gusta bailar pasodoble, foxtrot y charleston y se anima a subir a la moto de sus nietos. “No soy loca, soy divertida” dice.
Ninguna de ellas nació en el Centenario pero sus historias están íntimamente ligadas a la del barrio: viven en Vera Mujica al 400 desde hace más de 60 años, el lugar que eligieron para formar sus familias.
Mercedes llegó en 1938, vivió en la casa de sus suegros, cerca de Varadero Sarsotti, y en 1946 se mudó a su actual residencia. Ema llegó a fines de los años ’40 para desempeñar su profesión de enfermera.
Ayer y hoy
Al evocar los primeros años, en la barriada coinciden en que era un sitio descampado, con lagunas, zanjones, carpas de húngaros y calles de tierra. “En la esquina había un carnicero que tenía vacas y chanchos” grafica Ema. “Recién se empezó a poblar cuando hicieron el terraplén” completa Mercedes.
En esos días ir al centro no era fácil. “Teníamos que ir hasta 4 de Enero y Uruguay donde pasaba el tranvía” dice Mercedes, buscando el consentimiento de Ema. “Íbamos tranquilamente, no pasaba nada” agrega su vecina.
Hoy añoran otros tiempos, como quedó manifiesto en el recuerdo de un fin de año, décadas atrás, cuando los vecinos cortaron la cuadra para celebrar. “Se llenó de gente” dice Ema y lamenta que no se pueda hacer más.
“Antes era un barrio tranquilo. Salía sola a las 3 de la mañana para poner inyecciones, llevaba a mis nietas al colegio en auto, no había peligro. Ahora no se puede salir a la puerta” dice Ema. Mercedes acuerda: “Parecemos animales enjaulados”.
La “enfermera del barrio”
La relación de doña Ema con los vecinos es especial: fue por más de tres décadas una de las enfermeras encargadas de asistir los nacimientos. “Preguntá por ahí por Doña Ema y casi todos me conocen” comenta. Todavía hay quien la ve y la saluda con un abrazo. “De mí se acuerdan, pero yo ¿qué me voy a acordar de todos?” cuenta.


































