La provincia, su historia y sus historiadores (XXXIII)
Nicanor Molinas y los estudios constitucionales
Con una carrera dedicada al magisterio y la investigación histórica, Molinas es recordado por su integridad intelectual y su aporte al debate académico.
Nicanor Molinas fue un historiador del proceso constitucional argentino, dedicado predominantemente a la docencia en la primera mitad del siglo XX. Tomó de su padre, profesor de Historia, la pasión por la enseñanza, y de la actuación de su abuelo, contemporáneo a la sanción de la Constitución Nacional de 1853, el ideario liberal y el interés por su estudio.
Nació en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1886 y a los 24 años se desempeñó como secretario privado del gobernador Ignacio Crespo. Se recibió de abogado en 1912 en la Universidad de Buenos Aires. Poco después comenzó a dictar la cátedra de Derecho Civil en la Facultad de la Universidad de Santa Fe.
Al crearse la Universidad Nacional del Litoral será catedrático de Derecho Público Provincial y se desempeñará como decano de su Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
Luego será designado miembro de la Academia Americana de la Historia de Buenos Aires, y en 1923 recibirá del Instituto Nacional del Profesorado Secundario de Buenos Aires, el título de Profesor de Enseñanza Secundaria en la especialidad Historia, habiendo sido docente de Historia y Geografía Americana en la Escuela Industrial y en el Colegio Nacional.
También fue director ad-honorem del Instituto de Investigaciones Jurídico-Políticas de la UNL (1928), iniciando la serie de publicaciones conocidas con el título “La Constitución Argentina 1853”.
Además, con motivo del Centenario del Pacto Federal, actuó en la Comisión Organizadora del Congreso de Historia Constitucional de la República, junto con los Doctores Julio A. Busaniche, Rodolfo Reyna, Antonio F. Cafferata, y Calixto Lasagga.
Miembro de la Junta santafesina
En su incorporación como miembro de número en 1936 a la recientemente creada Junta de Estudios Históricos de Santa Fe, el presidente de la institución, Dr., Manuel M. Cervera, afirmó:
“En artículos periodísticos, en discursos académicos, nos ha demostrado el caudal del saber que atesora; y en análisis sintético, parco y clarividente que ha sabido aplicar en su última conferencia sobre don Bernardino Rivadavia lo demuestra; y cuya actuación política y cultural en el país, es tan discutida (...)"
"Profundizará en forma comparada el concepto de 'Los Héroes' en las distintas escuelas históricas de su tiempo, las de Carlyle, Macaulay, Sybel, Droysen, Treitschke, Taine, Thierry etc. y aplicada a la argentina. Con ese motivo escribirá 'Revisión de la Historia Argentina' donde rechazó el despertar del sentimiento mal llamado nacionalista”.
Se jubiló en 1944 en la catedra Constitucional de la Universidad, con un cómputo de treinta y nueve años, y en 1945, como profesor de historia argentina, con treinta y tres años en la Escuela Industrial y treintaiuno en el Colegio Nacional.
Por dicho motivo le realizaron homenajes, con discursos de Vicente Fidel López, Rolando Ereñú, Raquel D. R. de Albornoz, Jose Babini, Leopoldo Chissini Melo, Armando M. Drago, Dorando Ghiara, Leoncio Gianello, Rodolfo Piñero, Jose María Rosa, Enrique de la Vega.
En una demostración realizada en el Club del Orden con motivo de la aparición de su “Rivadavia”, Agustín Zapata Gollán señaló:
“Siguió honestamente el camino que le señalaba su verdadera vocación.: el magisterio… ha escrito su primer libro en plena madurez, con la autoridad que le da toda una vida consagrada a la enseñanza, abarcando temas que conoce y domina plenamente.Se podrán discutir sus puntos de vistas; pero no podrá negársele jamás este admirable ejemplo de honestidad intelectual”.
También se expresaron positivamente Leoncio Gianello, Federico J. Viñas y Enrique Candioti. En una carta, la escritora Silvina Bullrich le decía:
“Usted escribe sin afeminamientos y sin enconos lo que quiere decir sin improvisaciones nacidas de una inspiración partidista; escribe como un escritor de raza. Y perdóneme si este tono afirmativo dictado por la admiración se parece a la petulancia”.
El 5 de febrero de 1949 es designado miembro Honorario del Instituto Nacional Sanmartiniano. Luego de pronunciada su conferencia, Juan Pablo Echagüe le expresó que:
“Contemplando con ojos de historiador, realizó uno de los estudios más penetrantes y completos que se haya escrito sobre nuestro Gran Capitán. Ese trabajo ha de ocupar un sitio de honor en nuestro anales historiográficos”.
El 18 de Julio de 1949 dictó la Conferencia sobre “El General Don José de San Martín” en el Círculo Militar.
Palabras por su fallecimiento
Ante el deceso del doctor Molinas, el 18 de marzo de 1953, en Santa Fe, el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales asistió al velatorio acompañado por los profesores Jose María Funes, Ramon López Domínguez, Humberto C. Gambino y Luis Alberto Candioti. Por el Colegio de Abogados, Sixto Bayer manifestó respecto a Molinas:
“Expuso sus ideas con franquezas y fue consecuente con ellas, es lo que lo hizo respetable. Una de las grandes virtudes fue la tolerancia, que es un atributo de los hombres superiores".
A su vez, el rector del Colegio Nacional Simón de Iriondo, que designó una comisión para despecirlo, expresó:
"Figura de relieve espiritual y moral, significa la pérdida de uno de los profesores que en sus albores ilustraron sus cátedras, prestigiándolas con su dedicación y con su contracción a la”.
Las palabras del director de la Escuela Industrial Superior expresaron igualmente “las relevantes condiciones de eficiente y digno profesor, uno de su más destacados colaboradores, por sus reconocidas virtudes de caballero y amigo, tan buen consejero y orientador de la juventud estudiosa".
La Asociación del Magisterio de Santa Fe manifestó que puso todo su saber, que era mucho, al servicio de la sociedad en que actuó. José Carmelo Busaniche, cerca de cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento, dijo:
“No era hombre de cosecha sino hombre de siembra y su vida tuvo por eso la prodigalidad del sembrador y no la mezquindad del cosechero. Vivió dándose a sus alumnos y a sus amigos, prodigándose en la catedra, en la tribuna y en el libro, en la amistad franca y cordial, en el juicio estimulante y generoso".
Finalmente, al doctor Horacio Caillet Bois debemos las siguientes líneas sobre Molinas:
“Fue uno de esos patricios cultos que tuvo Santa Fe y que entregaron su vida a las altas especulaciones del espíritu. Sirvió a la colectividad, en el plano de estos nobles intereses, con el más puro y espléndido desinterés y generosidad. No ha tenido el homenaje que esta ciudad (Santa Fe) le debe".
La admiración de Molinas por la erudición, el amor y la belleza, lo llevó paralelamente a la docencia histórica -y durante treinta años, en forma ad honorem-, a ocupar la presidencia de la Comisión Provincial de Bellas Artes que tenía a su cargo el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez.
Algunos títulos de su obra
“El Constituyente del 53 Dr. Manuel Leiva” (inédito); “Bernardino Rivadavia"; La Revolución y la Constitución”; “Gobierno de la Democracia”; “La Bandera”; “El Mandato de Mayo y el Acuerdo de San Nicolas”; “La Constitución Nacional”; “Revisión de la Historia Argentina”; “El Precursor Rivadavia su vida y su obra”; “El General José de San Martín”; “San Martin Soldado-Ciudadano-Estadista”.