Rubén Naranjo: un artista de la resistencia

Cuando, en 2016, se presentó el libro “Rubén Naranjo. Territorio de resistencia”, publicado por la cooperativa rosarina Río Ancho Ediciones, su hija Marina señaló que Naranjo “siempre tuvo una manera de vivir su vida brindándose a los demás y viviéndola con lo mínimo e indispensable de recursos. Y vivió hasta sus últimos tiempos haciendo cosas. Siempre participó en lugares de mucha lucha y resistencia y ponía toda su alegría y su capacidad allí”.

En un artículo escrito para La Capital en 2006, Marina abundó sobre esta idea, al mencionar que “su condición de artista lo acompañó en todos los proyectos que emprendió: como pintor, docente, militante, editor, maestro. Una vida dedicada a su ciudad y su gente, a enseñar los valores que los seres humanos debemos defender y respetar, poniendo toda su capacidad afectiva e intelectual al servicio de los demás”.

Inicios y trayectoria

¿Quién fue este artista plástico? Naranjo, nacido el 27 de noviembre de 1929 en Buenos Aires y radicado en Rosario, es una figura que está atravesada por la dedicación al arte y la defensa de los derechos humanos, a tono con el tiempo histórico que le tocó vivir. Egresado en 1958 como Profesor de Pintura de la Escuela Superior de Bellas Artes de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la UNL, comenzó su carrera docente al año siguiente en la Facultad de Arquitectura y Planeamiento. A lo largo de su vida, impartió clases en las Escuelas de Artes Visuales de Santa Fe y Paraná, y fue regente de la Escuela Provincial de Artes Visuales de Rosario.

En 1964, fundó y dirigió un espació análogo en el seno de la Biblioteca Vigil, además de crear la “Editorial Biblioteca”, un proyecto editorial que tuvo un impacto en el ámbito educativo y cultural de Argentina durante los años 60 y 70. Fue miembro activo del Grupo Taller y del Grupo de Artistas de Vanguardia en 1967, y participó en la experiencia artística revolucionaria “Tucumán Arde” en 1968. Esta iniciativa marcó un cambio radical en la pintura tradicional y destacó su compromiso con el arte como herramienta de transformación social.

Contribuciones y reconocimientos

Según consta en la página web de la Fundación Rubén Naranjo, hay dos momentos en su producción plástica. Uno relacionado con la experimentación con texturas y materiales, otro sustentado en el interés por la realidad social, “siendo los conflictos y las luchas de los sectores marginados y de las organizaciones sociales, los materiales que a partir de entonces definirán su universo”.

Durante la dictadura militar (1976-1983), se dedicó al diseño gráfico, colaborando con imprentas y editoriales en Buenos Aires. Su retorno a la vida académica se produjo en 1984, cuando fue designado director de la Escuela de Bellas Artes de la Facultad de Humanidades y Artes (UNR), donde trabajó hasta 1990. Fue un militante activo junto a las Madres de Plaza de Mayo y un integrante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Su labor en este ámbito incluyó la participación en la Comisión Investigadora No Gubernamental de los Crímenes del 19 y 20 de diciembre de 2001.

Últimos años y legado

A lo largo de su carrera, recibió varios reconocimientos, entre ellos la condecoración Cruz de Caballero otorgada por el presidente de la República de Polonia en 2000, por su trabajo de difusión de la obra de Janusz Korczak. De hecho, su libro “Janusz Korczak, maestro de la humanidad” es testimonio de su dedicación al estudio y la difusión de maestros educativos. En 2004, fue nombrado Ciudadano Ilustre de Rosario.

Falleció el 3 de octubre de 2005, dejando un archivo personal que abarca temas como educación, arte, política, derechos humanos y proyectos editoriales. La colección Rubén Naranjo, conservada y gestionada en el Centro Documental que lleva su nombre, incluye una parte sustancial del archivo personal del artista, comprendiendo una amplia variedad de temáticas relacionadas a los Derechos Humanos enfocadas a partir de recortes de diarios, publicaciones, manuscritos y ponencias.

Amanda Paccotti, escribió en Rosario 12 ante el fallecimiento de Naranjo: “la justicia social fue su meta. Subordinó a ella su vocación de artista plástico, su carrera docente, sus horas de vida familiar, sus posibilidades de viajes y presentaciones internacionales. Hoy quiero recordar al Rubén "de las pequeñas cosas". Su habitual recorrida por las aulas cuando era vice rector de la Escuela Provincial de Artes Visuales Manuel Belgrano, allá por fines de los `60, en la bajada de la calle San Martín. Con la excusa de observar los trabajos solía sentarse al lado de los alumnos para escuchar y ofrecer luego su opinión”.