Después de haber obtenido la jubilación, y alcanzado el récord histórico de permanencia en el Tribunal, se retira para cumplir funciones a nivel internacional. Destaca el formidable cambio producido en la Justicia durante este período y el "nuevo Poder Judicial" que se está gestando.
Emerio Agretti
El ministro Rodolfo Vigo presentó ayer su renuncia a la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, cuerpo que integra desde hace 19 años. Más allá de haber obtenido el beneficio jubilatorio -con 61 años de edad y 38 de servicio-, el motivo del alejamiento es estar en condiciones de cumplir con sus responsabilidades como secretario ejecutivo de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial.
Durante su extensa carrera en el Poder Judicial y en su condición de académico del Derecho, Vigo cumplió una vasta tarea a nivel nacional e internacional, que hasta ahora compartió con sus responsabilidades como juez de la Corte. En el Alto Tribunal le cupo el papel de una figura tradicionalmente "conciliadora" y siempre prefirió mantener, en ese ámbito, un bajo perfil, a tal punto que nunca aceptó ser titular del cuerpo. Cargo que sí ocupó durante tres períodos consecutivos, en la Junta Federal de Cortes de las Provincias Argentinas, organismo del que fue impulsor y fundador.
Ética judicial
En nuestro medio, contribuyó a poner en marcha el Centro de Capacitación Judicial y el Código de Ética Judicial, luego imitado en otros distritos. Y, junto al también filósofo del Derecho Manuel Atienza, de España, redactó el Código de Ética Judicial Iberoamericano, que ahora tendrá un órgano de aplicación y difusión de sus pautas.
"La primera de ellas es la independencia. Un país que no tiene calidad institucional difícilmente pueda tener un desempeño ético", razonó, en diálogo con El Litoral y cifrando su decisión de irse de la Corte para ocuparse de eso, en el deseo de que el proyecto "no se debilite por falta de dedicación".
Junta de Cortes
Después de 23 años en el Poder Judicial, Vigo no tiene más que "agradecimiento" para con sus pares, comenzando por las dos camaristas con las que compartió sala a los 38 años, y siguiendo por sus colegas a nivel nacional e internacional, que lo ayudaron a salvar "el abismo" que advirtió entre la teoría y la práctica judicial.
Recuerda a la creación de la Junta de Cortes como una experiencia en buena medida "pesada, porque había mucho escepticismo", y cargada de dudas sobre su viabilidad jurídica, en parte aventadas por el concurso de prestigiosas juristas como Berta Kaller de Orchansky y Aída Kemelmajer de Carlucci -eterna nominada a la Suprema Corte Nacional, como en algún momento también lo fue el propio Vigo.
"Me llena de orgullo haber contribuido a este emprendimiento, que hoy luce como algo muy fuerte, sólido e importante", redondea. Y el mismo orgullo exhibe con respecto al aval recibido en su momento por el Código de Ética Judicial.
Capacitación
También destacó los avances recogidos con el Centro de Capacitación Judicial, que a su curso anual sumó instancias de formación en Periodismo Judicial y para peritos. Este último curso, dirigido a formar en el proceso judicial a profesionales auxiliares ajenos al mundo del Derecho, generó, además, ingresos que, en el futuro, se espera volcar a proyectos de investigación.
"A lo mejor no se ve desde afuera, pero la Corte ha producido cambios impresionantes en lo organizacional y administrativo. De las casi 500 mil causas que entran al Poder Judicial, hay un desfase brutal con la proporción de crecimiento de los tribunales, a pesar de que se duplicó la productividad. Creo que, por ejemplo, un buen tema a investigar sería la creación de una fórmula `matematizada' para establecer cuándo es necesario crear un tribunal, que establezca una pauta objetiva y libre de discusiones, cruzando variables como población, número de causas, número de sentencias. Si ahora queremos hacer algo así, tenemos que retirar recursos humanos de funciones permanentes, para una tarea que es coyuntural".
Más allá de esto, consideró que la propia existencia del Centro de Capacitación contribuye a fortalecer al Poder Judicial, permitiendo definir el perfil de los jueces, funcionarios y empleados que la Justicia necesita.
Además de destacar el permanente compromiso de las instituciones ligadas a la actividad, resaltó los avances en materia de selección de jueces -con el Consejo de la Magistratura- y las posibilidades que se abren con el proyecto de construcción del segundo bloque del edificio de Tribunales.
Como corolario de todo eso, destacó "este esfuerzo nuevo que se abre con el Plan Estratégico. Con esto comienza a gestarse un nuevo Poder Judicial", evaluó. Lo que, después de 19 años y tamaña trayectoria internacional, no es poco decir.
Transición
Aunque por motivos ajenos a ello, la renuncia de Rodolfo Vigo se materializará en pleno proceso de la transición previa al cambio de gobernador de la provincia, con lo cual abrirá el debate sobre a quién le corresponde cubrir la vacante. Lo mismo ocurre con la del procurador, Jorge Bof. Un debate que, seguramente, tendrá un cariz u otro, conforme al resultado de las elecciones de la semana próxima.
































