Con una sesión de jura breve pero intensa, el Senado de la Nación dio el puntapié de cara al período de extraordinarias que enviará el Gobierno con el foco puesto en la reforma laboral.
Tras la jura de los nuevos senadores, La Libertad Avanza amplió su poder con Bullrich en el centro de la escena, los espacios provinciales ganan protagonismo y el peronismo busca contener pérdidas. Villarruel confirmó que el oficialismo abrirá sesiones desde el 10 de diciembre, con el proyecto del oficialismo que impulsa cambios en el mundo del trabajo.

Con una sesión de jura breve pero intensa, el Senado de la Nación dio el puntapié de cara al período de extraordinarias que enviará el Gobierno con el foco puesto en la reforma laboral.
El viernes pasado, juraron 23 de los 24 nuevos integrantes, dejando en pausa a Lorena Villaverde, cuyo diploma regresó a comisión. Se aprobó la designación de Alejandro Fitzgerald como secretario administrativo. Y la elección del presidente provisional y las vicepresidencias se postergó para febrero, según el reglamento. Hasta entonces, Bartolomé Abdala seguirá como pro témpore.
El próximo 10 de diciembre, cuando asuman formalmente los nuevos senadores, llegará también la convocatoria a las extraordinarias. Mientras, la Cámara alta mostró indicios de su reconfiguración: más libertarios, menos peronismo, ex gobernadores en las bancas y una conducción que se parte entre la voz política de Patricia Bullrich y el mando institucional de Victoria Villarruel.
La Libertad Avanza fue la fuerza que más capitalizó el contundente resultado de las elecciones. Un crecimiento exponencial para el espacio que pasó de 6 a 19 bancas, que podrían ser 20 con Lorena Villaverde. De todas formas, la situación que puede revertirse con la nueva conformación de la comisión de Asuntos Constitucionales.
Aun así, el Gobierno tendrá un volumen político mucho mayor, comandado por Patricia Bullrich. La ex ministra de Seguridad juró acompañada por su familia y fue ovacionada desde el palco donde estaban Karina Milei, Manuel Adorni y Diego Santilli. La tarea asignada es blindar la agenda de Milei en el Congreso.
Por otra parte, tanto el PRO como el radicalismo sufrieron fuertes mermas en sus bancas. De ahora en más, contarán con 4 y 10 senadores, respectivamente. Sin embargo, ambos sectores serán clave para la estrategia del Gobierno que impulsa distintas reformas para la segunda parte del mandato de Javier Milei.
La nueva composición del Senado también se explica por el peso territorial que ganó. Tres gobernadores —uno saliente, dos recientes— pasaron del Ejecutivo provincial al recinto: Jorge Capitanich (Chaco), Adán Bahl (Entre Ríos) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero).
A ellos se suman dos senadoras que llegan como extensión directa de sus mandatarios: Flavia Royón, ex secretaria de Energía y representante del salteño Gustavo Sáenz; y Julieta Corroza, espada legislativa del neuquino Rolando Figueroa. Ambas tendrán protagonismo en debates clave para sus provincias.
Este “Senado de gobernadores” promete más negociación a partir de la territorialidad. El peronismo tendrá que buscar acuerdos por afuera del interbloque de Unión por la Patria que lidera el formoseño José Mayans. Muestra de ello es el anticipo de Zamora que irá por afuera, con el sello provincial Frente Cívico.
Algo similar ocurre con los cuatro peronistas provinciales de Convicción Federal que, según indicaron este fin de semana fuentes parlamentarias, podrían salir de UxP para coincidir en un interbloque federal con los senadores de Provincias Unidas que integran legisladores como la cordobesa Alejandra Vigo.
Tras la sesión de jura, la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel habló como anfitriona y como presidenta de un cuerpo que entrará en movimiento en días. “Hoy se conformó nuevamente la Cámara por los próximos dos años. Es un honor ser elegido senador por su provincia, arriba nuestro están todos los argentinos y la patria”, dijo ante la prensa.
En línea con el clima institucional que buscó proyectar, agregó: “Es algo que tiene que llegarle a los ciudadanos y hacerse cotidiano. Los argentinos deben saber lo que pasa en el Senado”. Fue un mensaje hacia afuera, pero también hacia adentro: después de meses de choques con la Casa Rosada, Villarruel buscó mostrar apertura.
Consultada por las reformas del Ejecutivo, confirmó que habrá extraordinarias desde diciembre. “Vamos a empezar a plantear algunos temas que el oficialismo quiere traer. Todos trabajando para que podamos hacer lo mejor para nuestra Argentina”, apuntó.
El debut de Patricia Bullrich como senadora dejó la primera chispa de la relación que tendrá con Villarruel. Apenas concluyó la jura, intentó pedir la palabra en el recinto. Villarruel no habilitó el micrófono y recordó que en la reunión de Labor Parlamentaria se había acordado que no habría discursos.
No quedó ahí, Bullrich luego se acercó al estrado para plantear que su queja era por el trato desigual en las invitaciones y por las trabas para el ingreso de funcionarios del Ejecutivo a los palcos que pedía sean asignados a Karina Milei, Manuel Adorni y Diego Santilli.
"Todo transcurrió en orden", dijo luego de la sesión y reiteró que con Villarruel "tenemos una relación institucional”. De todas formas, marcó que “hay temas que hay que discutir porque ella ha sido electa por LLA, y tiene que haber una relación distinta, como pasa con Martín Menem en la Cámara de Diputados”.
También se refirió Bullrich a los proyectos que tratará el Congreso en los próximos meses. Confirmó que "por el Senado va a entrar al Congreso la discusión de los periglaciares y la reforma laboral".
En ese sentido, se confirmó que la fecha de envío de la reforma laboral al Congreso será el martes 9 de diciembre, según se indicó luego de la última reunión del Consejo de Mayo, de donde saldrá el texto de "modernización" para el sector, como es planteada en el órgano consultivo que integran funcionarios nacionales, legisladores, mandatarios y representantes empresarios y sindicales.




