Un asesinato con sello narco

Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com

“¡Jamás pensé que iba a tener que vivir entre narcos! Este era un barrio tranquilo y anoche nos despertaron los disparos... La luz de los fogonazos se metía por la ventana”, dice Norma con desesperación y con el susto todavía a flor de piel.

La mujer se refiere a los violentos hechos ocurridos esta madrugada en barrio Los Hornos, que culminaron con el asesinato de un joven.

Del muchacho se supo que fue identificado como Álvaro Peralta. Tenía 28 años y era oriundo de la zona noroeste (Tte. Loza 6300). Cargaba con un historial bastante “generoso” en materia de hechos delictivos, tales como robo, portación de arma de guerra, violación de domicilio y amenazas, entre otros.

Discusión, tiros y muerte

Álvaro Peralta fue hallado muerto hoy, minutos después de las 4, en la esquina de Ricardo Aldao y Urquiza, donde cayó tras recibir un impacto de bala en la zona del tórax, a la altura de la clavícula.

Previo a este desenlace, los vecinos aseguran haber escuchado una fuerte discusión entre algunos sujetos, a la que luego le siguieron detonaciones de arma de fuego.

* “La ventana de mi dormitorio da a la calle y como a las 4 de la mañana nos despertamos por los gritos de una discusión, hecho que es bastante habitual últimamente a la madrugada en este barrio. Después de la discusión vinieron los tiros.

Yo escuché seis detonaciones y luego el motor de una moto que salió muy velozmente.

Miramos por el garaje y vimos a un muchacho tirado en la esquina. Se quejaba agonizando por el dolor. Entonces llamamos al 911. Mi esposo salió para verlo pero ya estaba muerto. Primero pensamos que era un asalto, pero después nos dimos cuenta de que se trataba de otra cosa”, comentó Norma.

Malditos “kioscos”

A pocos metros de donde cayó muerto Peralta, se ubica un inmueble (en Ricardo Aldao al 3000) que desde hace un tiempo concentra una serie de actividades sospechosas.

Los males comenzaron hace menos de un año, cuando dicha vivienda fue alquilada por un siniestro personaje, sindicado con fuertes vínculos con la hinchada del club Unión.

* “Hace un año que a esa casa la está alquilando un muchacho el que siempre está vestido con la camiseta de Unión o buzos con los colores ‘tatengues’. Todos los días se veían motos y gente que entraba y salía de allí. Veíamos cosas no habituales para un barrio tranquilo como éste. Acá somos todas familias, con chicos. Tenemos tres colegios cerca (Verna, Patricio Cullen y Don Bosco).

“Pero después que se alquiló esa casa comenzaron a verse situaciones raras. Sobre todo a partir de los jueves a la madrugada, sábados, domingos. Motos de manera constante, personas que vos te das cuenta que no son del barrio... Acá nos conocemos todos. Esta gente era muy ‘especial’ y bueno... terminó en esto. Algunos vecinos ya habían llamado al 911 para denunciar todo esto, pero nunca vinieron”, aseguran los vecinos.

Respecto de lo ocurrido esta madrugada, Enrique (otro vecino) precisó: a las 4 nos despertamos con estampidos de balazos. Me pareció fueron entre 15 a 20 tiros.

Después se sintieron algunos murmullos entre personas que hablaban muy nerviosas y finalmente el ruido de una moto que salió a toda velocidad. No me asomé, tampoco salí a ver.

En esa casa siempre había movimientos sospechosos. Comenzaba los jueves y seguían durante todo el fin de semana. Siempre de noche. Era continuo el entrar y salir de motos”.

Tranquilidad peligrosa

Otro de los vecinos destacó la tranquilidad del barrio, aunque alertó que dicha característica lo hace ideal para la concreción de actividades ilícitas.

* “Esta era una cuadra absolutamente tranquila, llevo viviendo aquí más de 30 años.

Pero justamente esa tranquilidad la hace propicia para que se instalen estos negocios para vender drogas. No es tanto ‘kioscos’ sino que da la sensación de que son distribuidores, por los movimientos que hacen ‘las motitos’. Salen cargadas con mochilas, vuelve a la hora, siempre de noche, vuelven a salir. Son movimientos como de un delibery de una pizzería, pero...”.

* “La tranquilidad del barrio lleva a que se preste para este tipo de actividades. Lamentablemente los que no se dan cuenta son los que tienen que investigar. Los vecinos todos sabemos...”, sentenció.

Secuestro de marihuana

Tras el crimen de Peralta, los investigadores requisaron un inmueble, sindicado como presunto “kiosco” de drogas. En el lugar se secuestró cerca de dos kilos y medio de marihuana, los que estaban preparados en los típicos “ladrillos”.

* Se ordenó trasladar en calidad de detenido al morador de dicha casa, quien deberá prestar declaración indagatoria.

* Dentro de esta vivienda, los pesquisas se incautaron de prendas policiales, esposas y proyectiles calibres de 9 y de 22 mm.

Como autor del crimen se sindica a un sujeto que escapó del lugar a bordo de una motocicleta, acompañado por otro rufián.