Pablo Virgilio: "Hay que entrenarlos como futbolistas y no como atletas"

Por Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Mar del Plata)

El profesor Pablo Virgilio coincide en muchos aspectos con Mario Sciacqua. No hay un solo momento, en las charlas que mantenemos con ellos, en el que no destaquen el apoyo y la contracción al trabajo de todos los jugadores. es algo que este cuerpo técnico valora y se nota el “feedback” que existe dentro del grupo, entre los que dirigen y los dirigidos.

—Antes, una pretemporada se hacía con una base de 8 ó 10 kilómetros de trote diario. ¿Hoy es igual, Pablo?

—Hay de todo un poco. Está el que trabaja en la arena, el que trabaja en el gimnasio, el que los hace correr mucho. Nuestra metodología es la de trabajos cortos, no hacemos arena y tampoco hacemos trabajos largos. Creemos que el futbolista tiene que entrenar como un futbolista y no como un atleta.

—¿Hay endurecimiento en este momento del trabajo?

—Por eso laburamos mucho con pelota, para evitar el endurecimiento.

—¿Cómo está Chevantón?

—Muy bien, con una predisposición terrible, sumando mucho para el grupo porque lo lleva adelante. Puntualizo con Chevantón porque es la pregunta específica que me hiciste, pero todos están en la misma sintonía. Fijate que el Bichi, con sus 39 años, hace todo lo que se le pide y con mucha alegría. Ninguno de los jugadores hizo siquiera una sola mueca de disconformismo.

—Bastía y Chevantón no hicieron la pretemporada anterior. ¿se los verá mejor?

—Claro, por supuesto. No quiero puntualizar en ningún jugador en especial porque todos tiran para adelante.

—¿Cómo viviste el año pasado con todo lo que pasó?

—Vivo a dos cuadras del club, en un barrio que es 100 por ciento sabalero por no decir 150 por ciento. Fue un año muy duro, uno no está preparado para sobrellevar tanto. Yo estoy en Colón desde los 7 años, hice colonia de vacaciones, jugué al básquet en el club. Toda mi vida estuvo vinculada a Colón, tanto en lo profesional como en lo sentimental. se hizo complicado.

—Alguien me dijo que ni siquiera podías salir al supermercado...

—Es que uno no está acostumbrado a que te inciten o te provoquen. Por eso prefería quedarme adentro de mi casa, encerrado y pensando en el entrenamiento de ese día y nada más.

—Es que se vive con mucha locura, ¿no?

—Desde el primer momento que llegué al profesorado de Educación Física sólo pensaba en dedicarme al deporte de alto rendimiento y al fútbol propiamente dicho. Jugué al básquet porque al fútbol era malo, pero quería dedicarme a esto. Yo busqué esto y traté de prepararme en todos los aspectos sabiendo que esta es una profesión de riesgo...

—Profesión de riesgo que no te da tiempo para nada...

—Mirá, todos podrán pensar que nosotros tuvimos la chance el año pasado o este mismo, de hacer la pretemporada, pero es apenas un mes y, como dice un amigo en común, “a los equipos hay que dejarlos hacer la digestión”. ¿Qué se puede hacer ante esto?, trabajar, planificar, pensar en todo momento en lo que se está haciendo y tratar de achicar al mínimo el error. Pero cuando se abre una cancha de fútbol, la que entra a ella es la sociedad. Y es esa sociedad, precisamente, la que vive en un estado de mucho apuro y tensión. El fútbol es un reflejo de la sociedad.

—¿Coincidís en que los preparadores físicos adquirieron una importancia suprema en el fútbol?

—Sí, pero no es lo correcto. Para mí el fútbol es técnica, táctica y luego la preparación física. Vamos a hablar del Barcelona, ¿a vos te parece que hay diferencias en la preparación del Barcelona que del Osasuna?, no la hay. Lo que pasa es que el Barcelona trabaja sobre la posesión de la pelota y entonces parece que el equipo rival corre menos. El profe del Barcelona, que hace como 30 años que está en el club, dijo hace poco que estaba contento porque llevaban 55 partidos y habían tenido sólo 12 lesiones. Pero ellos creían que es por la metodología de trabajo, ya que ellos entrenan al futbolista como jugador de fútbol y no como atleta. No te quiero decir con esto que nosotros vamos a ser el Barcelona, pero estoy muy de acuerdo con esa forma y estilo de preparar al jugador. Por eso insistimos tanto en el trabajo con pelota y no los hacemos correr 10 ó 12 kilómetros todos los días.