La investigación corre el serio riesgo de la inadmisible omisión. Sería injusto y puede ocurrir. Pero abonaría la idea de que Unión debe ser un record en cuánto a la cantidad de hermanos que han llegado a Primera y, en la mayoría de los casos, compartiendo plantel. Algunos de ellos —la gran mayoría— pasando previamente por las inferiores. En otros, como ocurrió la temporada anterior con los Bottinelli, llegando desde afuera. Pero la lista se hace larga y permanente. No hay década en la que no hayan pasado hermanos por la primera tatengue y todo arranca con dos fundadores: los hermanos José y Enrique Fayó, dos de los 14 pioneros de Unión, que iniciaron este largo y glorioso camino en casa de los Baragiola, en Catamarca (hoy Eva Perón) entre San Martín y San Jerónimo y habrán usado esa primera camiseta que tuvo el club (totalmente blanca con cuello y puños negros, hasta que se adoptó la rojiblanca de Alumni). Ellos formaron parte del primer equipo, el que fue uno de los fundadores de la Liga Regional Santafesino y fue múltiple campeón en aquellos albores del siglo XX.
* Después llegó el momento de Alberto Luis y Fernando Galateo. Eran los principios de la década del 30 y ese apellido, Galateo, debe sonar bien fuerte en Unión. Alberto Luis, fallecido en 1961, formó parte —jugando en Unión— del equipo argentino que jugó el Mundial de Italia en 1934. Entre 1931 y ese año, Galateo jugó en Unión con su hermano. Luego fue adquirido por Huracán, en el nacimiento de la era profesional pero volvió enseguida a Santa Fe para ponerse la rojiblanca, antes de volver a salir para militar, entre otros, en Chacarita, Racing y el fútbol brasileño. En aquellos tiempos, Galateo no era el único que se ponía la celeste y blanca: Valiente, Wilde (también jugó ese Mundial de Italia), Simonsini y Napoleoni, seguían sus pasos.
* Más acá en el tiempo, llegó el caso de los hermanos Mieres. Juan Rómulo (1940 y entre el 46 y 51, 48 partidos en Unión), Miguel Angel, apodado el “Indio”, entre el 49 y 51 y 1956 (157 partidos) y el “Sapo” Julio César (en el 56 jugó cuatro partidos). Juan Rómulo jugó con Miguel Angel y Miguel Angel lo hizo con Julio. Eran los tiempos de grandes equipos de Unión, algunos de los cuáles estuvieron cerca de conseguir el ascenso, como por ejemplo pasó en el 49. Oscar Armando Canteros; Hussein y Federico Roberto Edwards; Rómulo Mieres, Miguel Ángel Mieres y Eduardo Dusse; Habichayn, E. De la Mata, Juan Carlos Bruzzone, Miguel Angel Sánchez y Virgilio Acosta, era uno de los equipos de ese entonces, cuando ya se habían ido otras grandes figuras como Grecco y don Julio Avila.
* Entrando en los ‘60, llega el tiempo de los Primón. Juan Carlos (jugó 5 partidos en el 65) y Víctor Hugo Primón (lo hizo en 3 oportunidades en 1964). Después, Juan Carlos se fue a jugar a Independiente Rivadavia, quien tuvo la satisfacción de salir campeón dirigido por el internacional argentino Bruno Rodolfi (había actuado en La Máquina de River, en la selección nacional y Colombia).
* Otra historia parecida a la de los Mieres, es la de los Zanabria. Rodolfo (jugó en 1966, zurdo, wing izquierdo), Ramón (volante, le pegaba muy bien a la pelota y logró dos ascensos con Unión en 1968 y 1974) y el talentoso Mario Zanabria, que ascendió en 1966 y después desarrolló una brillante carrera en Newell’s y Boca, además de haber dirigido en dos ocasiones al Tate.
Archivo El Litoral Los hermanos Zanabria (Ramón y Mario) en los dos costados, con el Patón Rossi e Hilario Bravi en el medio. Los Zanabria formaron parte del plantel que ascendió en 1968.Los hermanos Zanabria (Ramón y Mario) en los dos costados, con el “Patón” Rossi e Hilario Bravi en el medio. Los Zanabria formaron parte del plantel que ascendió en 1968.Foto: Archivo El Litoral
* Luego llegó el momento de otro “pack” de hermanos que llegaron a jugar en la primera de Unión. Por un lado, los Toyé (Mario y César) y por el otro, los Fredes (Luis y Jorge). En el caso de César Toyé y Luis Fredes, ambos volantes, integraron el equipo que ascendió en 1974 en Campana. César tuvo una aparición, siendo muy joven, en los finales de los 60, todavía sin 20 años. Y participó de un tiempo duro, cuando se decidió la desafiliación y hubo que intentar la vuelta a través del Regional, junto a otros hombres históricos de Unión, como Luque, Garzón, el “Patón” Rossi, Artucio, Juan Miño y Del Bianco entre tantos otros. Luis Fredes era un volante polifuncional que se quedó en el ‘75 y jugó varios partidos en el inolvidable equipo del Toto Lorenzo, pese a que había renombrados mediocampistas como Espósito, Suñé, Cocco, Marchetti y Trullet.
Archivo El Litoral Un equipo de Unión de la década del 70. Abajo, sentado arriba de la pelota está César Toyé y a su izquierda Luis Fredes. Sus hermanos, también jugaron en Unión. Al lado de Fredes está el Loco Mendoza, recientemente se festejó un aniversario de una de las Libertadores ganada por Independiente, con un gol suyo.Un equipo de Unión de la década del 70. Abajo, sentado arriba de la pelota está César Toyé y a su izquierda Luis Fredes. Sus hermanos, también jugaron en Unión. Al lado de Fredes está el “Loco” Mendoza, recientemente se festejó un aniversario de una de las Libertadores ganada por Independiente, con un gol suyo.Foto: Archivo El Litoral
* Desde San Justo llegaron los hermanos Scotta, ambos delanteros. Héctor (el “Gringo”) jugó algunos partidos de volante por derecha y luego pasó a jugar arriba. Le pegaba con un “caño” a la pelota y se cansó de hacer goles en San Lorenzo. Llegó a la selección. Por su parte, Néstor Lionel era centrodelantero, buena técnica, jugó también en River y Racing. Había un tercero: Juan Carlos. Pero si bien llegó en ese tiempo, no alcanzó a debutar en Primera.
* El caso de los hermanos López tiene significación, porque compartieron plantel. Hugo jugó más de 300 partidos y está en el “top five” de los que más veces se puso la camiseta de Unión. En su momento, estaba considerado entre los dos o tres mejores laterales del país (para muchos, el mejor de todos). Y Carlos Zacarías, que falleció hace cuatro años con tan sólo 57 años, jugó 190 partidos en Unión. En esos años finales de la década del 70 y principios de los 80, compartieron plantel y partidos. Uno en cada lateral.
* De los Centurión, José María llegó antes que Ramón, pero jugó poco. Se lo recuerda al “Pelado” porque tuvo un paso descomunal, marcando muchos goles y luego siguió su carrera siendo un hombre que se dio el gusto de ponerse la camiseta de los dos grandes del fútbol argentino: River y Boca.
Manuel Fabatia El Pelado Centurión y el Vikingo Mauri. Sus hermanos, José María y Sergio, también llegaron a Primera aunque no lograron la misma continuidad y el éxito de ellos dos.El Pelado Centurión y el Vikingo Mauri. Sus hermanos, José María y Sergio, también llegaron a Primera aunque no lograron la misma continuidad y el éxito de ellos dos.Foto: Manuel Fabatia
* En la década del 90 se dio la llegada de los Cometto. Walter fue el primero, Cristian lo sucedió. En el caso de Walter, llegó a principios de los 90, cuando su hermano, también delantero, estaba en inferiores. Cristian formó parte de un grupo de jugadores que viajó a Dallas a jugar un torneo internacional con Carlos Mazzoni de entrenador y salieron terceros. En ese equipo, entre otros, estaban De la Riba, el “Pancu” Sciacqua, Pereyra, Rahiel, Cámara, Clotet, Oggioni, Sebastián González, Aldo Spagnol y Juanchi Wabeke.
* Otro apellido que se identifica con Unión es el de Mauri. Sergio y Jorge son hermanos y llegaron a jugar en Primera. Lo de Sergio fue fugaz, aunque luego dirigió y es el padre de Mariano, que llegó a la primera, ascendió en 2014, jugó en Primera y ahora está en la Liga San Martín. En el caso de Jorge, su trayectoria tiene mucha significación: apareció en Primera de la mano de Luque apenas pasada la mitad de la década del 80, descendió, ascendió en 1989, jugó en Primera, dirigió y actualmente está trabajando en el club.
* Más llamativo aún es el caso de los Tocalli, que podría emparentarse, en algún aspecto, con los López. Héctor Tocalli fue el suplente de Tremonti en el ascenso de 1966; Hugo llegó a Unión en 1984 y fue el arquero de una buena campaña con Yudica de entrenador. Después, lo de Hugo Tocalli se destacó plenamente siendo el colaborador directo de Pekerman y entrenador de uno de aquellos juveniles campeón mundial en un tiempo glorioso del fútbol argentino.
* El apellido Pumpido es símbolo de Unión. Lo de Nery está fuera de todo tipo de análisis: surgió de las inferiores, llegó a la selección atajando en Unión, era el arquero en campañas gloriosas como la del 79 y campeón mundial, además de haber pasado en reiteradas ocasiones como entrenador o manager. Nelson jugaba de marcador central —también lo hizo de volante alguna vez—, jugó pocos partidos en la Primera de Unión y luego supo ser titular con el Bambino Veira en San Lorenzo.
* Gustavo y Fernando Brandt alcanzaron a compartir plantel. Gustavo apareció con grandes condiciones, más allá de que cuando Unión ascendió y fue transferido Altamirano, lo trajeron a Carmelo Villalba para ocupar ese lugar. Pero Gustavo supo pelear un lugar. Fernando, marcador central, buena presencia y también con condiciones, estuvo en un momento difícil, cuando el club había retornado a la B Nacional y comenzaba a padecer problemas económicos.
* Pablo Islas llegó en el 2002 y se fue al descenso. De todos modos, marcó algunos goles que todavía se recuerdan. Su hermano mellizo, Daniel, atajó en Unión 10 años más tarde, ya en la parte final de su carrera. En el caso de Pablo, había sido adquirido por Boca a Argentinos Juniors en el mismo “paquete” en el que estaba Juan Román Riquelme.
* Llegando ya al final de la reseña, surge nítidamente el apellido Pittón. Bruno entendió que debía retroceder un par de pasos (se fue a jugar el torneo Federal) para tomar impuso. Lo de Mauro fue diferente, porque se consolidó con Leonardo Madelón, jugó algunos partidos en el 2016 y encontró regularidad y continuidad a partir del año siguiente, integrando un muy buen mediocampo. Bruno Pittón volvió de Las Parejas en 2015 y se convirtió en un puntal del equipo. Pasó a San Lorenzo y llegó a ser el defensor más goleador del fútbol argentino en la última temporada. Otro buen dato: ambos surgieron de las inferiores.
* Contemporáneo a los Pittón, fue el caso de los Bottinelli. Jonathan es un caudillo de la defensa y referente desde hace tres años. Darío, enganche, con buen manejo de pelota, no pudo encontrar su lugar y jugó muy poco, quizás perjudicado por el esquema de Madelón, que desiste de la figura del enganche.
Nobleza obliga, el colega Hugo Trédici, gran memorioso y conocedor del fútbol y la música, lider de Los Ranser, tuvo la idea y se tomó el trabajo de recorrer una historia que no es corta: arrancó en 1907 y desde 1940 (80 años nada menos) se encuentra dentro del ámbito profesional del fútbol argentino.
Una rareza que, para él, no tiene precedentes en el fútbol argentino. Todos los clubes han tenido esta historia de hermanos y en algunos casos han llegado, como los Barros Schellotto, a sitiales bien altos y con grandes logros, favorecidos también por el hecho de tener la misma edad (son mellizos). Pero en Unión, con el riesgo ya apuntado de que haya algún otro que se pueda escapar a la memoria, estos 16 casos resultan llamativos.