A finales de la década de 1960 y principios de los 70, el entonces treintañero Richard Pautasso realizaba ilustraciones para El Litoral. Sobre todo para el suplemento literario que tenía el vespertino.
La Santa Fe de finales de los 60 y principios de los 70 fue cuna de cruces creativos inesperados. En el suplemento literario que publicaba este diario, un joven Pautasso ilustraba textos de autores que por entonces tenían proyección internacional.

A finales de la década de 1960 y principios de los 70, el entonces treintañero Richard Pautasso realizaba ilustraciones para El Litoral. Sobre todo para el suplemento literario que tenía el vespertino.
Era muy común ver sus dibujos los domingos. Acompañaban cuentos, poemas y hasta crónicas breves con una sensibilidad que hoy, vista desde el archivo, sorprende. Parecían captar el alma del texto, aquello que el autor insinuaba.
Obviamente, en aquellas páginas, sus trabajos dialogaron con los escritores santafesinos del momento: Carlos Catania, Edgardo Pesante, Eduardo Raúl Storni, José Luis Pagés, César Actis Brú, Luis Gudiño Kramer y Gastón Gori entre otros.
Pero también ilustró textos de autores como Ernesto Sábato y Adolfo Bioy Casares. Nombres centrales de la literatura argentina integrados con su trazo en un suplemento que, por las firmas, suponemos hoy que tenía gran prestigio.
Ese cruce (un santafesino ilustrando a Sábato y a Bioy en las páginas del diario local) es una síntesis de un momento en que Santa Fe era una cantera de artistas de valía, capaces de dialogar de igual a igual con los grandes centros urbanos.
Ya para entonces, Pautasso había expuesto de manera individual y colectiva. Desde 1956, había sido capaz de construir una trayectoria dentro del universo artístico que alternaba experimentación y oficio.
Escenógrafo y vestuarista en teatros independientes de Santa Fe y Rosario, se vinculó con figuras como Paco Urondo. Más tarde, trabajaría con Fernando Birri en el Instituto de Cinematografía de la UNL.
Su perfil nómade, atento y curioso explica la amplitud de soportes sobre los que trabajó: dibujo, collage, escenografía, cine, ilustración de libros y publicaciones. Un artista que no se quedaba quieto.
Que un diario santafesino publique textos de Sábato o de Bioy Casares ya era valioso en sí mismo. Pero que esas piezas estuvieran ilustradas por un artista joven de la ciudad hablaba de algo más, de un diálogo cultural fecundo.
No es difícil imaginar a Richard Pautasso leyendo los textos, tratando de interpretarlo para poder traducir su espíritu. En lugar de subrayar el prestigio ajeno, Pautasso se "apropiaba" de la atmósfera y la volvía imagen.
¿Quién era Richard en ese tiempo? Casi en paralelo con sus dibujos para El Litoral, junto a otros jóvenes artistas había abierto "Uff - Bazar de la vanguardia", en un entrepiso de la galería Juan de Garay.
Era un espacio dedicado a la experimentación. Para la Santa Fe de entonces "Uff" era como una bocanada de aire fresco. Una iniciativa que colocaba a la ciudad en sintonía con debates globales.
Tres años antes, en 1965, había expuesto en paralelo a Antonio Berni en el Museo Rosa Galisteo. Berni presentaba una retrospectiva de 65 piezas. Pautasso, 140 dibujos.
Ese diálogo es parte de la historia cultural de la ciudad. Allí se ve cómo ciertas búsquedas de Pautasso (el collage, los materiales cotidianos, las atmósferas urbanas) tenían que ver con la poética de Juanito Laguna o de Ramona.
Revisar las ilustraciones de Pautasso en las páginas de El Litoral es una manera de comprender cómo se forjan los vínculos culturales.
En esas imágenes que acompañaban textos de Sábato, Bioy o de escritores santafesinos, hay más que oficio. Suponen la afirmación de que una ciudad como Santa Fe podía producir artistas capaces de dialogar con la mejor literatura del siglo XX.
El archivo devuelve a Pautasso en su estado puro: un artista atento, curioso, en plena expansión, capaz de iluminar un cuento dominical y, al mismo tiempo, de integrar un laboratorio de vanguardia.
Un dato de color para cerrar: en paralelo con Pautasso, también ilustraron el suplemento de El Litoral artistas como Rosa Renk y Mele Bruniard, protagonistas de esta sección en varias oportunidades.




