Daniel Monticelli A pesar de la lluvia del sábado por la noche y la continuidad de las malas condiciones del tiempo en la jornada de la víspera, más de 40.000 personas se congregaron en el autódromo de la Asociación Mutual, Social y Deportiva Atlético de Rafaela, para presenciar la novena fecha del Turismo de Carretera. La misma en su competencia final no se llevó a cabo, debido a la determinación que tomaron los pilotos en su conjunto a raíz del accidente fatal sucedido promediando la mañana en la final del TC Pista, donde después de un choque, falleció Gabriel Miller, acompañante del piloto Alberto Noya de la categoría TC Pista. El accidente Cuando se llevaba disputada la mitad de la carrera final del TC Pista -categoría cuyos autos son similares a los de la categoría mayor, pero con algunas restricciones reglamentarias y que antecede en la programación a la largada de la final del Turismo Carretera- y que dominaba el cordobés Ezequiel Bosio, se produjo un toque. Uno de los autos involucrados, fue el Ford de Hugo Fayanas, quien en la chicana más veloz del circuito quedó cruzado en el medio de la pista. En tanto, el Dodge tripulado por Alberto Noya venía detrás y lo impactó como venía. El golpe lateral fue de gran magnitud y con la premura del caso los equipos médicos -encabezados por el Dr. Rodolfo Balinotti-, de rescate, seguridad y ambulancias, llegaron al lugar. Inmediatamente fueron atendidos tanto Noya, como su copiloto Miller y Fayanas con su acompañante Marcelo Montesanti. Ante la gravedad de dos de los accidentados, Noya y Miller, se decidió derivarlos al Policlínico de Rafaela. Posteriormente (más o menos 1 hora después), se supo que a raíz de los terribles golpes sufridos, Gabriel Miller había dejado de existir. Por su parte, Alberto Noya presentaba un cuadro de gravedad (coma III), por lo que fue trasladado por la tarde a un sanatorio de Capital Federal. Por su parte, Fayanas y Montesanti, presentaban ambos traumatismos varios, pero sin consecuencias mayores. ¿La carrera? Fue parada con bandera roja en la vuelta siete de las 15 pactadas. La determinación Como es habitual en estos casos, primero se sucedieron un cúmulo de versiones. Más tarde y cuando se confirmó el deceso de Miller, los pilotos del Turismo de Carretera decidieron reunirse en la sala de prensa y una vez escuchadas las opiniones de la mayoría, decidieron por mayoría, no correr la competencia final. La novedad fue dada por Ernesto Bessone. 'Por respeto a la familia del infortunado copiloto no vamos a correr. Somos seres humanos y la gente nos va a entender', dijo 'Tito' en nombre de los pilotos. Desmanes y destrozos Una vez conocida la noticia acerca de la suspensión de la carrera final del TC, un grupo del público que bordeaba el óvalo se volcó hacia el sector de los boxes. Muchos de ellos hicieron saber su desacuerdo con la suspensión a viva voz. Primero insultaron con gruesos epítetos y amenazas de agresión a distintos pilotos -Marcos Di Palma, Eduardo Ramos, Guillermo Ortelli, Mariano Altuna, quienes fueron los que quedaron +atrapados+ en medio del gentío. Posteriormente lo hicieron contra Oscar Aventín, presidente de la Asociación Corredores Turismo de Carretera, quien les manifestó a los más exaltados que se les devolvería el dinero de las entradas. No conforme con ello, algunos violentos (en su mayoría visiblemente alcoholizados), derrumbaron parte de la cartelería, tiraron abajo distintos alambrados perimetrales del autódromo rafaelino y quemaron cerca de 3.000 gomas (que son las que delimitan las áreas de peligro en la pista). Promediando la tarde (pasadas las 16) y en la sede del Atlético de Rafaela (Urquiza y Dentesano), comenzaron a devolverse el valor de las entradas ($ 45), a quienes tenían el comprobante correspondiente, repitiéndose insultos hacia la ACTC, los pilotos e incluso al propio club




























