Sin dudas, en el contexto de un equipo que funciona como tal, muchos advierten el crecimiento de Lucas Mugni, zurdo y habilidoso, revelación de este Colón líder.
Hoy, el diario deportivo Olé lo entrevista, y Mugni cuenta que llegó a Colón a los diez años y dos veces estuvo a punto de largar todo: a los 14, porque el DT de la categoría no lo llevaba ni al banco; y hace un año y medio, cuando Gamboa lo bajó del plantel profesional.
“Fue injusto. Me bajoneé y estuve una semana sin ir a entrenar. Ya imaginaba mi vida sin el fútbol. Pero Mario Sciacqua y Rubén Rossi (coordinador de Inferiores) me hablaron para que siga. También el Chino (Garcé) me aconsejó y me ayudó bastante”, cuenta.
Además de las palabras del defensor, también fue clave su familia. Lucas es el menor de cinco hermanos. Verónica (única mujer) es la mayor, le siguen Javier, Juan y Luis. “Son tan importantes que me tatué el nombre de ellos y de mis viejos (Miguel y Beatriz). En ese momento, estaba muy triste y ellos fueron fundamentales para que no abandonara”, explica el pibe de 20 años que aún vive en la casa paterna, en el corazón del barrio Sargento Cabral. Los tres hermanos, sabaleros como él, juegan en el equipo de Futsal de Colón y son sus principales consejeros: “Me critican un poco. Igual sé que me bancan”.
También habló de Sensini: “Me dijo que esté tranquilo, que juegue simple y me divierta. Tras ese partido revivimos como equipo y arrancó otro Colón”.
Y del partido con River: “Sabemos que van a tratar de presionarnos, pero nosotros tenemos que confiar en el equipo, ser agresivos y jugar con la pelota. Son los partidos en los que uno siempre quiere estar. Estamos para ir partido a partido. Hay que estar tranquilos y pensar en grande. Estamos bien, pero falta bastante. Ojalá terminemos así a fin de año... Festejando”.






























