"HeOído"

Domingo Sahda

“De manera acordada se puede ver lo que no se desea / La sorna y el despojo al retratar a una sociedad capitalizada, demonizada en su absurdo” (Melina Piterbarg, curadora).

El artísta plástico Carlos Monge exhibe una acotada cantidad de obras plásticas, todas ellas de contundente impacto viso-espacial resueltas en el plano bidimensional ajustadas a una óptica inherente al expresionismo visual en tanto opción discursiva. Se agrega en tanto opción alternativa un montaje de máscaras ajustadas a idéntica estilística estética.

La orientación plástica a la vista, de origen germano y nacida hacia fines del siglo XIX en Europa, caracterizó una cultura visual que fue tomando con el correr de los tiempos diversos enfoques creativos, todos ellos centrados en la condición de impacto visual exacerbado, en directo cuestionamiento estilístico-expresivo a otras corrientes nacidas en la misma época. Dentre de este marco expresivo, el Expresionismo se constituía en agresivo discurso contrastado al hasta por entonces equilibrado manifiesto icónico propio de la cultura germánica de principios de siglo XX.

El expositor apela a recursos matéricos diversos, centrando su intencionalidad en la emotividad inherente propia del “manifiesto” de alta carga discursiva opuesta a otras corrientes, haciendo hincapié en el contraste formal, matérico y de organización discursiva, apelando al impacto que reniega del equilibrio y de la secuencia formal.

La subjetiva construcción de la figuración inherente a la emotividad distante del orden compositivo apela al impacto, al contraste matérico-cromático, a la superposición de planos y recorridos visuales exacerbados. En suma tintes, texturas y formas de alto impacto presencial definen las obras a la vista que rehúsan la hipótesis de “lenguaje”, deviniendo en manifiestos discursos grandilocuentes en las cuales las metáforas se suman sin articularse entre sí.