En un contexto en el cual los liderazgos autoritarios ganan terreno, Cine América propone revisar "La naranja mecánica" (1971) y "Nacido para matar" (1987), películas de Stanley Kubrick que dialogan con los dilemas urgentes del presente.
Las películas de Stanley Kubrick, que durante dos noches vuelven a la pantalla grande, hablan de la individualidad ante a un poder, en este caso ejercido por el estado, que la quiere anular.

En un contexto en el cual los liderazgos autoritarios ganan terreno, Cine América propone revisar "La naranja mecánica" (1971) y "Nacido para matar" (1987), películas de Stanley Kubrick que dialogan con los dilemas urgentes del presente.
Estos clásicos se podrán ver el viernes a las 23.59 y el sábado a las 23.30, respectivamente, en la sala que está ubicada en 25 de Mayo 3075.
Ambas películas aluden a las tensiones que genera el choque entre el individuo y las instituciones que lo moldean, reprimen y a veces, destruyen. En pos de objetivos que se esconden bajo premisas difusas.
A primera vista parecen distintas. Una está ambientada en una Londres distópica, la otra en el infierno del ejército primero y de la guerra de Vietnam después. Pero ambas películas cuestionan la maquinaria del poder frente al libre albedrío.
En "La naranja mecánica", Alex DeLarge, sociópata amante de Beethoven y la "ultraviolencia" gratuita, es privado de su capacidad de elección a través del Tratamiento Ludovico, una terapia de aversión aplicada por el Estado.
El resultado dista de ser un hombre reformado, es un cuerpo obediente incapaz de decidir, que deja de ser humano en el sentido profundo de la palabra.
Cómo se escribió en estas mismas páginas en 2021, cuando la película cumplió 50 años: "la bondad es algo que uno elige. Cuando un hombre no puede elegir, deja de ser hombre".
Por su parte, "Nacido para matar" transcurre en dos actos: el primero, en un campo de entrenamiento donde los marines son despojados de toda individualidad; el segundo, en el campo de batalla, donde ese vaciamiento deriva en violencia y nihilismo.
La brutal pedagogía del sargento Hartman es la versión militar del tratamiento Ludovico: una operación para extirpar el yo y reemplazarlo por un autómata que dispara sin pensar.
En tiempos marcados por figuras como Trump o Vladimir Putin, cuya retórica desprecia muchas de las libertades civiles, el cine de Kubrick es actual. Ambos representan, en formas distintas, la pulsión de control y la manipulación ideológica.
El Tratamiento Ludovico reaparece en formas más sutiles: redes sociales que condicionan la conducta, polarización ideológica sin matices y discursos políticos que ofrecen seguridad a cambio de sumisión.
Lo que Kubrick planteó como distopía hoy casi no lo es. El Alex de Large de 2025 no necesita una pantalla con los ojos abiertos con una maquinaria sofisticada. Hay otras formas de anestesiar el pensamiento crítico.
Kubrick no condenaba ni celebraba; exponía. En su cine los recursos técnicos están pensados para desestabilizar. Esto se ve en las dos películas a las cuales se alude en estas líneas: el espectador las termina de ver y es distinto.
En la primera Alex baila mientras casi mata un vagabundo o abusa de una mujer al ritmo de "Singin’ in the rain". Pero el Estado que lo castiga, actúa con la misma brutalidad y lo despoja de toda dignidad.
En la segunda, el sargento se vale de la violencia para romper a los reclutas y convertirlos en "máquinas de matar". En los dos casos el problema es la institucionalización de la violencia, su justificación desde el poder.
"La naranja mecánica", prohibida en Argentina durante la dictadura y recién estrenada en democracia, se convirtió en una película de culto por su profundidad filosófica. "Nacido para matar" es una obra antibelicista que evita el sentimentalismo para mostrar la devastación interna de sus protagonistas.
Lo que une a ambas es la pregunta, sin respuesta evidente: ¿es posible sostener la libertad individual frente a un poder que no tolera la disidencia? En ese sentido, el cine de Kubrick es vigente porque la humanidad sigue atrapada en el mismo dilema.




