Superlógico es una banda tributo argentina a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, que recrea fielmente los shows de la banda original, tanto en sonido como en estética. Con esa propuesta llegarán a Tribus Club de Arte el viernes 14 de noviembre a las 21; las entradas están a la venta en boletería de Tribus y a través de Ticketway.
El Litoral conversó con el guitarrista Walter “Chupete” Ramírez para conocer más sobre su aprendizaje constante sobre la música de la banda de Skay Beilinson y el Indio Solari.
Amigos musicales
-Se promociona como “Fiesta Ricotera XXL”. ¿Qué se va a encontrar el público que vaya el 14 a Tribus, que por ahí no los conoce?
-Con Superlógico venimos tocando hace más de 20 años. Más allá de ser meramente un show de rock, viajamos con VJ, con visuales: la gente ya desde el primer momento que va al venue, al recinto, ya hay música de los Redondos. Pone un pie en el lugar, y un poco es recrear, más allá de una banda tocando en vivo, el espíritu y esa comunión, esa misa, que nombra bien la gente.
-¿Cómo recordás los primeros pasos, y el momento en que decidieron fundar una banda que recree fielmente lo que era la misa ricotera?
-El comienzo de la banda fue bastante fortuito. Todos teníamos diferentes bandas, y a todos también nos gustaba mucho la música de los Redondos; más allá de la vida que tenían nuestras diferentes bandas, nos juntábamos para divertirnos y recrear esa música.
Yo toco la guitarra, y hacer la música de los Redondos es bastante dinámica y divertida, porque tiene diferentes partes de guitarra, diferentes sonoridades a lo largo de los años: te exige estar ahí, atento a todo. Entonces era hacer la música que te gustaba y hacer el esfuerzo de recrearla lo más fielmente posible. Y bueno, la gente empezó a venir y la gente empezó a alentar, para que no nos detengamos.
Fidelidades
-Ustedes dicen: “No agregamos un acorde, no agregamos una nota”. ¿Cómo se trabaja para ser fiel en lo sonoro, para estudiar y poder trabajar las partes de cada uno?
-Algunas licencias nos tomamos: cuando uno interpreta, cada músico tiene su impronta para tocar. Por ejemplo la guitarra, a lo largo de la vida de los Redondos, de su carrera musical, abarca un montón de sonoridades: te ponés a analizar los primeros discos, desde “Gulp!” hasta “Oktubre”, el sonido de Skay. estaba marchando en el sonido hasta el new wave, post punk.
Después arranca una época bien rockera: “La mosca y la sopa”, por ejemplo, con las guitarras más crudas. A lo último hay unas sonoridades un poco más complicadas, más texturas, más modernas. Como guitarrista es bastante divertido, porque al largo del show vas manejando diferentes presets y sonoridades para recrear la época.
-En todos estos años bueno, pasaron por el Teatro Flores, La Trastienda, hasta llegar al Pepsi Music.
-Un montón de lugares: el Luna Park, el Malvinas Argentinas... El Teatro Flores es como nuestra segunda casa: este año hicimos una residencia, donde tocamos una vez por mes durante todo el año; en cada uno de los shows se recreaba un disco completo, y en la segunda parte del show los clásicos. Este próximo sábado 8 de noviembre vamos a estar recreando “Luzbelito” entero, y después clásicos de la banda.
-También en Córdoba tocan mucho y con mucha gente.
-Córdoba desde un principio nos amó, nos acogió; nos recibieron y nos instaban a ir. En otra época del país, donde había otras situaciones económicas, íbamos cinco veces al año; el público nos pedía e íbamos bastante seguido a Córdoba y a Río Cuarto: eran los dos lugares que hacíamos.
Cultura popular
-Decías que nacieron de un grupo de amigos; empezaron cuando hacía poco que se habían separado los Redondos. Al alejarse esa despedida, ¿se tomaron la responsabilidad de mantener la bandera de los Redondos en alto?
-Sinceramente, creo que nunca lo pensábamos. Quizás la responsabilidad es que teníamos mucha gente que nos iba a ver, y en los principios quizás en lugares más under. La responsabilidad es ir y tocar para esa gente que te viene a ver, tocar con energía y con amor. Porque la música de los Redondos ya está en el aire: no hace falta que nosotros mantengamos ninguna llama, ya está instalada.
Seguramente hay gente que no conoce los Redondos; pero puedo estar hablando con mi tía, escucha un tema y saben quiénes son, aunque no tiene ningún disco. Está en el aire, no hace falta que la ayudemos. Lo que sí tenemos que hacer es, cada que vamos a tocar, hacerlo lo mejor posible, con la mayor energía posible.
-¿Y qué sentís cuando ves que hay pibes, nuevas generaciones que no vieron a los Redondos en vivo, o los conocieron cuando ya los estaban separados? Están en el público de ustedes, han mamado esa música, quizás de sus padres.
-Es sorprendente: veo muchas veces que los padres llevan a sus hijos, y hay una especie de fidelización, que quieren hacer a los hijos de la música rock (risas). Pero es llamativo, porque cuando los hijos ven a sus padres y ven esa pasión inagotable, y esas ganas de transmitir, prestan atención.
A uno porque le gusta la música de los Redondos; pero si vos te abstraés y lo miras de afuera, es un fenómeno mundial, raro, único diría. Por ejemplo, los shows del Indio y todas esas cuestiones. Creo que los chicos también tienen un poco de curiosidad, de participar y ver qué es lo que sucede ahí.
Exigencia
-Después de tantos años, esto que nació de la pasión y es una música que a ustedes les gusta, ¿cómo es sostenerlo desde lo humano, y sostener la relación con esa música que para ustedes ya también es un trabajo?
-Es algo que me motiva siempre a tocar un poquito mejor, a sonar un poquito mejor. Últimamente, como estamos recreando los álbumes, estamos tratando de acercarnos lo más fielmente. En la última época de los Redondos, “Luzbelito” y “Momo Sampler”, se incluía otro tipo de tecnología: eso es un desafío al que quizás uno no estaba tan acostumbrado, y ahora lo va lo va incorporando; con secuencias, disparar cosas.
Eso te exige que salgas de tu zona de confort; lo para cualquier instrumentista, aparte de ser un desafío, te motiva, te exige.
-¿Cómo sigue la actividad de Superlógico?
-Este próximo sábado estamos acá en el Teatro Flore presentando “Luzbelito” y clásicos. El viernes 14 estamos ahí con ustedes en Tribus y al otro día vamos Concordia. Al otro fin de semana estamos acá en el Conurbano de Buenos Aires, en Quilmes; y al siguiente en la zona de San Justo.
-De acá fin de año van a tocar un montón.
-Sí: estas son fechas en que hay mucha avidez; noviembre y diciembre son épocas de despedir el año o reencontrarse: son meses especiales.