Es, sin lugar a dudas, la bebida más popular del vecino país y lo primero que siempre ofrece un paraguayo a cualquiera que pise su casa. Una jarra de agua helada y una guampa, recipiente de cuerno de vaca o madera, cargada de yerba mate.
Tomar tereré es un acto social, une a la gente en los pasillos, las plazas y los parques. Se comparte el tubo metálico con el que se sorbe el agua, pasa de una boca a otra, no importa lo grande que sea el grupo.
El conductor paraguayo tiene prohibido hablar por el teléfono móvil en el coche, pero es legal levantar con una mano derecha, cada dos cuadras, un termo de dos litros forrado en cuero con el símbolo de su equipo de fútbol mientras sujeta con la izquierda la guampa, que deja rebosando de agua y yerba antes de sorber ruidosamente.
La devoción por esta infusión fría no distingue clase ni condición social, en un país con unas temperaturas medias de entre 35 y 38 grados, son pocos los que no caminan con un gigante termo colgando de la mano.
En la más seria audiencia del Senado, en cualquier reunión de oficinistas o en las paradas de los taxistas siempre habrá algún paraguayo sorbiendo un tereré.
La bebida se arraigó completamente en la sociedad paraguaya a partir de la Guerra del Chaco, que les enfrentó con Bolivia entre 1932 y 1935.
Los soldados paraguayos estaban acostumbrados a tomar la yerba con agua caliente como en la cuenca del río de la Plata, es decir, Argentina y Uruguay.
Pero el Chaco es un lugar muy árido y caluroso, y los paraguayos dejaron de calentar el agua para no dejar señales de fuegos en las trincheras, y se popularizó el tomarlo frío, algo que tras la victoria se convirtió en todo un símbolo.
Paraguay celebra el Día Nacional del Tereré el 22 de febrero, declarado así oficialmente hace 4 años para honrar al brebaje.
La declaración fue un reivindicación nacional, ya que la yerba es común a varios países de la región, aunque es originaria de Paraguay, cuestión siempre debatida en cualquier esquina o bar de una ciudad donde haya brasileños, paraguayos, argentinos o uruguayos juntos.
En Santa Fe también tiene fuerte arraigo, traído por los numerosos estudiantes correntinos y chaqueños que se radican en nuestra ciudad. Ayudan las altas temperaturas del litoral santafesino, y la tradición del mate ya instalada, hacen que en cuanto asoma el primer calorcito, el mate se sustituya por un rico y fresco tereré. Eso sí, aunque en verano le hace sombra al mate, el tereré todavía no consigue destronar a una cervecita helada por la noche en estas tierras.
































