Las últimas costumbres y hábitos de los seres humanos han perjudicado a las demás especies que habitan el planeta a tal punto que muchas han desaparecido. Por esto camino irían las vaquitas marinas, animales que viven en las aguas del mar de Cortés.
Los científicos aseguran que el animal marítimo podría desaparecer porque su número ha disminuido considerablemente en las aguas del mar de Cortés. ¿Qué pasa con ellas?

Las últimas costumbres y hábitos de los seres humanos han perjudicado a las demás especies que habitan el planeta a tal punto que muchas han desaparecido. Por esto camino irían las vaquitas marinas, animales que viven en las aguas del mar de Cortés.
La vaquita marina, una rara especie marina que habita en el alto golfo de California, en México, está al borde de desaparecer y su población se ha reducido en un 98,6% en la última década, según un estudio publicado en The Royal Society Open Science.
De no terminar con la pesca ilegal, los científicos advierten que su extinción podría ser inminente después de que se identificaran solamente unas 10 vaquitas marinas en las aguas del mar de Cortés, su refugio entre Baja California y Puerto Peñasco en Sonora.
El destino de la vaquita marina depende de otro animal marino que habita en la misma región: el pez totoaba, que es similar al róbalo y tiene una vejiga natatoria muy codiciada en China.
Lo que sucede es que las vaquitas marinas son capturadas accidentalmente y se ahogan tras quedar atrapadas en las redes de enmalle que se colocan de manera ilegal para atrapar al totoaba, calificado también como vulnerable en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Y es que en la medicina tradicional china se cree que los buches de pescado secos son afrodisíacos y ofrecen un sinfín de beneficios para la salud. En el mercado negro de ese país, el kilogramos de buche se puede vender hasta por US$ 8.000, según el Gobierno de México. No en vano se le ha denominado "la cocaína del mar".
Aunque suene a una solución obvia, los científicos no paran de advertir que la única manera de conservar a esta especie es poniendo fin a la pesca ilegal.
En 1997 quedaban 567 vaquitas marinas, lo que motivó la creación del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), conformado por científicos expertos en cetáceos que tenían el objetivo de asesorar al Gobierno de México para crear un plan de recuperación.
Desde su primera reunión, el CIRVA concluyó que las redes de enmalle eran la mayor amenaza para la vaquita marina por lo que desde entonces enfatizó en la necesidad de reducir a cero la captura accidental de vaquitas y el desarrollo de artes de pesca alternativas.
"En un periodo muy breve, una serie de eventos accidentales en cierto lugar y momento podrían generar la desaparición definitiva de la especie; el riesgo es inminente de seguir la pesca ilegal como hasta ahora”, señaló Luis Medrano González, investigador y profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de México.




