En las últimas horas del jueves y las primeras del viernes, varias localidades de la provincia de Buenos Aires —entre ellas la ciudad de Junín— se vieron afectadas por un fuerte temporal que combinó intensas lluvias y ráfagas de viento que alcanzaron los 90 km/h.
Según el intendente la ciudad de Junín, Pablo Petrecca, se registraron árboles caídos en la vía pública, el colapso parcial de un cielorraso en un supermercado cercano a la ruta 7, daños en viviendas, anegamientos de calles y cortes del suministro eléctrico en al menos quince barrios.
Protocolo
Se activó el protocolo de emergencia municipal: equipos municipales de distintas áreas fueron desplegados para asistir a los vecinos, y las redes sociales del distrito recomendaron evitar salir de casa, permanecer bajo techo y en espacios cerrados.
En Junín, tres familias que sufrieron daños fueron asistidas por la Secretaría de Desarrollo Humano, y una debió ser evacuada al Complejo Pioneer. Hasta la madrugada del viernes no se habían reportado heridos.
Otras localidades como Chivilcoy y Ameghino también sufrieron ramales de tendido eléctrico afectados por la caída de ramas de árboles, lo que motivó cortes de luz que fueron normalizándose con el correr del día.
Tres familias que sufrieron daños fueron asistidasAlerta meteorológica y pronóstico
El Servicio Meteorológico Nacional informó que doce provincias, incluida la de Buenos Aires, estaban bajo diferentes niveles de alerta por tormentas para este viernes. Se trata de advertencias de nivel amarillo y naranja, según la región y la intensidad prevista.
Por ejemplo, amplios sectores del centro bonaerense, la Costa Atlántica, el Gran Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires estaban bajo alerta amarilla; mientras que otras zonas —como el noroeste de la provincia, todo Santa Fe, el oeste de Entre Ríos y el centro-norte de Córdoba— estaban bajo alerta naranja.
Se activó el protocolo de emergencia municipalEstas alertas tienen por objeto advertir sobre la posibilidad de fenómenos meteorológicos que “poseen capacidad de daño” o de “interrupción momentánea de actividades cotidianas”. Entre los riesgos figuran lluvias abundantes en cortos períodos, actividad eléctrica frecuente, ráfagas de viento intensas (que pueden superar los 70-90 km/h) y granizo aislado.
El pronóstico para el área metropolitana indicaba que, tras superar los 30 °C el jueves, el viernes oscilaría entre los 18 °C y 23 °C, y que el sábado arrancaría con mínimas de 16 °C (máxima 21 °C) para caer el domingo a mínimas de 12 °C; el lunes se esperaba una máxima de apenas 16 °C, lo que marcaría un brusco descenso de la temperatura.