Crisis humanitaria en el este de Libia tras las devastadoras inundaciones

Organizaciones humanitarias han emitido una preocupante advertencia sobre el inminente riesgo de brotes de enfermedades en el este de Libia después de las devastadoras inundaciones que han dejado miles de víctimas, entre muertos y desaparecidos.

A medida que las esperanzas de encontrar sobrevivientes se desvanecen, el este del país se enfrenta a una catástrofe sin precedentes.

La tormenta Daniel azotó la ciudad costera de Derna a orillas del Mediterráneo, desencadenando la ruptura de dos represas y una crecida súbita que arrasó todo a su paso, creando una devastación similar a la de un terremoto.

Los edificios han sido arrasados, mientras que otros están parcialmente destruidos, con vehículos incrustados en sus paredes.

Esta tragedia golpea duramente a un país que ya se encuentra sumido en años de conflicto y divide a dos gobiernos en una lucha constante por el poder.

Los informes sobre la magnitud de la tragedia varían. Othman Abdeljalil, jefe de Salud del gobierno oriental de Libia, no reconocido por la ONU, informó sobre 3.166 muertes, incluyendo 101 víctimas adicionales encontradas recientemente.

En contraste, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que se han identificado los cuerpos de 3.958 personas fallecidas, con un total de 9.000 desaparecidos. La OMS ha desplegado 29 toneladas de material médico en Bengasi, mientras que la ayuda humanitaria internacional comienza a llegar a la región.

Las labores de rescate se ven obstaculizadas por el caos político que persiste en el país desde la caída del dictador Muamar Gadafi en 2011.

Con dos gobiernos rivales, uno en Trípoli reconocido por la ONU y otro en el este bajo el mando del mariscal Jalifa Haftar, la coordinación y la ayuda eficaz se ven comprometidas por la división política y el conflicto constante.