James D. Watson murió a los 97 años. Fue uno de los descubridores de la estructura de la doble hélice del ADN y compartió el Premio Nobel de Medicina de 1962 con Francis Crick y Maurice Wilkins. Su trabajo explicó cómo se replica el ADN y cómo se transmite la información genética, un avance que impulsó el desarrollo de la biología molecular moderna.
Nacido en Chicago en abril de 1928, Watson obtuvo a los 15 años una beca para estudiar en la Universidad de Chicago y se interesó en la difracción de rayos X para investigar estructuras atómicas. Más tarde se trasladó a Cambridge, donde junto a Crick construyó modelos de la molécula que llevaron al hallazgo de la doble hélice. Fue profesor en Harvard y en 1968 asumió la dirección del Laboratorio Cold Spring Harbor.
Su gestión en Cold Spring Harbor ayudó a convertir al centro en una referencia mundial en genética y biomedicina. En 2014 llamó la atención al subastar su medalla del Nobel, que se vendió por 4,8 millones de dólares y luego se devolvió al autor de la compra. En sus últimos años, según medios estadounidenses, sufrió un accidente automovilístico y vivió en un centro de cuidados con un estado de consciencia limitado.
Contribución científica
El anuncio de 1953 sobre la doble hélice describió una estructura formada por dos cadenas enroscadas cuyos pares de bases permiten la copia fiel del material genético. Ese modelo ofreció una explicación mecánica para la replicación del ADN y abrió caminos para secuenciar genomas, desarrollar pruebas genéticas y avanzar en la medicina molecular.
James D. Watson: legado científico y controversias en la genética moderna.El avance se apoyó en múltiples aportes, entre ellos imágenes de cristalografía de rayos X obtenidas en el King’s College de Londres por Rosalind Franklin y Maurice Wilkins. La combinación de datos experimentales y modelos teóricos permitió a Watson y Crick proponer el apareamiento de bases que hizo plausible la transmisión hereditaria de la información genética.
Watson calificó en su momento a la estructura como “el secreto de la vida”, una frase que reflejó la magnitud del hallazgo y su impacto en la comunidad científica. Su trabajo juvenil y sus décadas como investigador y director marcaron generaciones de estudios sobre genética molecular y biomedicina.
Sanciones institucionales
La figura de Watson quedó también marcada por declaraciones sobre raza e inteligencia que generaron rechazo público. En 2007 sostuvo declaraciones que describieron su postura como “pesimista respecto al futuro de África” debido a la inteligencia, lo que provocó cancelaciones de conferencias y sanciones de instituciones que colaboraban con él.
Watson pidió disculpas en distintas ocasiones y reconoció que no existía base científica para algunas de sus afirmaciones. Sin embargo, en 2019 reiteró puntos de vista polémicos en un documental, afirmando que los genes influyen en que haya una diferencia en el promedio que consiguen negros y blancos en pruebas de inteligencia o de coeficiente intelectual.
James D. Watson: legado científico y controversias en la genética moderna.Como consecuencia institucional, Cold Spring Harbor le retiró todos los títulos honoríficos y rompió vínculos con él. El Premio Nobel, en tanto, no es revocable, por lo que Watson conservó la distinción que recibió en 1962 pese a las sanciones y la condena de parte de la comunidad académica.
La muerte de James D. Watson cierra la vida de un científico cuyo legado combina una contribución científica fundamental para la genética moderna y una trayectoria pública marcada por polémicas que afectaron su relación con instituciones y colegas.