Nueva impronta al aeropuerto de Rosario y su entorno

Juan Chiummiento | redaccion@miradorprovincial.com

Algo está cambiando en el noroeste rosarino. Tanto el edificio que aloja el aeropuerto internacional “Islas Malvinas” como su entorno viven una serie de transformaciones que convertirán el sector en un centro multipropósito con intenso tránsito y fuerte actividad comercial. La decisión del gobierno santafesino de revitalizar la terminal aérea será acompañada de fuertes inversiones del sector privado, que marcarán un antes y un después para la zona.

Por estos meses el aeropuerto encara un plan que apunta a mejorar la experiencia de los visitantes -ya sean pasajeros, acompañantes o vecinos- en cuanto a la oferta de servicios. La propuesta tiene diversos ítems: reformas en los espacios comunes, incorporación de tecnología, mayor superficie de embarque y arribo, renovada propuesta gastronómica y un nuevo paseo comercial. En todos estos aspectos se calcula una inversión para lo que resta del año en 63 millones de pesos, aunque el efecto inflacionaria hará que estas cifras sean claramente superiores. Asimismo se estimó un impacto en mano de obra directa de 84 puestos de trabajo.

“El objetivo es tener una terminal con funcionamiento 24 horas, con la intervención de nuevos actores que le den una impronta internacional”, comentó el presidente del directorio Matías Galíndez, quien además brindó detalles del proceso de transformación urbana que se espera para la zona, que incluye la posible construcción de un centro de convenciones y hotel (ver aparte).

Cambios en el diseño interior

El capítulo que tendrá un impacto visible en el corto plazo serán los cambios en el diseño interior del edificio, donde se plantea un cambio de revistimientos, nuevo mobiliario, señalética e iluminación. La idea es mutar del gris mara a un aluminio, a tono con la tendencia mundial, de la misma manera que ya se empezó a trabajar con la tecnología: tras firmar un convenio con una firma estadounidense se incorporaron dispositivos de información dinámica que permite hacer más eficientes los tiempos. “Solo Córdoba, Buenos Aires y Mendoza los tienen. Ahora también nos sumamos nosotros”, indicaron.

Está en marcha también la ampliación de las salas de embarque y arribo, tanto de cabotaje como internacional. En promedio se incrementarán un 50 por ciento, a través de obras que se realizan con fondos del Ejecutivo santafesino.

Otro de los ejes apuntados es la renovación de la oferta gastronómica. En este sentido ya se adjudicaron cinco espacios, que estarán en total funcionamiento a principios de 2019. Dos estarán en las salas de embarque (nacional e internacional) y tres en áreas accesibles para todo público, por lo que se apunta no solo al pasajero sino también a los vecinos de Rosario y Funes. Para ello fue necesario un proceso licitatorio que determinó quienes se harán cargo de los mismos.

En la planta baja del edificio se sumará un café de la reconocida marca marplatense Havanna, a través de una franquicia que operará la local ABS Cafetería y Servicios SRL. En el nivel superior, en tanto, desembarcará una propuesta de platos elaborados y sandwiches que estará a cargo del mismo grupo empresario que maneja los bares Chinchibira, Birra, Churrasquería y Churrasquito. También habrá lugar para un nuevo café 360° a la salida de las escaleras mecánicas.

Más servicios

El último de los aspectos que fueron destacados por Galíndez es la convocatoria vigente para el otorgamiento de permisos de uso sobre 14 espacios comerciales, priorizando rubros de interés para el pasajero: rentadoras de autos, seguros de asistencias al viajero, librerías, joyerías, minimarket, farmacia y perfumería, marroquinería y accesorios de viajes y tecnología entre otros.

La propuesta, que tendrá su apertura de ofertas sobre principios de octubre, distingue diez módulos de 11 metros cuadrados cada uno y un total de tres islas de seis metros cuadrados, ubicadas en planta baja. También se suman un local de 75 metros cuadrados y uno de 22 metros, en planta alta.

La renovación comercial también abarca las salas VIP, que fueron adjudicadas a Amae, empresa con vasta experiencia en proveer servicios aeronáuticos. La firma ampliará y brindará un renovado diseño a la sala vip del sector doméstico mientras que construirá un nuevo espacio vip en el área internacional.

“Un local fundamental que se habilitará en breve es la casa de cambio que será operada por Transatlántica. El espacio que está siendo acondicionado, se ubicará en el sector público próximo a la salida del arribo internacional”, confirmó Galíndez.

Como corolario de este cambio impulsado desde la aeroestación, se encuentra en comisión evaluadora el llamado a concesión del uso y explotación con fines exclusivamente publicitarios y/o promocionales de espacios públicos en el interior y exterior, y mobiliario urbano del aeropuerto. El pliego está orientado a acompañar la nueva imagen del aeropuerto y generar una nueva experiencia visual y/o sensorial al pasajero.

Nuevos usos para el entorno del aeropuerto

En paralelo con los cambios evidenciados dentro de la terminal aérea se encuentra en marcha un plan de re ordenamiento urbano del entorno, que tendrá un impacto significativamente mayor para las comunidades de Rosario y Funes. Esto implica la construcción de nuevos accesos viales, nuevos espacios verdes y la posibilidad de habilitar usos complementarios como un hotel o un centro de convenciones. Para que todo el esquema cuaje, será necesario la sanción de dos ordenanzas y una ley provincial que permita la operatoria.

Se trata de una propuesta “a todo o nada”, donde -como si fuera un castillo de naipes- cualquier movimiento inoportuno de piezas puede quebrar toda la estructura. Se requiere que los organos legislativos de ambas localidades brinden indicadores que permitan que en un terreno de 2,25 hectáreas lindero al actual centro comercial Fisherton Plaza se permita la construcción en altura, y así poder canjear con un privado un lote de 10 hectáreas ubicado frente a la terminal aérea (donde se prevé la generación de un gran parque público).

Si todo marcha sobre ruedas y la Legislatura lo habilita, el privado se quedará con un predio de menor superficie, pero sobre el cual podrá desarrollar un emprendimiento inmobiliario. “El dueño está de acuerdo con el plan, solo resta que se avance en las ordenanzas y la ley provincial”, dijeron desde la terminal aérea.

En agosto se avanzó con la firma de un convenio entre ambas municipalidades, que sirvió como puntapié inicial para avanzar sobre estos lineamientos. “Se trata de un proyecto estratégico, tenemos que entenderlo así, un proyecto de gran futuro al que todos los que estamos aquí presentes vamos a valorar una vez esté ejecutado y vamos a saber que hubo una gran articulación de muchos actores, tantos de sectores públicos como privados, para que esto ocurriera”, valoró oportunamente la jefa comunal rosarina Mónica Fein.

Una nueva terminal para vuelos no comerciales

El último de los proyectos en danza es el de la revitalización del área conocida como “Terminal de Aviación General”, que tiene por objetivo ordenar los más de 3.000 servicios mensuales que tienen lugar en Fisherton, principalmente aeronaves de aviación ejecutiva, taxis aéreos, sanitarios y escuelas de vuelo.

La idea es armar una “mini terminal” en el sector sur de la estación aérea, para dividir claramente las operatorias provenientes de vuelos comerciales y no comerciales. Antes ya se vienen ejecutando algunas obras concomitantes con dicha estrategia, como la reciente habilitación de una nueva pista auxiliar de 6.000 metros exclusiva para vuelos ejecutivos.

Actualmente en ese sector se emplazan doce hangares (dos de uso público, uno se utiliza como depósito fiscal y el resto son explotados por privados). Además del ordenamiento del área, el proyecto prevé también una nueva playa de estacionamiento de aeronaves, la edificación de nuevos hangares y una ampliación de la zona de cargas.

Para llevar a cabo este nuevo emprendimiento, el directorio propone la conformación de un fideicomiso de obra para la administración de obras comunes.

No es la primera vez que la Provincia intenta llevar adelante un proyecto de esta naturaleza. En 2015 el por entonces titular del AIR Raúl Garo también había pretendido hacer una movida similar, que rápidamente cosechó fuertes rechazos de los aeroclubes regionales, que entendían que la iniciativa era una sentencia de muerte para la actividad.

Está en marcha también la ampliación de las salas de embarque y arribo, tanto de cabotaje como internacional. En promedio se incrementarán un 50 por ciento, a través de obras que se realizan con fondos del Ejecutivo santafesino.