La mafia narco y la red de complicidades, según Lascano

A sala llena, el periodista del diario La Capital de Rosario, Hernán Lascano, presentó este viernes en Venado Tuerto el libro “Rosario, la historia detrás de la mafia narco que se adueñó de la ciudad”, escrito junto con su colega del diario La Nación, Germán de los Santos, y que desde finales del año pasado es uno de los preferidos por los lectores.

Coorganizada por la Asociación Regional de Trabajadores de Prensa (Artrap) y el Instituto de Enseñanza Superior N° 4058 “Dante Alighieri” (en su 30° aniversario), la actividad fue declarada de Interés Municipal por el Concejo de Venado Tuerto, y los ediles Juan Ignacio Pellegrini, María Verónica Ruiz y Guillermo Barbey hicieron entrega de una copia de la declaración al destacado visitante.

Previamente, en la media tarde, Lascano había sido recibido por el intendente Leonel Chiarella en la sede municipal, donde dialogaron durante un buen rato sobre la extendida problemática de las bandas narco en el sur santafesino, en tanto que en horas de la noche el mandatario local devolvió la gentileza con su presencia en la sala Castalia de la Biblioteca Popular “Florentino Ameghino”, siempre caracterizada por la calidez de sus anfitriones.

Tras agradecer la colaboración para hacer posible el evento de la Secretaría de Territorialidad y Desarrollo Cultural municipal -coordinada por Miriam Carabajal-, de las diputadas provinciales Sofía Galnares y Rosana Bellatti, y del concejal Sebastián Roma, el locutor Roberto Cassane presentó a Hernán Lascano, quien desarrolló su exposición luego de una breve introducción del presidente de Artrap y director del Instituto “Dante Alighieri”, Mauro Camillato, quien decribió que luego de la exitosa publicación, en 2017, del libro “Los Monos: Historia de la familia narco que transformó a Rosario en un infierno”, también en coautoría con De Los Santos, la flamante obra contiene una serie de historias que ayudan a comprender el fenómeno narco que golpea desde hace largos años a la ciudad de Rosario, incorporando pormenores de las disputas violentas entre las diferentes bandas, el lavado de dinero, las vinculaciones con el poder, el accionar de los sicarios y el funcionamiento del sistema carcelario.

Fallas judiciales y políticas

Momentos antes del acto de presentación (se vendieron numerosos ejemplares en el stand de TyP), en la que se destacó el absoluto silencio del auditorio durante toda la exposición del periodista y escritor (luego se dedicó un espacio a las preguntas de los asistentes), se desarrolló una conferencia de prensa, donde Lascano manifestó el propósito original de “describir la transformación muy dinámica del fenómeno criminal en Rosario, que no sólo pasó por una agudización de la violencia, sino también por el entrelazamiento de los narcos con los distintos sectores del mundo legal en la generación de réditos económicos, su principal objetivo”.

Luego, indicó que se trata de “un libro de historias y anécdotas sobre cómo sectores criminales pudieron avanzar mediante asociaciones con distintos sectores institucionales, como las fuerzas de seguridad, que tuvieron como aliadas a las omisiones de un Estado, sobre todo del Poder Judicial, que no tuvo capacidad ni destreza para ponerles límite, y no necesariamente por una voluntad homicida, sino por desconocer un fenómeno que se tradujo en dos cosas: un enorme avance de la violencia y la asociación con distintos sectores económicos que proporcionaron estímulos para crecer a estos grupos criminales”, y entre dichos sectores mencionó el rubro inmobiliario, “porque les vendieron terrenos en countries; sectores del mundo profesional, como contadores que les llevaron sus finanzas; como escribanos que les transfirieron inmuebles; como abogados que trabajaron para garantizarles impunidad; como sectores financieros que hicieron grandes negocios con los ingresos que ellos les proporcionaban; tanto es así que en Rosario recientemente condenaron a un financista muy importante, que fue presidente de Terminal Puerto Rosario por venderle dólares a un grupo de aliados de ese prototipo criminal que es Esteban Alvarado, y el libro explica esta transformación, que no se dio solamente en términos de violencia, sino también en términos de la vida cultural de todo lo que ligó al delito”.

Bailacque y Luccini, sospechosos

Más adelante, el excorresponsal del diario El Litoral insistió en las complicidades de los funcionarios judiciales en el agigantamiento de la influencia narco en Rosario, y graficó que “en este momento el Consejo de la Magistratura de la Nación está investigando las acciones de un juez federal de Rosario, Marcelo Bailacque, que se negó sistemáticamente a investigar 14 informes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, según los cuales Esteban Alvarado tenía actividades de narcotráfico en 2013, y este funcionario no habilitó, según plantearon en el juicio a Alvarado, las acciones que hubieran llevado a una persecución eficaz. Y 10 años después, con enormes destrozos producidos por este sujeto, esa misma prueba que fue omitida y cajoneada por dicho juez, es la que logró que lo llevaran ante el Consejo de la Magistratura, le abrieran un expediente disciplinario y dieran una sentencia muy severa contra uno de los actores más representativos de la criminalidad de Rosario”.

Sobre responsabilidades en el campo de la política, Lascano -nacido en el barrio porteño de La Boca y desde hace largos años radicado en Rosario- sostuvo que “también en la política hubo actitudes omisivas y sospechables”, y citó el caso de un personaje conectado a Venado Tuerto, como Horacio Luccini, que “fue convocado en la gestión anterior de gobierno al Ministerio de Seguridad y tuvo relaciones totalmente cuestionables, reprochables y de apariencia delictiva con sectores del crimen para generar contactos con un líder criminal de Rosario como Guille Cantero, y eso quedó en suspenso y no está siendo investigado”.

Alvarado, Di Benedetto y Novelino

“Nosotros tomamos en el principio del libro a un gran personaje del campo criminal, por su complejidad e inteligencia, como Esteban Alvarado, un actor decisivo de la violencia, pero también de la estrategia criminal para producir negocios en Rosario. Hay un episodio que protagonizó Alvarado, y que llegó inclusive a que se publicaran crónicas en la prensa internacional, que fue el intento de fugarse de la cárcel de Ezeiza en helicóptero, un plan que es para una película de HBO, donde pudo contratar a un piloto de Venado Tuerto, que se dedicaba a los negocios de la construcción, y que había sido recomendado por un abogado conocido y condenado, que es Antonio de Benedetto, también de Venado Tuerto y, sin dudas, un personaje sumamente interesante por su carisma, inteligencia y capacidad de generar negocios económicos, y por su destreza profesional como abogado; entonces, no es solamente un problema que esté en Rosario, sino que genera, a partir de un gran desarrollo en esa ciudad, redes y nudos en muchos otros lugares; en Venado Tuerto tenemos el ejemplo de la relación de una persona muy conocida en el ambiente del hampa, como es Nahuel Novelino, con actores del campo criminal de Rosario”, subrayó el conferencista.

Sobre los vínculos de las bandas narco con los negocios legales, aclaró Lascano que “el vínculo no necesariamente requiere de protagonistas del campo inmobiliario, por ejemplo, sentado a la misma mesa con un actor criminal que ejerce violencia, sino por el lugar donde se encuentran las dinámicas de uno y de otro, que es el dinero. Hay un capítulo del libro que se llama El lugar donde todos se encuentran, y es el dinero que producen las organizaciones criminales, absorben las entidades legales y sirven justamente para reproducir el delito (…) El problema es que muchas veces no se ve que el dinero negro confluye en el mismo lugar y que probablemente ese departamento que compró en un edificio la persona que generó esa ganancia negra, le va a representar ser vecino de un narco, que de la misma manera produjo un dinero negro y sin el rastreo de su procedencia, haciendo que todo confluya en el mismo sitio. Muchas veces hay reproches sociales que caen sobre una parte, que es básicamente el que es más fácilmente se castiga, y el foco es la violencia, pero también sabemos que la violencia entronca con los sectores que les brindan servicios y están en la legalidad”.

Objetivo: generar conciencia

Más adelante, Hernán Lascano -es graduado en Comunicación Social en la UNR- consideró con humildad que sus trabajos de investigación “no van a generar ningún cambio drástico” en la lucha contra el narcotráfico, aunque aceptó que “a partir de un montón de ejemplos y anécdotas históricas de este tiempo que tiene el libro, el objetivo es generar algún nivel de conciencia respecto de qué es lo que el Estado y la sociedad civil necesitan definir para la persecución penal y, sobre todo, cómo debemos proceder para no ser funcionales a la reproducción del delito”.

En la misma línea, reconoció que “estas son cuestiones que muchas veces parecen difíciles de llevar a la práctica, sobre todo porque vivimos en una sociedad donde la economía informal es muy grande, y la asfixia impositiva y la pérdida de poder adquisitivo incentivan la evasión, pero debemos saber que eso tiene consecuencias. Uno no quiere subirse a un mangrullo moral para adoctrinar ni sermonear, pero el libro pretende mostrar cómo a partir de diversas conductas que adopta la sociedad, el dinero del delito se reproduce, circula y favorece que tales prácticas se regeneren”.

Sobre el cierre de la rueda de prensa, el investigador relativizó los aprietes sufridos en el ejercicio de su actividad profesional, aunque describió el momento difícil que debió atravesar en la presentación del libro de Los Monos, en Rosario, cuando la viuda del Pájaro Cantero -original líder de la banda- se apersonó y los amenazó de muerte, a ellos (Lascano y De los Santos) y a sus familias. “Eso nos obligó a hacer una denuncia como resguardo, pero la verdad es que no hemos tenido amenazas, ni intimidaciones; uno sabe que trabaja con una materia que es muy sensible y a nadie que esté retratado en un libro o en una crónica le va a gustar, pero al mismo tiempo trabajamos con eventos que son públicos y siempre con la intención de no ser irrespetuosos. Nuestro trabajo es el de cronistas, dando cuenta de fenómenos de nuestra época, en este caso del campo criminal, pero no desde un lugar de moralistas, ni de jueces, porque nosotros somos periodistas y los nuestros son libros periodísticos”.