El periodista, escritor y guionista Mario Mactas falleció este sábado en Buenos Aires, a los 80 años, dejando una profunda huella en el periodismo, la cultura y la literatura argentina. La noticia fue confirmada por la señal TN, donde se destacó con su célebre columna “El Toque Mactas”, espacio que mantuvo hasta hace poco pese a complicaciones de salud.
La partida de Mactas generó pesar en todo el ámbito cultural. “Era un pensador, un hombre de la cultura, un guionista de cine. Nos duele hasta el alma tener que dar esta noticia”, expresó visiblemente conmovido su colega Gustavo Tubio en TN.
Por su parte, Guillermo Lobo lo recordó como “una persona clara en lo personal, lo profesional y lo periodístico”, y resaltó su compromiso, incluso cuando su salud se lo dificultaba: “Pese a todo, seguía asistiendo a su columna semanal con pasión”.
Trayectoria que cruzó medios y fronteras
Nacido el 13 de agosto de 1944 en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, Mario Mactas forjó una carrera que trascendió la gráfica, la radio, la televisión y hasta el cine. Fue parte de revistas emblemáticas como Gente y Satiricón, escribió guiones cinematográficos y durante su exilio en España en los años ’70 dirigió el semanario Gaceta Ilustrada.
Sus compañeros de TN expresaron pesar por la pérdida.
En radio marcó estilo con programas como Primera Mano, El Puente, Todos los gatos son pardos y Pelos en la lengua. Además, incursionó en la literatura con títulos como El enano argentino y El amante de la psicoanalista, que reflejan su mirada crítica, aguda y a menudo irónica sobre la sociedad.
Un legado que trasciende generaciones
Reconocido con el Premio Konex en 2007 por su destacada labor radial, Mactas supo crear un estilo propio: elegante, polémico y reflexivo. Padre de la también periodista Mariana Mactas, siguió vinculado a la actualidad y al análisis hasta sus últimos días, manteniendo intacta su vocación y su espíritu provocador.
Reconocido por su mirada crítica y estilo inconfundible.
Hoy, el periodismo argentino despide a una de sus plumas más singulares, cuya voz seguirá resonando en quienes aprendieron a pensar y a cuestionar gracias a su palabra.