La policía halló restos de un bebé en el estómago de un cerdo que fue sacrificado y los someterá a pericias genéticas para comprobar si corresponden a los de un niño buscado en Tinogasta, cuya madre confesó haberlo asesinado y arrojado a los animales.
La fiscal Silvia Alvarez confirmó hoy que los investigadores hallaron "restos humanos" en el interior del animal, sacrificado tras una semana de búsqueda del niño que una adolescente de 17 años admitió haber arrojado "a los chanchos porque lloraba mucho", tras dar a luz.
La fiscal de Tinogasta explicó que la policía de Fiambalá mató al cerdo en la casa de la adolescente y detectó que en su estómago tenía "restos de piel y huesos" humanos, con lo que se analizará si eran del recién nacido.
Alvarez manifestó a la prensa local que las muestras fueron enviadas a la capital catamarqueña para que "se practiquen los análisis de ADN".
Hace dos semanas, una adolescente de 17 años que vive en el pueblo Mesada de Zárate, a 70 kilómetros de Fiambalá, dio a luz a un bebé de ocho meses de gestación en el fondo de su casa. El caso comenzó a ser investigado tras una denuncia médica que reportó el centro sanitario de Palo Blanco, donde había llegado la adolescente con signos de haber parido y que tenía un avanzado proceso de infección.
La causa comenzó a ser instruida por el fiscal Ezequiel Walther, que ordenó a la policía fiambalense que efectúe excavaciones y rastrillajes en cercanías de la vivienda de la menor de edad en busca del cuerpo de su hijo. La adolescente había asegurado que tiró al niño "a los chanchos porque lloraba mucho", en el fondo de su casa, lo que generó la intervención de la fiscalía quinta de Tinogasta a cargo de Alvarez, quien ordenó el traslado de la joven a la Maternidad 25 de Mayo de la capital catamarqueña y la búsqueda del bebé.
Alvarez señaló, por otra parte, que la adolescente fue dada de alta hoy y fue trasladaba a Tinogasta, donde le tomarán declaración para continuar con la causa.
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