Custodiado por el río Paraná, el circuito recorre una zona de lomadas que invitan a disfrutar del generoso clima de la zona donde la pesca y los paseos en antiguos carruajes, entre otros atractivos, prefiguran unas vacaciones diferentes.
Gran parte de los alemanes que llegaron al país para aquellas épocas, la mayoría proveniente del Volga, se radicaron en los alrededores de Paraná, Crespo y Diamante, conformando el actual circuito turístico.
Dedicadas a las producciones agrícolas y ganaderas, las aldeas albergan en su interior algunos edificios de riqueza arquitectónica que remiten al gótico alemán.
La pionera en este circuito es Aldea Valle María, a unos 35 kilómetros de Paraná, bautizada `Marienthal` por los colonos. Convertida en sede administrativa durante la etapa fundacional.
En Valle María el visitante encuentra exclusivas prendas de angora; un balneario municipal a orillas del Paraná; áreas de pesca; y la Casa de Retiro Stella Maris -fundada en 1952- para la Congregación misionera del Verbo Divino.
Desde Valle María, una de las más cercanas es la Aldea Protestante, a sólo 10 kilómetros de Diamante, que se distingue por la elaboración de la respotería alemana y las artesanías en cuero.
A unos pocos minutos se arriba a Aldea San Francisco, donde quedan escasos habitantes y uno de los atractivos locales es el cementerio y sus enormes tumbas construidas a principios del siglo XIX.
La siguiente parada de la travesía es Pueblo Alvear, protagonista de la producción triguera, a cinco kilómetros de Valle María, con cabañas y bungalows para el alojamiento de los turistas.
Por su parte, Aldea Spatzenckutter, es una de las pocas que conserva una denominación en alemán, que significa "jolgorio de gorriones", y se ubica a mitad de camino entre Diamante y Paraná. El viajero encuentra allí el primer Juzgado de Paz y el cementerio más antiguo de las aldeas, donde hay cruces de hierro elaboradas con moldes rusos y constituidas como verdaderas obras de arte.
En tanto, la Aldea Salto es reconocida por su proximidad a un arroyo que forma varias cascadas. Se trata de una de las comunidades en las que se vive la cotidianeidad del campo, con paseos en carro y caminatas entre viejas casonas, huertas y corrales donde se crían gansos o pavos.
A 17 kilómetros de Paraná se encuentra la Aldea Brasilera, la más joven de todo el circuito, en la que habitan inmigrantes del Volga que estuvieron previamente en Brasil. Dos visitas imperdibles son la Iglesia San José y el Comedor Munich para la degustación de carnes de cerdo con "filzer".
Al itinerario se suman otras aldeas y localidades entrerrianas como Villa Libertador San Martín, Crespo, Grapschental, San Rafael, Santa Rosa y San Miguel.
Más alejada del circuito se ubica Aldea San Antonio, al norte del Departamento de Gualeguaychú, donde también se preserva el espíritu pionero de los "alemanes del Volga".
Se trata de un asentamiento de 1889, en el que se aprende sobre la producción campestre y se ofrecen comidas típicas, danzas y música tradicional.
La celebración más importante de Aldea San Antonio es la Fiesta del Inmigrante Alemán, el último fin de semana de febrero.































