Unión y ese grito que es como agua en medio del desierto

De la Redacción de El Litoral
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Con dos variantes obligadas —Diego Barisone por el suspendido Nicolás Correa y Nicolás Bruna por el expulsado Marcelo Sarmiento— y una duda en ofensiva que el mismo Facundo Sava prolongará casi hasta último momento (¿seguirá Chiapello o irá Magnín de entrada?), Unión volverá a un lugar común cuando reciba mañana a las 17 a Quilmes, en el estadio 15 de Abril: buscar los tres puntos.

Con una racha, por ahora, interminable con 25 partidos sin conocer la victoria y cada vez más complicado en la proyección matemática a la hora de especular con la salvación para quedarse en Primera, Unión recibirá a un rival que está en lo mismo y no le sobra nada tampoco en la tabla de los promedios.

Desde que Facundo Sava tomó el equipo en reemplazo de Pumpido, Unión prolongó la mejoría que se había visto en el final del ciclo de Nery, pero con circunstancias poco creíbles que siempre le impiden el festejo final.

Incluso, con el “Colo” sentado en el banco de entrenador tatengue, se vio una interesante reacción en actitud y juego en los dos partidos, primero Arsenal y después Godoy Cruz. Pero pasa lo mismo: no puede ganar, algo que sería determinante para soñar con una levantada en cadena. Como nunca, contó con circunstancias favorables: le gana a Arsenal y tenía un jugador más; le ganaba a Godoy Cruz y pasaba lo mismo. Pero esas distracciones a último momento le ahogaron el festejo.

El entrenador ratifica la apuesta de riesgo con un 4-3-3, con los cambios obligados por las cinco amarillas del “Coto” Correa y la tarjeta roja a Marcelo Sarmiento.

Con Jara lesionado, el entrenador sólo duda en la continuidad del chico Federico Chiapello o la inserción del “Morocho” Pablo Magnín como referencia por el centro del ataque tatengue.

Hasta aquí la actitud de la gente en las tribunas para con el equipo viene resultando algo nunca visto, emocionante y generando elogios de la prensa capitalina. Es que Unión juega siempre a cancha llena, con mucho aliento y sin ningún tipo de reproches ante la peor campaña de toda su historia que hace peligrar seriamente su permanencia en la máxima categoría afista.