Jueves 26.10.2023
/Última actualización 22:34
El 7 de marzo del año pasado, la Red Puentes Santa Fe inauguró en el sur de la ciudad una casa para acompañar a mujeres y disidencias que tienen problemas con las adicciones. Fue en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemoraba al día siguiente. Hasta allí todo normal.
A un año y casi 8 meses la situación es completamente distinta y, según narraron los vecinos a El Litoral, “la convivencia se volvió imposible”.
La vivienda en cuestión está ubicada en calle Jujuy al 2800 de la capital provincial, en barrio sur; a pocas cuadras de la Casa Gris y del parque del Sur. El principal inconveniente pasa por una acción solidaria que lleva adelante la Red Puentes en este inmueble puertas hacia afuera: la entrega de viandas para gente en situación de calle y vulnerabilidad.
DE LARGA DATA. Los problemas de convivencia en el barrio comenzaron cuando desde una asociación civil empezaron a entregar viandas a personas en situación de calle. Crédito: Luis Cetraro.“Lo que a los vecinos nos molesta no es que se ayude a la gente. Que no se mal interprete. El tema acá es que quienes vienen a retirar las viandas son personas que tienen costumbres diferentes a las de uno: hay grescas entre ellos, insultos… Muchos tienen problemas con el consumo de drogas. Además ocuparon el espacio público que está enfrente y allí pasan la noche, hacen sus necesidades, lavan la ropa y la ponen a secar en los árboles..”, contó un vecino pidiendo reserva de identidad. Y la lista sigue.
“Si vas a la plaza podés cruzarte con un hombre afeitándose, rodeado de basura que él mismo produjo. O defecando detrás de un árbol. Muchas veces abrimos las cortinas de los balcones y nos encontramos con ese panorama, que obviamente no es lindo ni digno de ver”, agregó una mujer.
“Cada vez más gente”
El número de viandas que a diario entrega la Red Puentes fue en aumento desde que arrancó la acción. La crisis que se vive a nivel general pudo haber incidido.
“Cuando arrancaron con las viandas eran algunas personas. Pero a la fecha, hay días que contabilizo una fila sobre la vereda de 50 personas”, dijo una vecina. Y agregó: “Como en la casa viven mujeres con niños, los hombres no entran. Aguardan su vianda en la calle. Y eso es un tema porque dejan todo tirado y sucio. Es un asco como queda la plaza y la vereda”, describen en el lugar. Y agregan: “Eso debido a que muchos la comen en el momento y se van, y otros se cruzan a la plaza y se quedan quizás por días”.
La inseguridad, lo que más preocupa
Desde que se habilitó la casa los hechos de inseguridad crecieron en este sector del sur de la ciudad. Según los vecinos aumentaron los arrebatos y robos domiciliarios. Con respecto a esto último, recordaron que hace poco a la vivienda lindante a la casa alquilada por la Red Puentes, gracias a que es parte del programa de casas de atención y acompañamiento comunitario de la Sedronar, le robaron el medidor de gas.
“Fue realmente un trastorno. Todas las casas de la cuadra tuvieron que ser evacuadas porque al robarse el medidor quedó una pérdida. No voló nada porque Dios no quiso. Ni hablar del trastorno para la propietaria, que estuvo tres meses sin gas natural y tuvo que, por ejemplo, adaptar la cocina para gas envasado”, contó uno de los vecinos que debió dejar su casa por seguridad cuando ocurrió este hecho.
La lista de objetos sustraídos incluye picaportes, placas identificatorias de profesionales, numeración de viviendas y cualquier material de valor que pueda ser revendido en el mercado informal. “Buscan llevarse, sobre todo, todo lo que tenga cobre, aunque sea un detalle mínimo”.
Por último, los vecinos que conversaron con El Litoral pidieron una urgente intervención del Estado, sea provincial o municipal, porque la convivencia se tornó imposible y no da para más.