En los últimos meses, la discusión sobre el cobro de derechos de autor en eventos privados tomó fuerza en todo el país. La controversia se profundizó tras el dictado del decreto 765/2024, que modificó la definición de "ejecución pública" y reorganizó el sistema de pago a Sadaic, Aaadi y Capif.
Según la nueva norma, quedaron eximidos del pago los eventos privados en domicilios particulares, salones de fiestas, habitaciones de hotel, bares, comercios y gimnasios, incluso cuando estos espacios tengan un fin comercial. La clave ahora para determinar si corresponde abonar derechos es la naturaleza del evento: si es público -y por lo tanto abierto a un público indeterminado- debe pagarse; si es privado y tiene una lista de invitados, no.
La medida fue rechazada por Sadaic, que sostiene que la reforma vulnera derechos consagrados en la legislación argentina y en tratados internacionales. Por ese motivo, la entidad judicializó su reclamo a nivel nacional.
En este contexto, Esteban Agatiello -abogado especialista en la industria musical, músico, escritor y profesor universitario (UNLP, UCA, Untref)- analizó con El Litoral el impacto de los cambios y anticipa cómo pueden afectar a los trabajadores de la música.
Se restingió el cobro de los derechos intelectuales en la música. Foto: Gentileza -Acá en Santa Fe, cinco colegios privados obtuvieron una cautelar para no pagar los derechos de autor en las recepciones. ¿Cómo está el tema a nivel nacional?
-Y la verdad que es complicado el planteo actual, porque lo que se restingió es el cobro de los derechos intelectuales en la música: el derecho de autor, el derecho del intérprete y el derecho del productor fonográfico. Son derechos establecidos en nuestra ley, en nuestra Constitución y en los tratados internacionales que firmamos.
Es un sistema mundial: vos componés una canción y puede sonar en cualquier país, y todos los países están en sintonía respecto de cómo se protege eso".
Agatiello explicó que la modificación del concepto de "lo público" alteró un principio básico de la legislación internacional. "El público, para los derechos intelectuales, es un conjunto de personas que pueden disfrutar de una obra en el mismo o en distintos lugares. Escuchar Spotify en distintos lugares también es público. Estos decretos van en contra de esa lógica internacional. Determinaron que ciertos espacios no debían pagar, cuando esto se cobra en todo el mundo. ¿Por qué? Porque si no, ¿el músico cuándo cobra? Cobran todos menos el músico.
"No es un impuesto, es un derecho"
-Estos decretos ya están judicializados. ¿Cómo sigue el proceso?
-Sí, está judicializado. Pero en el mientras tanto, en muchos lugares directamente dejaron de pagar. Y entiendo que los lugares quieran pagar lo menos posible. Pero quiero aclarar una cosa: esto no es un impuesto. Un impuesto lo cobra el Estado. Sadaic y Aaadi-Capif no son del Estado, son asociaciones civiles sin fines de lucro. Estos son derechos de autor, cánones para el derecho de autor, no impuestos.
Agatiello remarcó un punto central para la discusión. "¿Quién paga? El que utiliza música. Si utilizás música, y bueno, tenés que pagar para que justamente el que creó, grabó o interpretó esa música pueda cobrar. Porque si no, no cobra nunca. ¿Cuándo cobra? Cuando la obra se comunica al público".
"Los músicos están cobrando menos"
-¿Tiene conocimiento de cómo impacta esta menor recaudación en autores e intérpretes?
-Sí. Impacta muchísimo, no solo en fiestas. También en hoteles y otros lugares donde se determinó que no se pagaba. Esto afecta, sí, la verdad. Los músicos están cobrando menos, absolutamente.
-¿Cómo creés que se va a resolver? ¿La justicia puede revertir estos cambios?
-Yo creo y espero que en la justicia esto se revea y haya una sentencia en contra de los decretos. Estaría en sintonía con toda la legislación mundial. Pero, atendiendo a los tiempos de la justicia, que suelen ser muy lentos, espero que afecte lo menos posible… aunque la verdad lo veo muy difícil porque va a ser complejo que los lugares vuelvan a entender que esto es un derecho que hay que pagar.
Otra vez: no es un impuesto. Así como todo se paga, también se tiene que pagar la música. Mientras tanto, la situación está muy complicada. Para mí va a afectar muchísimo a los músicos. Con pocos meses que pasaron desde que se estableció esto, ya se nota. Y cuanto más se sostenga, más va a costar revertirlo.