De la Redacción de El Litoral
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La puerta de la Escuela de Enfermería Rosa Carmen All -Saavedra 2100- sigue cerrada con una cadena con candado y sobre el marco un cartel aclara que el personal estuvo de huelga. A pesar de que la inscripción a la carrera de Enfermería comienza mañana, y para 160 alumnos, desde el lunes pasado acampan en la vereda los aspirantes a ingresar a estudiar. A medida que los días pasan, el malestar aumenta, lo mismo que la cantidad de personas que se acomodan con carpas, reposeras, toldos y frazadas en el piso. Ahí comen, duermen y esperan cuidando el lugar que consiguieron en la fila que dobla por calle Lisandro de la Torre.
La inscripción a la carrera no está organizada por la institución, sólo se aclara que es “por orden de llegada”, pero el enfrentamiento está en la calle entre los que habrían llegado hace casi una semana y los que ocuparon un lugar en la vereda días posteriores.
Guadalupe fue la mujer que, cuando se conoció lo que ocurría en la puerta de la institución, fue señalada como la responsable de confeccionar una lista con los nombres de quienes habrían llegado primero y con la pretensión de inscribirse. En grupos se turnaron para cuidar el sitio de cada uno y continuar trabajando o “cuidando a los hijos”.
“Convoqué gente para no esperar sola. Cuando vine a averiguar los requisitos para entrar a estudiar me dijeron que siempre venía mucha gente y que me convenía esperar con anticipación así me aseguraba un lugar”, explicó la mujer.
Según se supo, el año pasado hubo 1.500 interesados y sólo ingresaron 110. “La escuela no tiene nada que ver con la lista que nosotros hicimos. Cuando supimos que iban a entrar 160 sin examen y por orden de llegada nos agrupamos”, aclaró.
Después, repartieron los números de un talonario que compraron donde anotaron los nombres y número de DNI de quienes habrían llegado primero. Las personas que llegaron luego no consiguieron un número, pero están esperando igual. El director del establecimiento, Jorge Quagliani, apareció por el lugar, a pesar del paro en varias oportunidades, y “decía cosas diferentes todo el tiempo: que nos iban a sortear, que iban a tomar examen. Un día fue con la policía, y anotó en un cuaderno los nombres y los documentos de los que estábamos en la fila, numerados. Dijo ‘les doy mi palabra de que se va a respetar la lista, vayan a su casa’, pero por las dudas seguimos acá”, refirió Guadalupe.
Nómina suplente
Al ver la multitud -siempre a tenor de los testimonios-, Quagliani habría resuelto elaborar una nómina suplente de aspirantes que los supuestamente primeros cuestionan.
“Queremos que entiendan que esto ocurrió porque para nosotros es la única posibilidad de estudiar, de tener un título y de conseguir un trabajo decente. Hay gente que dejó a su familia, que no come o duerme bien desde hace muchos días. No entiendo por qué no hacen un examen de ingreso; entonces estudiábamos y rendíamos”, cuestionó Guadalupe. A su vez, la joven mencionó que en su teléfono celular recibió amenazas “por la lista que armamos, por eso pedimos que el lunes haya presencia policial”.
Mariela y Cristian están sentados casi sobre el escalón de la puerta de ingreso a la escuela. Según mencionaron, ayer el director pasó por el lugar y aseguró que el método de inscripción se mantenía: 160 y por orden de llegada.
“Es posible que mañana venga gente que no sabe cómo nos organizamos; vino gente de Esperanza, de Paraná, que cuando vieron esto se fueron. Otros se arriesgan y se quedan”, comentaron.
Vanesa está número 16 en la lista, renunció a su trabajo para ir a esperar la apertura de la inscripción y asegurarse un lugar. “Como yo hay muchos”, dijo la joven.
“Dejé mi casa, mi marido y mis hijos para estar acá, y después me voy y viene mi marido”, puntualizó Betina. Según dijo: “Sólo el que tiene vocación hace todo esto para estudiar enfermería”.
Fuera de la lista “oficial”
Anahí está sentada como “chinito” en el piso, llegó el miércoles a la puerta de la escuela pero estaría fuera de la nómina que confeccionaron.
“Las que armaron la lista me dijeron que estaba perdiendo el tiempo porque ya estaban los que iban a entrar anotados”, mencionó y cuestionó “no corresponde que el director de la institución avale una lista de gente que no conoce y que no sabe cómo se hizo”.
“Si la inscripción es el 15, por qué tiene los nombres desde el lunes pasado. Me pregunto si a la noche no va a venir gente a intentar entrar igual y va a tener el mismo derecho”, dijo la joven.
Por último la aspirante mencionó que en la nómina que tiene el director “hay gente que no cumple con los requisitos de ingreso y otra que si los tiene está afuera”.
































