Agustín Zapata Gollán es conocido en el litoral argentino. Emblemático, si se toma este término para aludir a una persona representativa de una época y un lugar. Fue historiador, periodista, xilógrafo, profesor, arqueólogo y promotor cultural. Pero siempre con Santa Fe como eje.
Su obra más destacada fue la investigación y puesta en valor de Santa Fe la Vieja, cuyos vestigios descubrió en Cayastá. Desde el Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales impulsó diversos estudios sobre el pasado colonial y las culturas originarias.
Archivo El LitoralEn junio de 1976, el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez fue escenario de una conferencia de Zapata Gollán que quedó grabada por su erudición.
Como cierre del ciclo "Orígenes del arte en la Argentina", el arqueólogo e historiador ofreció una disertación sobre "El arte en las culturas primitivas y en la primera población hispánica del Río de la Plata".
Archivo El LitoralDos rumbos, dos visiones
El investigador abrió su exposición evocando el ingreso de los primeros europeos al actual territorio argentino: los que bajaron desde el altiplano andino y los que remontaron el río Paraná.
En el primer caso, describió el asombro de los conquistadores ante el templo de Tumbes, las cerámicas policromadas de Ica y Nazca, y los relieves monumentales de Tiahuanaco.
Archivo El LitoralEn contraste, quienes avanzaron por el litoral hallaron manifestaciones artísticas indígenas menos monumentales pero, en perspectiva, también dignas de mención: vasijas con asas zoomorfas, decoraciones incisas y cerámica guaraní impresa con la yema del dedo.
Zapata Gollán subrayó cómo esos objetos, cargados de sentido simbólico y estético, fueron ignorados por los conquistadores, que sólo vieron valor en lo utilitario o lo material, como el oro y la plata.
Archivo El LitoralDel olvido al interés arqueológico
"Cuatro siglos después de la conquista -recordó Zapata Gollán en esa charla- el alemán Max Uhle inaugura una mirada científica sobre estas culturas, excavando en Pachacamac, Moche y Ancón". Desde entonces, una generación de investigadores comenzó a reconstruir la historia indígena a través de sus expresiones artísticas.
En ese punto, el etnógrafo citó nombres fundamentales de la arqueología argentina, como Ambrosetti, Burmeister, Estanislao Zeballos y Rex González, y reivindicó la tarea pionera de la santafesina Amalia Larguía de Crouzeilles.
Archivo El LitoralEn este punto, destacó el papel de las islas del Delta del Paraná como asiento de comunidades guaraníes, cuyo arte cerámico comenzó a recibir atención recién en la segunda mitad del siglo XIX.
También rescató los aportes de Domingo Faustino Sarmiento y Marcos Sastre, quienes desde la prensa y la literatura despertaron el interés por el pasado indígena.
Archivo El LitoralIdentidad en barro
Con apoyo de diapositivas de piezas del Museo Etnográfico, Zapata Gollán ilustró las singularidades de la cerámica del litoral: formas simples, decoración sobria y trazos simbólicos, que dan cuenta de una cosmovisión compleja y espiritual.
Estas piezas, muchas descubiertas y clasificadas por él mismo, forman hoy un acervo de enorme interés para entender las culturas originarias de Santa Fe y alrededores.
Archivo El LitoralUn hallazgo
El cierre de la conferencia fue inesperado. Al referirse a los materiales hallados en Cayastá, Zapata Gollán compartió un dato inédito fruto de sus investigaciones sobre la vida cotidiana en la primera fundación santafesina.
Habló de la existencia de un "indio pintor" llamado Juan, quien en su vejez protegió al clérigo Pedro de Mendieta en su rancho, ubicado frente al solar de los Garay. En ese mismo entorno, transcurrieron los últimos días de Doña Jerónima de Saavedra, hija del primer gobernador criollo del Río de la Plata.