El día que Firpo tiró 17 segundos afuera del ring a Jack Dempsey

Por Tomás Rodríguez

Este 14 de septiembre se cumplen 97 años de una pelea mitológica. Fue cuando el boxeador argentino Luis Angel Firpo, sacó del ring a Jack Dempsey, el gran campeón del mundo de la máxima categoría, Jack Dempsey, más conocido como "el Matador de Manassa" y aunque después perdió, entraría en la leyenda con un apodo casi mítico: "El Toro Salvaje de las Pampas". Nada menos que 85 mil personas presenciaron con asombro la increíble pelea.

Cabe consignar que en esa fecha de 1923, el norteamericano Dempsey retuvo su corona de peso pesado al vencer por KO a Firpo, campeón sudamericano de la misma categoría. El combate pactado a 15 asaltos se realizó en el estadio Polo Grounds, Nueva York, EE.UU. El árbitro fue el norteamericano John Gallagher, ascendiendo la recaudación a 1.188.603 dólares.

El juninense fue derribado siete veces en el primer capítulo y dos en el siguiente. Dempsey cayó fuera del ring, por 17 segundos en el capítulo inicial. La definición llegó a los 57 segundos del segundo rounds; las bolsas fueron las siguientes: Dempsey u$ s 509.000 y Firpo 156.250 de la moneda estadounidense.

Mientras el árbitro contaba, Firpo hizo en vano dos esfuerzos por levantarse antes del sexto segundo. En ese instante giró sobre el vientre y por dos veces se tomó de la pierna derecha como tratando de levantarla. Cuando el juez terminó la cuenta de los 10 segundos, Firpo estaba de rodillas y Dempsey lo ayudó a levantarse.

Antes del combate, Dempsey acusó en la báscula un peso de 87,395 kilogramos. Al medírsele se anunció que su estatura era de 1,83 metros. El argentino presentó 98,200 kilogramos de peso, su estatura era de 1,88 metros.

En el primer asalto Firpo hizo arrodillar al campeón con una derecha a las costillas; con otro golpe similar a la mandíbula derribó a Dempsey, pero éste casi instantáneamente se puso de pie. Con otra derecha debajo del mentón levantó en el aire a Dempsey proyectándolo fuera del ring.

Un periodista declaró lo siguiente: "Me hallaba en la segunda hilera de asiento para periodistas y directamente detrás del timekeeper, cuando Firpo aplicó su formidable derecha y el campeón vino volando de cabeza hacia nosotros. De no haber mediado la intervención del cronometrista y de algunos periodistas, Dempsey hubiera dado con la cabeza en el suelo". La realidad es que cayó sobre la máquina de escribir de un periodista y lo ayudaron a que vuelva al ring.

Agregó que "sin embargo, el timekeeper y algunos reporteros amortiguaron su caída y, rápidamente repuesto, Dempsey volvió por sí mismo al ring; varias gotas de sangre cayeron sobre sus cuartillas".

Para el bonaerense fue una desgracia que Dempsey hubiese pasado por entre las cuerdas del ring, porque al recibir el golpe, el cuerpo perdió el equilibrio y la cabeza habría golpeado fuertemente contra el piso.

El timekeeper contó hasta siete, mientras el campeón mundial permanecía colgado entre las cuerdas media e inferior, con la cabeza colgando hacia abajo y los pies en el aire.

Firpo alcanzó a su oponente con nueve golpes de derecha poco antes de hacerlo pasar por entre las cuerdas del cuadrilátero y cuando Dempsey volvió a la arena recibió tres directos antes de que pudiera contestar con un solo golpe de ataque. Finalmente se trabaron en clinch y hubo un cambio de derechas e izquierdas hasta que terminó el asalto.

Los especialistas y entendidos convienen en que la poca experiencia fue el principal factor de la derrota de Firpo. Se hace notar que Firpo se encontraba con la cabeza ligeramente vuelta hacia el referee, que le hablaba en ese instante, cuando recibió un golpe de Dempsey haciéndolo caer. Se puso luego en evidencia la superioridad técnica de Dempsey; mostró sus conocimientos por la forma en que esperó a su contrincante a que se pusiese de pie. De acuerdo con los reglamentos, pudo castigar nuevamente, se lanzó sobre el sudamericano, descargando golpes de izquierda y derecha.

El Dr. Walker, médico jefe y mister Muldoon, presidente de la Comisión dde Boxeo de Nueva York, han manifestado que Dempsey era el mejor ejemplar de perfección física humana que jamás hayan podido observar.

Todos los críticos coincidieron en elogiar la acometividad, la habilidad y la ciencia pugilística de Dempsey y el valor, resistencia y la casi sobrenatural fuerza de Firpo.

Los momentos finales llegaron al comenzar el siguiente capítulo, Firpo aplicó su swing de derecha que Dempsey paró con el hombro; inmediatamente, éste pegó al mentón con una izquierda, dos golpes de derecha e izquierda al cuerpo, Firpo sangró intensamente por la boca y el campeón vio la oportunidad de concluir y forzó el encuentro. Atacó al argentino, lo acorraló en uno de los ángulos contra las cuerdas y lo derribó una vez más; se levantó pero el local lo persiguió obligándolo a ocupar el centro del ring y allí con un corto golpe de izquierda y un uppercut de derecha, lo derribó definitivamente.

Explicó Dempsey a la prensa cuando finalizó la pelea que "corrí hacia el argentino y lo ayudé a ponerse de pie, cuando hacía esto le dije una frase que no se si habrá entendido, lo que le dije fue 'Firpo, usted es el campeón del mundo en bravura".

Tal cual dijo el prestigioso escritor Julio Cortazar -fanático adicto al deporte de los puños- tiempo más tarde en una entrevista, 15 millones de argentinos querían declararle la guerra a Estados Unidos por aquella histórica pelea que, no sin razón, entendían que les había sido robada. Sin embargo, cada dato nuevo que se conocía de la contienda agigantaba más la epopeya de Firpo, que combatió aquella noche con el brazo izquierdo fracturado. Además, muestra de su hombría, 'El Toro Salvaje de las Pampas' renunció a cualquier queja posterior que le podría haber otorgado el título del mundo en los escritorios.

Después de aquel 14 de septiembre el boxeo se tornó popular en Argentina, y un decreto del presidente Marcelo Torcuato de Alvear terminó levantando la proscripción que recaía sobre el deporte. Firpo, que en ese entonces tenía 28 años, se hizo millonario y se convirtió en un hombre de la aristocracia mundial. El banquero John Pierpont Morgan, el periodista Joseph Pulitzer o el posterior presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt fueron sólo algunas de las celebridades que asistieron a la pelea, y que más tarde saludaron con respeto al argentino en alguna tertulia del jet-set americano.