Los Angeles Lakers fueron vendidos por 10.000 millones y terminó la era Buss
Mark Walter, dueño de los Dodgers, compró el 66% de la franquicia más mediática de la NBA y protagonizó la venta más alta en la historia del deporte. Jeanie Buss seguirá al mando, pero sin el poder que heredó en 2013 tras la muerte de su padre.
Los Angeles Lakers fueron vendidos por 10.000 millones y terminó la era Buss
El 18 de junio no será un día más en la historia de la NBA. Tampoco lo será para los Buss, para Magic, ni para las generaciones de fanáticos que crecieron viendo a los Lakers de Showtime, a Kobe con el 24 o a LeBron con la capa invisible de héroe de Hollywood: este martes, la familia Buss dejó de ser la dueña mayoritaria de los Lakers.
En una operación valuada en 10.000 millones de dólares, Mark Walter —magnate deportivo y cabeza del grupo TWG Global— compró el 66% de la franquicia, rompiendo todos los récords conocidos en el deporte profesional.
Jeanie Buss y el mítico Phil Jackson en 2013. Foto: Reuters
De Magic a Luka: la venta más cara del deporte
Walter, conocido por su rol como propietario de los Dodgers de la MLB, también tiene intereses en el Chelsea inglés, un equipo de Fórmula 1 (Cadillac Racing), la WNBA, la Billie Jean King Cup y hasta en la liga de hockey femenino. Desde 2021 ya tenía el 26% de los Lakers y, con el derecho de preferencia que había negociado entonces, ejecutó la jugada más cara de la historia.
Hasta ayer, el récord pertenecía a los Boston Celtics, vendidos hace unos meses por 6.100 millones. Antes, los Suns y los Mavericks habían elevado la vara. Pero nadie —literalmente— se acercó a los 10.000 millones que costaron los Lakers.
Walter compró historia. Compró épica. Compró la franquicia más mediática de la NBA.
Los Buss vieron el crecimiento y caída de muchas leyendas de los Lakers. Foto: Reuters | Archivo
El origen de la dinastía Buss
En 1979, Jerry Buss pagó 67,5 millones de dólares por los Lakers. En el combo venían los Kings de hockey y el Forum de Inglewood. Eran otros tiempos. No existía el League Pass, ni las camisetas retro, ni el pick and roll como religión.
Apenas días después de esa compra, los Lakers eligieron a Earvin Johnson en el Draft. El resto es leyenda.
Magic, Kareem, Worthy y Riley armaron Showtime. Más tarde vendrían Shaq, Kobe, Gasol, Phil Jackson. Y ya en este siglo, LeBron, Davis y el anillo de la burbuja o mejor conocido como el anillo de Mickey Mouse (ya que se jugó en los parques de diversiones de Disney, en Florida).
11 campeonatos en 45 años bajo el mandato Buss.
Kobe y sus Lakers ganaron dos anillos en la era de gloria de los Spurs de Duncan, Manu y Parker. Foto: Reuters
Cambio de manos, pero no de rostro
Aunque vendieron el 66%, los Buss seguirán en la mesa, al menos por un tiempo. Mantendrán cerca del 15% de las acciones y, sobre todo, a su figura más visible: Jeanie Buss seguirá siendo la presidenta de la franquicia, al frente de las operaciones diarias.
Eso sí: ya no decidirá sola. El control mayoritario ahora es de Walter, y su perfil dista bastante del show: metódico, reservado, con obsesión por los detalles y éxito probado en los Dodgers.
La lectura desde adentro es clara: no llega para cambiarlo todo, pero sí para elevar el estándar. Como dijo Magic Johnson —ex jugador y ahora socio en los Dodgers—, "es como Jeanie: quiere ganar, pero sin hacer ruido".
Mark Walter, el nuevo dueño mayoritario de los Lakers. Foto: Gentileza
¿Y ahora qué pasa con Doncic y LeBron?
La venta llega en un momento sensible. Luka Doncic, recién llegado en un traspaso que paralizó la liga, podría negociar la extensión más cara de la historia. LeBron, en cambio, podría estar jugando sus últimos meses como profesional, dando lugar al comienzo de una nueva era en el "Purple & Gold".
El nuevo dueño tendrá que manejar ambos frentes sin provocar un cortocircuito. Pero también tendrá que construir: renovar, fichar, invertir. Los Lakers siguen siendo los Lakers, pero ya no son los mismos. Vienen de caer seguido en los Playoffs y en la constante amenaza de nuevas dinastías en los tan llamados "mercados pequeños" como Minnesota, Oklahoma y Denver.
En una época en la que parecieran no importar tanto los mercados grandes (o históricos) —también por las nuevas reglas contractuales—, Walter decidió apostar por la vuelta de la era dorada de los californianos. Ahora bien, Shaq tuvo su Kobe, Kobe tuvo su Gasol, LeBron tuvo su Davis y ¿Doncic?... es una respuesta que los nuevos dueños y su equipo deberán encontrar.
Doncic cargará con el legado dorado y deberá enfrentarse a nuevas dinastías. Foto: Reuters
Un mercado que no para de crecer
El crecimiento de las franquicias NBA es exponencial. En 2010, el equipo promedio valía 300 millones. Hoy, los Lakers cuestan más de 33 veces ese valor. Contratos televisivos globales, merchandising y derechos digitales explican parte del boom.
Pero hay algo que no se compra ni se vende: el aura. Los Lakers son esa mezcla de glamour, títulos y camiseta pesada. Walter lo sabe. Pagó una fortuna, sí, pero también compró una parte de la historia del deporte.