Luis Gudiño
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“Para nosotros es un placer estar en la Argentina y poder ayudar en lo que se pueda”, afirmó Jennifer Pareja Lisalde, a lo que Daniel Ballart Sans agregó que “el waterpolo es un deporte amateur y desconocido en el mundo. La diferencia es que en nuestro país (España) hay una semi-profesionalización, debido a que los clubes tienen muchos asociados”.
Jennifer, quien acaba de jugar para España el Mundial de Italia, y Daniel, que es ex jugador internacional y ahora, entrenador, fueron especialmente invitados por el Club de Regatas Santa Fe y la Federación Santafesina de Natación, para dictar una clínica entre mañana y el domingo, en la que participarán numerosos jugadores y entrenadores de todo el país y del exterior.
Este gran esfuerzo contará con el auspicio de Diario El Litoral. El encuentro tendrá la modalidad teórico-práctica, abarcando temas como una reseña histórica de la evolución del deporte (actualidad y tendencias); la experiencia española (captación y formación de jugadores, estructura organizativa de los clubes y formato de competencias); los principales aspectos en el juego moderno (diferentes tipos de defensa, situaciones de ataque con hombres iguales en base a la defensa planteada, contragolpe, superioridad numérica e inferioridad numérica) y experiencias personales de los disertantes.
Elevar el nivel
“Venimos a mostrar, para que la gente tenga una idea, cómo se juega al waterpolo al máximo nivel mundial”, sintetizó Ballart Sans, quien agregó que “ambos tenemos una experiencia dilatada en el deporte y trataremos enseñar nuevos métodos de trabajo y un esquema de juego diferente del que se tiene aquí.
“Hice una clínica en Japón años atrás, y ahora tocó venir a la Argentina. Se intenta hacer clínicas más que nada en estos países donde el waterpolo no está en el máximo nivel. Lo que intentamos llevarnos de aquí es justamente lo que estamos encontrando, un país acogedor y con gente sensacional, muy atenta, cariñosa y simpática. Antes de venir, pensábamos que podía ser así, pero no a este punto tan álgido como hemos encontrado”, enfatizó Daniel.
Diferencias
“El waterpolo es un deporte amateur y desconocido en el mundo. La diferencia es que en España hay una semi-profesionalidad, debido a que los clubes tienen muchos asociados, como por ejemplo en el Club Esportiu Mediterrani donde estamos nosotros, con 12.000 socios. En comparación con los socios de un club como Regatas, implica un presupuesto económico mucho más grande, que permite una incentivación a los deportistas para que se dediquen más tiempo”, afirmó Daniel.
Jennifer hizo hincapié en que “en España somos potencia mundial en waterpolo. Justamente en el último Mundial que se acaba de celebrar hace un mes, nuestro país ha jugado la final en varones y estuve entre los mejores en mujeres.
“La Argentina, en el panorama mundial, desgraciadamente no está en los niveles de alto rendimiento”, comentó y aseguró que “lo que se intenta es justamente estar aquí y enseñarles cuál es el sistema que realmente te lleva al éxito. A grandes rasgos, hacemos hincapié en la defensa y mejorar el juego”, acotó Daniel.
“Aquí me sorprendió que no había ni una chica entrenando, en España la cantidad de gente que lo practica es equitativa en hombres y mujeres”, añadió Jennifer.
Sus experiencias
En cuanto a su experiencia personal, Daniel dijo que comenzó a jugar “a los 9 años, incentivado por una larga tradición familiar de waterpolistas, que comenzó con su tío, que fue Olímpico en Moscú 1980. Yo era muy chico, veía cómo jugaba y me atrajo”.
Luego destacó: “Mi carrera me ha dejado la satisfacción del deber cumplido. Cuando eres chico tienes sueños e ilusiones, que al final de mi carrera puedo decir que he cumplido. Eso es muy importante”, afirmó Ballart Sans.
“Yo comencé a jugar a los 14 años. Luego de cansarme de hacer natación, decidí practicar waterpolo porque me parecía un deporte más divertido al jugarse en equipo”, enfatizó Pareja Lisalde.
“Para realizar esta actividad, como primer punto esencial tienes que saber nadar, pero, sobre todo, tener mucha ilusión y un gran poder de sacrificio, porque estás delante de una actividad sumamente cansadora. Es una cuestión de que te seduzca el agua, el hecho de jugar en equipo, de hacer amistades, de pasarla bien porque la pelota no deja de ser un aliciente divertido”, añadió y destacó que “es muy completo, te ayuda a tener un desarrollo muscular, a hacerte fuerte y tener un cuerpo esbelto”.


































