La presidenta Cristina Fernández reasumió hoy en su cargo tras permanecer 20 días de licencia por una intervención quirúrgica de tiroides y celebró que en su ausencia al frente del Poder Ejecutivo "todo siguió funcionando aunque yo no estuviera".
La mandataria reapareció de buen humor durante un acto en el Salón de las Mujeres del Bicentenario, colmado de ministros, gobernadores y funcionarios nacionales, en el que aprovechó para hacer un relato sobre su recuperación y demostrar su "emoción" por el positivo diagnóstico final. "Cuando (el doctor Pedro Saco) me dijo que no habían encontrado células cancerígenas en los nódulos y que me habían encontrado un tercer nódulo, fue el único momento que me puse a llorar", recordó la Jefa de Estado, que lo identificó como "un momento de mucha emoción, no lo definiría como alegría".
En un relato cronológico, citó que "el 22 de diciembre me hice el primer análisis y después de las Fiestas me iban a hacer el segundo análisis" donde conoció el diagnóstico y fue allí que "decidí comunicarlo con la certeza del cuadro, puntualmente, puntillosamente", dijo sobre el momento en que se difundió la aparición de células cancerígenas.
Sin embargo, se quejó de que esa actitud "tampoco parece que está bien, porque cuando el resultado afortunadamente para mí" determinó que no era cáncer "tal vez alguno se desilusionó" y advirtió: "El mal vuelve, no hay que hacerlo".
La presidenta aseguró hoy que "la fuerza de la gente y del amor pudieron más que las mentiras" y la ayudaron a restablecer su salud, y agradeció "a todos los que se alegraron por el éxito de mi operación, que por suerte son los más".
En su discurso lamentó la opinión de algunos dirigentes políticos "que quedaron muy expuestos y desnudos con sus opiniones en una cuestión como la salud en la que se va la vida, a diferencia de los temas políticos donde todo es opinable", cuestionando las distintas versiones acerca de su estado de salud, aunque celebró que "la verdad tarda en llegar pero siempre lo hace".
Igualmente, la Jefa de Estado dijo que "no hay que enojarse" por esas actitudes porque "todo lo malo vuelve", y recordó que al conocerse que no padecía cáncer y advertir "el batifondo que se armó, faltó que opinara la Organización Mundial de la Salud".
"Opinaron todos y ahí quedaron algunos muy desnudados, porque cuando se tienen diferencias políticas, todo siempre es opinable. pero en esas cosas, en las que va la vida, qué persona no ha sido afectada por esas enfermedades tan crueles", indicó.
También agradeció a "todos aquellos ciudadanos que se preocuparon por mi salud, que rezaron, que hicieron cadenas de rezos, que hicieron el aguante en el Hospital Austral, al que quiero agradecer por ser una institución modelo, no solo por su calidad técnica sino humana".
Con un tono cercano a la confesión que usó en varios momentos de su mensaje, admitió que "cuando uno está enfermo, está más vulnerable" y por eso agradeció a "los argentinos anónimos y a la gente que me cuidó, que me operó, me dio inyecciones, me preparó la comida". "Quería agradecer a todos los que se alegraron, que se ve que son más", ironizó la mandataria que en tono de broma señaló que "faltaba que opinara la Organización Mundial de la Salud" sobre el cuadro médico que la afectó.
DYN / Télam
































