La formación actual de Butumbaba, que no olvida a quienes aportaron lo suyo en sus dos décadas de carrera. Foto: Gentileza producción
La banda celebrará sus 20 años de vida con su primer show en dos años. Será en el marco del ciclo “Luz y Fuerza, Música con Energía”, el viernes 5.

La formación actual de Butumbaba, que no olvida a quienes aportaron lo suyo en sus dos décadas de carrera. Foto: Gentileza producción
Ignacio Andrés Amarillo iamarillo@ellitoral.com Después de dos años sin pisar un escenario y en plena etapa de composición y ensayo de nuevas canciones, Butumbaba arranca con una nueva etapa musical, con un explosivo show que hará disfrutar al público con sus nuevas canciones y un repaso de clásicos. El show será en el marco del ciclo “Luz y Fuerza, Música con Energía”, el viernes 5 de julio a las 21 en la Sala Luz y Fuerza (Junín 2957). Butambaba regresa los escenarios con la presentación de su nuevo videoclip, “Mil rutas”, grabado íntegramente por la banda. El corte fue masterizado en Jamaica, por Delroy “Spiderman” Thompson, reconocido por sus trabajos con artistas como Bob Marley and the Wailers, Peter Tosh, Burning Spear, Dennis Brown y Shaggy, entre otros. El tema El Litoral dialogó con Cristian “Muñe” Cargnello, vocalista y referente de esta formación que se completa hoy con Adrián en bajo; Pikachu en guitarra; Pocho en teclados; Fabio en saxo alto; Fabricio en la trompeta; Mariano en batería; y Mandy en percusión. —¿Cómo es esta vuelta, después del parate? —Hacía dos años que estábamos paralizados, no por cuestiones de la banda sino personales de cada miembro: se estaban reacomodando en sus trabajos, aparecieron nuevos miembros en las familias. Así que decidimos tomar un tiempo sabático para lo que es show en vivo, pero seguir juntándonos. Por ahí decíamos: “es una peña esto” (risas). Nos juntábamos a charlar, a veces ni tocábamos. Pero sí, no desconectarnos ni desarmar la banda, mantenerla hasta que la cosa vaya mejor, se acomode cada uno a su situación y poder largar. Así se dio este año: “se acabó este par de años sabáticos, vamos a ponernos un punto de partida”. Nos propusimos abril, mayo, junio... y terminó siendo julio. “Larguemos mostrando algo de lo que estamos haciendo”, ya que, en todo este tiempo, empezamos a armar cositas y comenzaron a salir canciones. “Grabemos algo entre nosotros, rápido”, dijimos. Dentro de la banda hay sonidistas, gente que hace videos, podíamos hacerlo entre nosotros. Hasta la locura de hacerlo en la sala de ensayo, consiguiendo el equipamiento necesario. Adrián (Carlen), que es nuestro bajista y sonidista “para el lado de adentro” (para afuera es Mariano Acosta), dijo: “yo me animo”. “Listo, confiamos en vos: va a salir como nos guste y tenemos tiempo para hacerlo nosotros”. Por ahí en un estudio de grabación el tiempo es plata (risas). Queríamos equilibrar tiempo y calidad: si bien no tenemos el estudio en las condiciones ideales, teníamos el tiempo para meterle a las tomas. Aprovechamos y largamos este tema, “Mil rutas”. Entre muchas canciones no sabíamos cuál hacer, pero ésta se fue armando sola, a partir de la letra, un homenaje a ex músicos de la banda.Hay una parte que no está en la letra, pero en el video aparece un torbellino, el sacudón que tuvo la banda en estos 20 años, y como que pudimos superarlo, seguimos adelante. Compañeros de ruta —Te tocó a vos realizar el video. ¿Cómo fue la decisión y con qué recursos? También entre amigos... —Sí, fue así. Estoy realizando videos para otras bandas, en un nivel como digo siempre “semiprofesional”, porque la verdad es que las bandas tampoco tienen un gran presupuesto, como para alquilar, buscar vestuario; sino que se manejan costos pequeños. No es tampoco amateur. La letra de la canción empezó a tomar una forma linda, de acordarse de historias, de lo que vivimos, de lo que pasamos en todo ese tiempo; y como que solo se fue escribiendo el guión. Empezó a tomar forma de pequeña “bio” dedicada a ex integrantes que son los que más se comprometieron con la banda: hay otros que invitamos y no aparecieron, a otros no queríamos ni invitarlos. Los que se comprometieron con la banda ciento por ciento, y tuvieron que cambiar de rumbo, les dimos un pequeño homenaje. Fue muy lindo porque fue un reencuentro: imaginate, con mi hermano (Hernán “Nerón” Cargnello, antiguamente conocido como “El Porteño”), que fue uno de los creadores de la banda; Tincho (Álvarez), el Japo (Pablo Vadamar), Gaby Canale... Quedó siempre muy buena onda, y es una lástima no poder ser 20 en el escenario; tenemos que ser menos y cada uno tomó ya su rumbo, pero la verdad es que queda una relinda amistad e historias vividas, como dice la canción, sonrisas. Experiencias, que es de lo que se trata la vida. Procesos —Todos los que nombraste fueron fundadores... —Fueron de los fundadores, diste en la clave. Todos creyeron en el proyecto, dijeron: “yo también me meto”, “yo pongo la sala de ensayo”, “yo pongo mi casa”, todos empezaron a aportar su parte y largamos. Alquilamos un par de equipos, contratamos a un chico que hizo la segunda cámara, porque además de filmar tener que actuar era demasiado, de hecho creo que el que menos aparece en el video soy yo (risas). Pero tenían que aparecer más los demás que nosotros. Estamos en una combi, viviendo la experiencia, pero afuera es la historia. Lo hicimos en un día de las 5 ó 6 de la mañana hasta que oscureció. Empezamos en la ruta paralela que va al aeropuerto de Sauce Viejo. Por momentos está superpoblada y por momentos libre: ahí nos metíamos caminando (eso fue lo que más tiempo llevó). Después fuimos al puerto, hicimos una escena nomás ahí: tiene la historia de que habíamos hecho el video anterior (“To the drums”). Queríamos mostrar diferentes paisajes, así que entramos por Colastiné, Rincón, callecitas que eran bastante diferentes y parecidas entre sí, y terminamos en Arroyo Leyes, en una casita que está armando uno de los ex integrantes, de barro, que tiene un árbol gigante: la canción habla de un árbol, así que salió súper redondo. Después le agregamos detallecitos como una pintura del mirklo, unos bichitos que hacíamos, o largar el video con el descenso de mi hermano de la combi, “Bueno chicos, buen viaje”, cierra la puerta y seguimos. Y el dial de la radio empieza en el ‘93, con “Caipirinha”; que nos marcó junto con “To the drums”.




