Eruca Sativa: 15 años en mutación constante

Eruca Sativa cumple 15 años de vida y lo festeja con una gira, que comienza en el porteño Estadio Obras este viernes 2 de diciembre, y los traerá el miércoles 7 a Santa Fe, a Tribus Club de Arte (República de Siria 3572). Después seguirán una semana maratónica (el jueves en Rosario, el viernes en Córdoba, y el sábado 10 en Carlos Paz) antes de dar por cerrado el año. En medio de ese tour, el 6 de diciembre saldrá un disco de versiones, del cual ya editaron dos adelantos: “Afuera” (Caifanes), y “Corazón delator” (Soda Stereo).

Las entradas para el show santafesino están a la venta en la boletería de Tribus (de miércoles a domingo, de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos).

Antes del arranque, El Litoral conversó con la sunchalense Lula Bertoldi (voz y guitarra; una de las tres patas del proyecto, junto a los cordobeses Brenda Martin en bajo y voz y Gabriel Pedernera en batería y voz) para conocer el presente y el devenir del grupo.

Mirar atrás

-Están con esta gira por los 15 años que arranca en Obras; después van a hacer Santa Fe, Rosario, Córdoba y Carlos Paz, todo en una semana.

-Sí, empieza y se corta por nuestras vacaciones; la continuamos el año que viene. Pero sí, la idea es girar un poco con los 15; este año giramos poco, siendo lo mucho que gira Eruca. Hicimos algunos festivales y otras cositas, pero nos dedicamos más al laburo de sala; a editar discos: el disco en vivo en La Ballena, ahora el 6 de diciembre sale el disco de versiones. Estuvimos medio en esa: trabajando internamente.

-Cómo están preparando estos shows?

-Obviamente los 15 años son de recorrido; pero también hay cosas nuevas, porque salieron las versiones: salió “Afuera”, salió “Corazón delator”; va a haber un poco de eso. Pero son listas medio al palo: tenemos muchas ganas de hacer listas bien eléctricas y bueno, nos dimos el gusto en estos shows que van a ocurrir.

-Con 15 años ya tienen una historia, un recorrido. ¿Cómo se ven aquellos comienzos desde este presente, y cómo era la expectativa cuando empezaron a tocar juntos?

-Los 15 años para cualquier grupo humano son fuertes, porque cualquier tipo de relación que dure 15 años pasa por todos los estados: hubo situaciones difíciles, éxitos, fracasos... No hay una medida para lo que es un éxito y un fracaso, pero hay momentos más difíciles, momentos donde hay más abundancia, momentos más holgados. Como grupo humano atravesar por todo eso, y seguir acá apostando a nuestra música juntos, ya es un montón.

Y fuimos haciendo: no es que cuando empezamos dijimos: “Bueno, vamos a hacer esto, vamos a sacar estos discos”. Vamos haciendo en la medida en que lo sentimos, y cuando no lo sintamos más, no lo haremos más: realmente ahí somos muy honestos con lo que nos pasa a nivel química grupal, porque no nos interesa bajo ningún punto de vista hacerlo si no nos nace.

Todos los años nos pasan cosas distintas: “Este año tenemos ganas de hacer un disco más de laboratorio”, y hacemos “Seremos primavera”; “tenemos ganas de componerlo todos juntos”, y hacemos “Blanco”; “tenemos ganas de trabajar con un productor”, y hacemos “ y hacemos “Barro y fauna”.

Con el disco que va a salir ahora de versiones medio que nos quisimos dar un gusto porque eran los 15; dijimos: “Este año saquemos un disco en vivo y un disco de versiones”, como un delirio así divertido. Como quien tiene una fiesta de 15 y se va a bailar toda la noche (risas). “¿Qué hacemos?”. “Hagamos un disco donde nos metamos al estudio los tres, con los amplis al palo, rockeemos, toquemos ahí, sin clicks: sonando en trío en vivo, grabado en vivo.

Y salió: en cinco días grabamos el disco entero, lo teníamos completito: en una semana tenemos el disco entero grabado; y fue puro disfrute, como una gran celebración de la música, pero internamente.

Aquellas canciones

-¿Cómo fue el proceso previo de decir: “Vamos a hacer estos temas, vamos a buscarle esta vuelta”? Hay invitados, en el caso de “Afuera” está Víctor Carrión; según se mire es mucho más distinta al original que “Corazón delator”.

-Es muy personal, pero siento que “Corazón delator”, si bien sigue una suerte de características de la canción, se cambió bastante: se cambió la tonalidad, hay partes más de power trio, donde hay algunos arreglos nuevos; pero tal vez se asemeja más a la original. En el disco hay una variedad de versiones, donde hay algunas que están completamente desfiguradas: “¿Qué tema es este?”, decís, y después te das cuenta; y otros que no son iguales en absoluto (ninguna es igual a su original) pero son más respetuosas a la original, o hay una concesión ahí: “Bueno, a esto lo hacemos parecido”. Pero hay otros que son absolutamente otras canciones (risas). Eso está bueno, porque hay una variedad en el disco de propuestas, de versiones alternativas, que me parece que es lo divertido de un disco así.

-¿Cuál fue el criterio a la hora de elegir las canciones?

-Arrancamos con un criterio geográfico. Dijimos: “Hagamos temas de países a los que hemos ido de gira en estos 15 años”; tenía esa temática. Empezamos a versionar (el disco tiene ocho tracks) y teníamos un tema de Cuba, un tema de Colombia, de México el de Caifanes; uno de Uruguay. Del resto de los países que nos faltaban (en total eran nueve países, nos faltaban cinco) pensábamos: “No me convence este tema”; no dábamos con el criterio geográfico. “No forcemos, porque si vamos a forzar a hacer una versión sólo porque es de un país quizás no nos salga como estamos esperando”: era muy forzado.

Decidimos salir del criterio, y terminamos eligiendo cuatro temas de autores argentinos: uno es “Corazón delator” y después hay uno de Spinetta, uno de Man Ray, y uno de Fernando Barrientos (no voy a decir los nombres para seguir dando un poco de misterio). Y la verdad es que quedaron unas cosas muy zarpadas, muy locas.

Mucho se armó en el estudio, por no decir la mayoría; algunas versiones estaban como “en el estudio vamos a hacer esto”, medio charlado. Pero fue meterse tipo kamikazes, porque podría no haber salido: teníamos cinco días, el estudio estaba bloqueado: “En estos cinco días nos tiene que salir todo el disco”. Fue encerrarnos ahí en la sala, Facu Rodríguez (quien hizo la grabación y la mezcla) apretaba REC y a grabar, tipo “probamos, una, dos, tres”; íbamos armando la versión ahí en el estudio y salía. Así que fue medio terapéutico, terapia de grupo musical: poder invocar esa cosa que está en el éter que es Eruca Sativa, que es cuando nos juntamos los tres y que baje.

Hubo una química re linda para armar los temas, fluía mucho la música, y todos los días estábamos tocando ocho horas por día ahí en el estudio. Y grabando: hacíamos un tema y medio, dos temas por día. Fue un re lindo un reino momento este año.

-Aparte fue poder volver a encerrarse en el estudio; primero recuperaron el vivo y acá pudieron recuperar ese momento de compartir el estudio los tres.

-Habíamos hecho en el medio de la pandemia un intento yo ya había tenido a Milo (su segundo hijo) y nos metimos a Romaphonic a grabar unas bases, a zapar un poco; hicimos todo ese laburo. Después no quedó nada de ese que se haya mostrado; fue todo laburo interno, queríamos armar algo también de ahí. Tal vez forme parte del disco que venga, no lo sé; pero quedó todo ahí en un disco rígido, dijimos: “Bueno, todavía no es momento de esto”. Así que hubo un momento de estudio en que fuimos a zapar y a grabar bases, como hacía mucho tiempo no lo hacíamos; porque “Seremos primavera” se compuso distinto: en el estudio, más laboratorio, samplers, maquinitas.

Y la idea de meternos al estudio a zapar es más de la época de “Es”, de “Blanco”, y también de “Barro y fauna”; una cosa de “toquemos en trío a ver qué sale”. Por ahí, quién te dice que el disco que viene... un poco sí.

Otro día

-En el medio había salido “Día mil” que fue como un single suelto, el primero en mucho tiempo. Quedó ahí, como un anticipo de algo, o un single en sí mismo.

-Sí, porque en realidad teníamos de medio de salir... de ir saliendo de la pandemia. No hacía tanto que habíamos editado “Seremos primavera”, que salió en 2019. “Día mil” fue en 2021, el año pasado. Y como no estamos en las condiciones como para juntarnos a armar un disco, o por lo menos el disco no estaba todavía como queríamos... A veces eso es medio intuición: decís: “No está el disco todavía”, no lo veíamos al disco dando vueltas. En ese sentido confiamos mucho en ese criterio: no forzar a un disco y decir “forcémonos para terminar un disco, y presentar un disco, y tener un disco”, porque a veces cometés cagadas haciendo eso; si es que el disco todavía madurativamente en el proceso de la banda no está. Si no está, no está: hay que seguir componiendo, hay que seguir trabajando.

Teníamos “Día mil” dando vueltas: era una cosa que había quedado de “Seremos primavera” que no la usamos para nada. Siempre guardamos las ideas, como éstas que contaba, de cuando fuimos a grabar bases y que nos salieron en ningún lado; somos de guardar todo y lo retomamos en otro momento. Porque por ahí te inspirás en otro momento y te sale algo, y tienes una canción nueva, con cosas que habías hecho en otro momento.

-No se tira nada, todo se recicla.

-Nada se tira, todo se transforma. Eso había ido dando vueltas de “Seremos primavera”, al final no le terminamos encontrando la forma y no quedó en el disco. Entonces dijimos: “Agarremos esta idea que habíamos empezado a trabajar, y estaba muy avanzada”; empezamos a laburar, y fue toda la distancia: yo grabé la guitarras y las voces a la distancia acá en mi casa; Brenda lo mismo en su casa; y Gaby lo mismo (no en su casa, pero si fue grabar la batería solo a un estudio).

Porque estábamos todavía saliendo de la pandemia, no es que estaba todo muy abierto. Yo lo tenía a Milo muy chiquito todavía, y me daba cosa salir. Entonces dijimos “hagámoslo”, porque teníamos ganas de salir de la pandemia con algo nuevo, y no podíamos salir solo con “Seremos primavera”: no nos había quedado viejo, porque lo tocamos muy poco; pero teníamos esa necesidad artística de decir otra cosa en ese momento, porque la verdad que ameritaba la situación para salir a decir algo importante.

Y salió, y al final fue un single suelto, medio como “Nada salvaje” en el momento; que después casualmente, porque cuadró, entró en “Barro y fauna”; pero podría no haber entrado y quedaba como un track suelto también: no nos parece que esté mal.

No sé si “Día mil” va a formar parte de un disco: por el momento creo que no, que ya está, que fue una cosa que pasó; tuvo su nominación a los Grammy, tuvo su eco. Me parece que hizo caminito solo y bastante bien, se la bancó (risas).

Nueva primavera

-Recién hablabas esto de “Seremos primavera” con este recorrido raro que terminó teniendo por los parates, también por cosas personales. ¿Cómo salió la idea de este tocarlo integralmente en La Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner, filmarlo y grabarlo para que salga como una versión en vivo?

-Nos pasó que nos invitaron a cerrar el programa “Músicas por el mundo”, organizado por Mica (Mercado de Industrias Culturales Argentinas), del cual participamos junto con un montón de otros artistas del país. En el cierre querían hacer algo con Eruca en La Ballena. Entonces dijimos: “Che, vamos a hacer algo especial, porque amerita toda esta situación: estamos tratando de despedirnos de este disco, que tuvo una vida rarísima, pobre (pero bueno, también tiene su mística)”.

Era un mimo y un cariño que le hacíamos a esas músicas, esas canciones, que también sufrieron la pandemia y no fueron tal vez interpretadas en vivo la cantidad ni la calidad de veces que hubiéramos querido. “Hagamos como un tributo a esas canciones y versionémoslas”. En realidad las canciones no están muy versionadas, nosotros tocamos lo mismo; lo que se sumó fueron los arreglos de Irene Cadario en cuerdas y vientos; y Silvia Aramayo en piano y en Nord. Pero en general los temas tienen la misma forma, nosotros tocamos más o menos lo mismo; queríamos sumarle ese plus de una pincelada de color más a esas canciones, porque nos parecía lindo; también podríamos haberlo hecho igual y editarlo como un disco en vivo y punto. Pero bueno, teníamos ganas de hacerla un poquito más florida.

-Más sinfónica, para la sala en la que se tocaba.

-Exacto: por el tipo de sala en la que estábamos súper daba la situación. Se dio que se registró todo porque normalmente ahí cuando se hacen streamings o transmisiones del CCK queda todo grabado; en este caso nosotros contratamos multitrack aparte para poder grabar todo, que nos quede aunque sea el audio. Después cuando vimos el video no lo podíamos creer: “¡Qué bueno que está esto!”. Vimos todo el vídeo, hablamos con Sony: “Esto está re bueno para editarlo”. Nos re arengaron, nos prendieron fuego, dijimos: “Hagamos un disco, saquemos el show en vivo”.

Todos re arengados porque les había encantado lo que quedó: “Bueno, lo saquemos”; y listo: lo editamos, lo mezclamos, editamos el vídeo junto con la gente de Mica. Esperamos el 21 de septiembre, que nos pareció una fecha linda para estrenarlo, por la primavera; y quedó como un broche de oro para esa etapa de Eruca. Obviamente esas canciones las estamos tocando, no es que están sepultadas y no las vamos a tocar nunca más; pero fue como un cierre para ese disco, que quedó en un momento muy particular de la historia.

En los planes

-¿Cómo sigue la actividad, ya de cara al año que viene?

-Estamos bastante entusiasmados con varios países que nos quieren llevar; varios festivales de España, de Colombia Tenemos muchas ganas de volver a viajar fuerte, entonces estamos medio en esa también: viendo de qué forma podemos generar una gira por fuera de la Argentina.

También nos quedamos colgados todo este año de no poder hacer un montón de cosas (porque queríamos hacer más laburo interno) de salir a tocar por el país, que va a ser el año que viene: vamos a tocar bastante, recorriendo y tratando de celebrar los 15, volviéndonos encontrar con nuestra gente. Hay varios motivos por los cuales girar; así que lo haremos el año que viene.

Y también empezar a preparar (ojalá que salga el año que viene, vamos a ver) este disco nuevo de canciones inéditas. Así que creo que se viene un año súper fuerte, y vamos a estar ahí trabajando a full.