Será una noche de repaso de dos décadas de labor musical: el sábado 29 de noviembre, a las 21, el Teatro Municipal será el escenario donde el Estudio Coral Meridies celebrará sus 20 años de trayectoria bajo la dirección de Virginia Bono.
El Estudio Coral que dirige Virginia Bono realizará un concierto el 29 de noviembre. Reunirá a los coreutas actuales con exintegrantes para recorrer obras recientes y otras que marcaron el camino del grupo. Detalles de su historia.

Será una noche de repaso de dos décadas de labor musical: el sábado 29 de noviembre, a las 21, el Teatro Municipal será el escenario donde el Estudio Coral Meridies celebrará sus 20 años de trayectoria bajo la dirección de Virginia Bono.
Nacido en la ciudad y conformado por cantantes que van desde estudiantes de música hasta coreutas con amplia experiencia, Meridies se consolidó como un coro amateur independiente reconocido tanto en el país como en el exterior.
Desde su creación, el grupo asumió un sello propio: estudiar en profundidad el repertorio coral universal y, especialmente, difundir y estrenar obras de compositores contemporáneos argentinos y latinoamericanos.
Su particular musicalidad, la búsqueda de obras inéditas y su colaboración con orquestas y ensambles de la región delinean hoy una identidad artística difícil de confundir.
Así, la gala aniversario aparece como una oportunidad para revisar ese recorrido y proyectarlo hacia adelante, en diálogo con la ciudad que vio crecer al coro durante dos décadas.
El concierto aniversario está programado en dos partes. La primera reúne obras de reciente creación y algunas otras que fueron estrenadas o comisionadas por Meridies. Serán cantadas por el grupo actual.
La segunda parte recibirá a ex-integrantes que se acercaron a ensayar un par de veces antiguas obras del repertorio más significativo del pasado y que marcaron hitos importantes. Sobre todo eso, Virginia Bono habló con este medio.
-Después de dos décadas de trabajo ininterrumpido, ¿cuál dirías que fue el momento fundacional en el que sentiste que Meridies había encontrado su propio "sonido", esa huella interpretativa que hoy es reconocida dentro y fuera del país?
-Meridies empezó como un coro de proyecto. Durante los primeros dos años nos vimos poco, es decir, ensayamos poco, porque yo vivía fuera de Santa Fe.
En 2007 fuimos a un Certamen Internacional de Coros en Trelew y a partir de allí, en que ganamos premios que verdaderamente nos sorprendieron, comenzó una proyección también inesperada, que tiene que ver un poco con tu pregunta.
Las semanas siguientes al certamen me resonaban comentarios que había recibido de personalidades del mundo coral sobre la calidad y calidez del sonido del coro, el nivel de detalle en el trabajo interpretativo y el potencial expresivo.
Cosas que uno busca siempre en el trabajo con un grupo pero dicho, reconocido, por semejantes conocedores de la escena mundial era algo llamativo que me obligó a reflexionar y poner en consideración.
Tengo la tendencia a esquivarle a los halagos y a correrme rápido de ese lugar porque me genera incomodidad. Esta vez se trataba del resultado colectivo del grupo y no podía hacer oído sordo.
Si era un potencial que teníamos había que reforzarlo, potenciarlo y hacer de eso un servicio a la música y al medio musical Santafesino y a todos los sitios en donde la música nos llevara.
Uno de ellos era Alemania, el concurso de cámara más prestigioso de toda Europa nos estaba invitando a postularnos.
Esperando y trabajando para aquel viaje, participamos de dos certámenes más, en La Plata y en Venado Tuerto, más orientados a la música popular y original pero de autores netamente argentinos y latinoamericanos.
De estas experiencias aprendimos un montón y como novedades comenzamos a cantar de memoria, en disposiciones por cuerdas o mezclados según la obra, en conectar diferente con el público.
Sin dudas estos proyectos nos forjaron y comenzaron a definirnos, al menos, en cuanto al tipo de trabajo vocal e interpretativo.
-La historia de Meridies está atravesada por estrenos, giras y encuentros que marcaron al coro y a la escena coral argentina. ¿Cuál de esos hitos definió más profundamente la identidad del grupo?
-En 2009, luego de haber participado exitosamente en Alemania, fuimos convocados, elegidos por un Comité internacional, al festival Polyfollia en Francia.
Éramos uno de los 12 ensambles prominentes del mundo que se presentarían a fines de octubre de 2010 en Normandía, en un festival que además era un Showcase que buscaba acercar a coros y grupos vocales de alto nivel a los productores y organizadores de más festivales, simposios y eventos corales.
Los organizadores la tenían bien clara, no deseaban competencia sino mostrar un abanico nutrido y colorido de la música coral que se estaba haciendo en el mundo. Y a nosotros nos tocó representar a América Latina.
Recuerdo que nos pagaron todo, pasajes, estadía, todo (fue la única vez que eso sucedió), y nos pidieron que lleváramos un manager que hablara inglés y que pudiera interactuar, junto conmigo, en los contactos que durante el festival se tejerían.
Y fue el director de Polyfollia, un gran conocedor de la escena musical, un emprendedor nato y una gran persona, quien me propuso que lleváramos a Francia un repertorio integrado por música argentina y latinoamericana con especial acento en las composiciones contemporáneas.
Ellos, el comité internacional que venía siguiendo nuestros pasos desde la distancia, pensaban que era eso lo que justamente nos distinguía y hacía sobresalir.
Ahondar en ese repertorio, buscar más, contactar compositores, comisionar obras, hizo que estrenar obras nuevas, mostrarlas al mundo se convirtiera en nuestra "misión artística", o una de ellas.
Pienso que a partir de este hito esa identidad se fue profundizando aún más, hasta convertirnos en nexos entre compositores y editoriales, organizar concursos de composición, grabar y difundir el patrimonio musical de nuestro continente vivo y actual.
-Meridies es un coro autogestivo que logró una proyección internacional excepcional. ¿Qué implica sostener un proyecto de este nivel "a pulmón", y qué aprendizajes deja esa experiencia para la comunidad coral santafesina?
-Ser un grupo independiente tiene muchas ventajas y una gran desventaja. Ésta última es la falta de financiamiento natural, lo que implica iniciar una organización propia. Eso es mucho trabajo pero da mucha libertad.
Del mismo modo que depender solamente de nuestros deseos, sueños y visiones del arte, nos permite elegir libremente el rumbo.
En cada grupo de cantantes hay siempre algunos que muestran más interés o talento para gestión o tienen una vocación de servicio especial y colaboran directamente en algunos aspectos del sostenimiento de Meridies.
Ya sea con el trabajo gráfico, notas y cartas que nos conectan con instituciones públicas o privadas, con la prensa, con la marca y la imagen visual del coro, con la comunicación.
Si bien soy la directora del coro, siempre he buscado repartir tareas, no para desligarme de hacerlas personalmente sino porque creo en el trabajo horizontal, solidario y cooperativo, creo firmemente.
Un coro es ya, por esencia, un espacio con esas características; y al estar “solitos” en el trabajo de creación y sostén, tenemos que reforzar siempre esos aspectos. Casi siempre sale bien, y si no, es otro aprendizaje más para la lista.
Siempre digo que esa situación de amateurismo de Meridies (de hacerlo por amor) nos ha permitido crecer mucho porque nos ha desafiado siempre a ser creativos, innovadores y hacerlo con el mejor nivel posible.
Esa creatividad nos hizo cuidadosos de la imagen, buenas fotos, buenos videos para compartir, cuidadosas impresiones y programas de mano en los inicios o los programas digitales mucho antes de que otros también lo adoptaran.
Los uniformes, la estética en el escenario, los conciertos diseñados conceptualmente, y tantas otras iniciativas que fueron copiadas, no sólo en Santa Fe, sino en Argentina y en América Latina.
Meridies nos enorgullece y eleva la música coral de todo nuestro medio. Sabemos que estamos “en la mira” y eso implica una responsabilidad: hacer lo mejor que podemos, con respeto a las personas, a la música y al arte coral.
-A lo largo de estos 20 años, Meridies estrenó obras de numerosos compositores contemporáneos argentinos y latinoamericanos. ¿Cómo elegís esas colaboraciones y qué buscás que esas nuevas piezas aporten al repertorio coral sudamericano?
-Si, tanto el estreno de obras como el rescate de cierto repertorio un poco olvidado u oculto es algo que me entusiasma especialmente.
Reconozco el enorme talento musical y creativo que existe en nuestro país en el área de la música coral y siento que ponerlo en las voces de un buen coro, como Meridies, y en escenarios como los que nos ha tocado y nos toca actuar es potenciar ese reconocimiento.
Cada vez que escuchamos una buena obra coral nos emocionamos de alguna manera particular, se activa nuestra sensibilidad y también nuestra imaginación. El público, los intérpretes, se nutren pero también nuevos creadores se nutren y encuentran quizás estímulos para su música.
Es una vorágine virtuosa que solo puede significar más música y más bienestar espiritual para quienes hacen música y quienes la escuchan en una sala de conciertos.
Es así que una buena obra coral para mí significa aquella que haciendo uso de ingenio en términos técnicos sea capaz de cautivarme a mí y a otros ya sea por su contenido poético, expresivo, conceptual o por una propuesta desafiante en aspectos acústicos o espaciales.
Y claro que el trabajo interpretativo de quien conduce y de los cantantes es clave para darle vida a las ideas de un compositor. ¡Clave y apasionante! Al principio buscaba, hablaba con compositores y hasta los instaba a probar, nos reuníamos, le encontrábamos la vuelta juntos, hasta sacar a la luz nuevas creaciones.
Aclaro que yo no soy buena compositora , pero sí una buena observadora y puedo hacer buenos diagnósticos sobre si una obra va a funcionar o no. Y también, debo reconocer, soy creativa en lo conceptual. Así que me gusta buscar cooperaciones e intentar que otros brillen a través de su música y grandes conceptos artísticos.
Hoy en día recibo muchas obras de compositores que incluso ni siquiera conozco, para que las revise, o dé mi opinión, o para que las considere para mis programas de concierto.
Argentina tiene muchos creadores, Santa Fe también, ya sea en obras originales para coro como también en versiones corales de canciones ya compuestas. Hay una tradición fuerte y un gran desarrollo técnico para lograr fantásticos resultados.
Poner esas obras en los programas de concierto de Meridies es ponerlos en un escenario que busca exponer el arte de nuestra tierra al alcance del mundo y para que el mundo también vea el nivel de excelencia de nuestra música.




