Tras un minucioso trabajo de restauración y remasterización, un registro inédito de Mercedes Sosa llega por primera vez a las plataformas digitales. “Mercedes Sosa - Suiza 1980” no es sólo un lanzamiento discográfico: es la recuperación de un documento histórico, político y emocional que devuelve a la escucha pública una actuación íntima de “La Negra” en pleno exilio europeo, grabada en un estudio de televisión suizo hace 45 años.
Hay grabaciones que no envejecen, que quedan suspendidas en el tiempo hasta que encuentran el momento justo para volver a decir algo. Casi como un regalo de fin de año, “Suiza 1980” se estrenó en Spotify, Tidal y YouTube con una calidad sonora que permite escuchar de forma nítida la respiración, la cercanía y la hondura de una de las voces más trascendentales de la música latinoamericana.
Una voz lejos de su tierra
El registro fue realizado a comienzos de la década del 80, cuando Mercedes Sosa atravesaba uno de los períodos más duros de su vida artística y personal. Mientras en la Argentina la dictadura cívico-militar perseguía y censuraba el folclore comprometido, en Europa la cantora tucumana se transformaba en una embajadora cultural de la resistencia, llevando su canto a escenarios internacionales.
Acompañada únicamente por el bombo y la guitarra de Nicolás “Colacho” Brizuela, Mercedes despliega a lo largo de 13 canciones -y 51 minutos de duración- un repertorio que es, al mismo tiempo, cancionero popular y manifiesto político. “Gracias a la vida”, “Como la cigarra”, “Duerme negrito”, “Serenata para la tierra de uno” y “Canción con todos” no funcionan aquí como simples clásicos, sino como piezas cargadas de contexto, memoria y sentido colectivo.
Más que canciones: palabras que quedan
Uno de los rasgos más conmovedores del disco es que Mercedes no se limita a cantar. Entre tema y tema, habla, nombra autores, recuerda ausencias y sitúa cada canción dentro de una trama histórica compartida. En el primer track, “Palabras de Mercedes Sosa”, un conductor italoparlante la presenta como “la voz de un continente”, antes de que sea la propia artista quien cierre con una frase que resume el espíritu de todo el registro: “Nada que está prohibido pero ha entrado en el corazón del pueblo puede ser olvidado”.
Más adelante, al presentar “Serenata para la tierra de uno”, confiesa que canta “para nuestra patria, para nuestros dolores, para nuestras frustraciones y, por qué no, también para nuestras alegrías y nuestro amor”. Y antes de “Como la cigarra”, recuerda el “año muy duro” que atravesaba, haciendo de la canción una respuesta directa a su propio estado de ánimo. En esas intervenciones habladas, el álbum se revela como algo más que un documento musical: es testimonio vivo de una época.
Restaurar sin borrar la historia
La historia detrás de este rescate es también una aventura técnica y afectiva. El material original provenía de un archivo VHS que había circulado en Internet con muy baja calidad. La restauración y remasterización estuvo a cargo del ingeniero Conrado Silvela, desde el Estudio de Mastering Analógico Casa Rara, junto a Producciones Matus, encabezada por Araceli y Agustín Matus, nietos de la artista.
“Fue un trabajo arduo de restauración por la doble degradación del material: primero del VHS y después por Internet”, explicó Silvela. Lejos de buscar una modernización forzada, el objetivo fue preservar la dinámica original y tratar la voz de Mercedes como una presencia viva, no como un mito intocable. El resultado es una mejora sustancial en la definición sonora, donde emergen con nueva profundidad los silencios, las respiraciones y la atmósfera del estudio de Lugano (en el Tesino suizo).
“Es una puesta en valor de un documento de época. Lo que canta y dice Mercedes en el disco es tremendamente actual”, agrega el ingeniero. Desde Producciones Matus lo resumen con claridad: la voz de Mercedes “narra el compromiso con la vida y las ideas en medio del exilio, con la hondura y la verdad que la convirtieron en una figura esencial de la música latinoamericana”.
Diseñar el tiempo
El trabajo curatorial se completa con un cuidado diseño de portada realizado por Nicolás Baumgartner para Estudio HelloBanganga. La imagen dialoga con la estética gráfica de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, combinando tipografías sans geométricas propias del lenguaje televisivo de la época con una fotografía tratada como archivo. Sin nostalgia ni actualización forzada, la propuesta visual acompaña la idea central del proyecto: preservar sin congelar, traer al presente sin borrar el tiempo.
Esa coherencia también se refleja en el orden del repertorio. No es casual que el disco cierre con “Canción con todos”. Aún lejos de la Argentina, Mercedes elige terminar cantando a una América Latina unida “por todas las voces todas”, en un gesto que funciona como cierre musical y declaración política.
Un documento que sigue hablando
A 45 años de aquella presentación íntima y prácticamente secreta, “Mercedes Sosa - Suiza 1980” llega finalmente al público como una invitación a detener el tiempo y volver a escuchar. No para celebrar el pasado, sino para confirmar que hay voces que regresan porque todavía tienen algo urgente que decir.
Escuchar este disco es estar, por un momento, en aquel estudio de televisión en Suiza, frente a una Mercedes Sosa lúcida, vulnerable y profundamente comprometida. Una voz que, incluso desde el exilio, nunca dejó de pensarse como parte de todos.