Este lunes un buque de la Guardia Costera china y un destructor de la Armada de ese país protagonizaron una colisión en plena persecución a la patrullera filipina BRP Suluan. El episodio ocurrió cerca del atolón de Scarborough (Bajo de Masinloc), un área estratégica en disputa entre Manila y Pekín.
Imágenes difundidas por la Guardia Costera de Filipinas muestran al cutter chino CCG 3104 realizando una maniobra brusca para interceptar a la embarcación filipina. El giro inesperado lo llevó a impactar contra un destructor tipo 052D que navegaba en paralelo, provocando daños severos en el castillo de proa del buque de la Guardia Costera, que quedó fuera de servicio.
Reacciones opuestas
Desde Filipinas, el vocero Jay Tarriela afirmó que el hostigamiento chino fue “intencional” y “temerario”, además de confirmar que se ofreció asistencia al barco dañado, oferta que no obtuvo respuesta.
China, en cambio, aseguró que sus operaciones fueron “profesionales y legítimas”, justificando la persecución como una medida para “expulsar” a buques filipinos de lo que considera sus aguas jurisdiccionales, sin mencionar la colisión.
Dos buques chinos colisionaron.Contexto de creciente tensión
El Mar de China Meridional es un punto de fricción constante por su importancia estratégica y sus recursos pesqueros y energéticos. Scarborough Shoal ha sido escenario recurrente de incidentes navales desde 2012, cuando China tomó el control del atolón.
Este choque se produce en medio de operaciones conjuntas entre Filipinas e India en la zona, así como del respaldo internacional que Manila recibe de aliados como Estados Unidos y Japón. Expertos advierten que la creciente frecuencia de maniobras arriesgadas aumenta el riesgo de un accidente con consecuencias diplomáticas graves.
Dos embarcaciones de China chocaron mientras perseguían a un patrullero de Filipinas. Crédito: @NoticiaFrancoAnalistas militares señalaron que el incidente no solo es un reflejo de la disputa territorial, sino también un síntoma de la creciente competencia naval en la región. La presencia de múltiples actores con agendas opuestas convierte al Mar de China Meridional en uno de los puntos más volátiles del planeta, donde un error de cálculo podría desencadenar una crisis de alcance internacional.
En 2016, el Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya falló a favor de Filipinas, declarando que las reclamaciones chinas sobre la “línea de nueve trazos” no tenían base legal. Sin embargo, Pekín rechazó el dictamen y continuó reforzando su presencia militar en la zona, instalando estructuras y desplegando buques en torno a arrecifes y atolones estratégicos como Scarborough Shoal.
La colisión entre dos embarcaciones chinas en una operación contra Filipinas no solo expone fallas de coordinación en las fuerzas marítimas de Pekín, sino que también refleja el nivel de tensión que domina el Mar de China Meridional. Cada nuevo incidente parece empujar la región un paso más cerca de una crisis abierta.