La Primera Sala del Supremo Tribunal convocó audiencias extraordinarias para los días 2, 3, 9, 10 y 12 de septiembre. El tribunal podría extender la duración de las sesiones según la cantidad de pruebas y alegatos presentados.
El Supremo Tribunal Federal de Brasil fijó la fecha para el inicio del juicio oral contra el expresidente, en un proceso que podría extenderse durante varias jornadas. En caso de condena, el exmandatario enfrentaría una pena de hasta 40 años de prisión.

La Primera Sala del Supremo Tribunal convocó audiencias extraordinarias para los días 2, 3, 9, 10 y 12 de septiembre. El tribunal podría extender la duración de las sesiones según la cantidad de pruebas y alegatos presentados.
El magistrado Cristiano Zanin, presidente de la sala, estableció que tanto la fiscalía como la defensa contarán con una hora para sus respectivos alegatos orales, aunque podría autorizarse una ampliación del tiempo en función de la cantidad de acusados.
Bolsonaro está acusado de liderar una trama para intentar frenar la asunción presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva en enero de 2023. Las imputaciones incluyen intento de golpe de Estado, asociación criminal, abolición del Estado democrático de derecho y deterioro del patrimonio público.
Junto a él serán juzgados otros siete implicados, todos considerados parte del núcleo central de la presunta conspiración.
El volumen y complejidad de las pruebas reunidas por la fiscalía podrían extender el juicio más allá de las fechas previstas. Se estima que la primera jornada podría implicar una exposición de pruebas de hasta 27 horas continuas, una duración inédita en la historia reciente del Supremo Tribunal.
El juicio a Bolsonaro representa uno de los momentos más tensos de la política brasileña desde el regreso de la democracia. El desarrollo del proceso será seguido de cerca tanto por actores políticos nacionales como por la comunidad internacional. En juego está no solo el futuro personal del expresidente, sino también la consolidación del sistema democrático en Brasil.
El proceso judicial tiene lugar en un contexto de fuerte polarización política. Sectores bolsonaristas continúan movilizados en defensa del expresidente, mientras que organismos de derechos humanos y amplios sectores del oficialismo exigen una condena ejemplar.
La tensión se refleja también en las redes sociales, donde el caso genera un alto nivel de debate y enfrentamiento entre simpatizantes y detractores del exmandatario.
Una eventual condena agravaría aún más la situación política de Bolsonaro, quien ya fue inhabilitado para ejercer cargos públicos hasta 2030. Además, consolidaría un precedente histórico dentro del sistema judicial brasileño al juzgar por primera vez a un expresidente por su participación en un intento de subvertir el orden democrático.
La causa también podría provocar un reordenamiento en la oposición, debilitando al bolsonarismo como fuerza electoral.
Con una posible pena de hasta 40 años de prisión, el juicio contra Bolsonaro se perfila como uno de los procesos judiciales más trascendentes del país. Las primeras audiencias, previstas para septiembre, marcarán el inicio de un capítulo clave en la búsqueda de justicia tras la crisis institucional que sacudió a Brasil en 2023.




