"¡Camaradas, debemos saberlo todo!" Este fue el mensaje que Erich Mielke, jefe del Ministerio de Seguridad del Estado, o Stasi -la policía secreta de la República Democrática Alemana (RDA) desde 1957 hasta 1989-, transmitió a sus empleados. Los espías de la Stasi podían acechar en cualquier lugar: entre colegas, entre amigos. Su tarea: identificar a los "enemigos públicos".
Desde la perspectiva del régimen de la RDA (Alemania Oriental), estos eran personas que criticaban el sistema y se aliaban con el "enemigo de clase", es decir, los capitalistas "imperialistas" o "fascistas" de Occidente. Para proteger a los ciudadanos de la RDA de la supuesta amenaza occidental, se construyó el Muro de Berlín en 1961 como una "barrera protectora antifascista".
El Muro de Berlín tenía como objetivo proteger a los ciudadanos de la RDA del "Occidente decadente".Todos eran sospechosos. La Stasi, fundada en 1950, lo tenía todo bajo control. Se consideraba a sí misma el escudo y la espada del Partido Socialista Unificado de Alemania (SED, por sus siglas en alemán), que debía neutralizar a todos los enemigos y así asegurar el dominio del partido gobernante en la RDA.
Los agentes de la Stasi abrían el correo, interceptaban llamadas telefónicas y accedían sin autorización a domicilios. Intimidaban a la gente y difundían rumores. Un buen número de ciudadanos de la RDA acabaron en prisión por criticar al régimen.
Para la Stasi, también conocida como "La Firma" o "Horch und Guck" ("Escucha y Observa"), trabajaron a finales de 1989 alrededor de 90.000 empleados a tiempo completo y entre 100.000 y 200.000 empleados "no oficiales", es decir, informantes que, voluntariamente o bajo presión, revelaron la "mala conducta" de amigos y familiares.
Para la Stasi trabajaron a finales de 1989 alrededor de 90.000 empleados a tiempo completo y entre 100.000 y 200.000 empleados "no oficiales"
Pero,... ¿por qué decidían trabajar para la Stasi? "Podría haber sido la sensación del poder que ejercían sobre sus semejantes. Pero también por tradición familiar, que comenzó con sus padres e incluso abuelos", dijo el historiador Philipp Springer.
Para su libro "Die Hauptamtlichen" ("Los funcionarios a tiempo completo"), Springer desenterró fotografías poco conocidas de los archivos de la Stasi, que muestran a empleados trabajando.
"Quizás vivieron a lo James Bond si era destinados al extranjero y espiaban encubierto, por así decirlo", reconoció Springer. "Si los destinaban a la RDA, en áreas que no estaban tan estrechamente relacionadas con el espionaje real, su tarea no era ni de lejos tan emocionante como se podría imaginar", completó el concepto.
(*) Nota de Suzanne Cords, adaptada para su publicación en El Litoral.