La arquidiócesis de Paraná confirmó este viernes el fallecimiento del cardenal Estanislao Esteban Karlic a los 99 años. La noticia fue comunicada por la oficina de prensa y comunicación del Episcopado argentino, que expresó: “Con profundo pesar informamos que hoy viernes 8 de agosto el cardenal Estanislao Esteban Karlic ha partido a la casa del Padre”.
Karlic fue una figura central de la Iglesia Católica en la Argentina. Nació el 7 de febrero de 1926, fue arzobispo de Paraná y creado cardenal por el Papa Benedicto XVI en 2007. Durante su extensa trayectoria eclesiástica, fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina entre 1996 y 2002.
A los 99 años, era el obispo emérito más longevo de la Argentina. Crédito: UCSF.Una vida dedicada a la Iglesia
La Iglesia entrerriana lo despidió con un mensaje de profundo afecto. “Junto a nuestro arzobispo Monseñor Raúl Martín y nuestro arzobispo emérito Juan Alberto Puiggari, como Iglesia en Paraná encomendamos su alma a nuestra Madre del Rosario”, indicaron en un comunicado.
Karlic fue el obispo emérito más longevo del país y uno de los pocos cardenales en el mundo que alcanzaron la edad de 99 años. Su papel como referente teológico, pastoral y doctrinal fue valorado tanto en el ámbito local como en el Vaticano.
El papa León XIV lo llamó para agradecerle su servicio a la Iglesia.El llamado del Papa León XIV
Una anécdota reciente revela la importancia espiritual que Karlic conservó hasta sus últimos días. El martes 20 de mayo, el Papa León XIV lo llamó personalmente desde Roma para transmitirle su cercanía.
“En español, con voz clara y serena, tal como lo hemos escuchado hablar, le dijo a monseñor que él personalmente le debía mucho, que la Iglesia había recibido muchos servicios valiosos de parte del cardenal y que en la situación presente continuaba sirviéndola”, informaron desde el entorno del prelado.
Antes de despedirse, el pontífice le expresó: “La Iglesia reza por usted, y yo en persona también lo hago”. El gesto conmovió a quienes acompañaban a Karlic y fue descripto como “un momento de enorme gracia que dejó una paz muy profunda”.