Considerada como la primera gran novela de Georges Ribemont-Dessaignes, y novela dadaísta por excelencia, "Céleste Ugolin" se presenta como un alucinante laberinto. Ya desde la primera página, el lector se halla ante el enigma de su refractaria lectura.
Su desaforado protagonista -inolvidable por sus peripecias transgresoras-, hace de la destrucción su Beatriz. Dadá, recordemos, no reconoce normas, leyes ni razones. De ahí las frases imposibles, los dobles y triples sentidos, los juegos de palabras, y los juegos con las palabras.
"Céleste Ugolin" se desarrolla en un Irán poderoso pero dividido, en el que un chofer del ejército, Behruz, regresa a casa. La novela explora temas como el destino de una huérfana, la violencia interior, la ironía y la parodia de la vida y el amor."Céleste Ugolin" es, felizmente, una novela que no respeta ninguna convención, ni coherencia, ni verosimilitud, ni lógica ni moral. Y es, por lo tanto, creación pura. Lo que implica, además, el ridículo de crear y de la cosa creada.
Ribemont-Dessaignes elabora esa fluidez, esa ondulación de serpiente que no sabe en qué momento preciso avanza a través de imágenes hipnóticas y sugerentes. Subvierte la realidad a través de una tumultuosa exaltación de la irracionalidad. Un dictado mágico único e irrepetible.
¿La vergüenza de la conciencia de la nada? Tal vez. Publicado en 1926, el libro contiene ya todas las obsesiones de su autor -la locura, el erotismo, la poesía, la libertad, los sueños, la crueldad, el amor-, a la vez que una crítica ya que además se enfrenta al movimiento dadá y lo hace -saltando de frase en frase-, de forma satírica y cargada de humor negro.
Ni André Breton ni Francis Picabia ni Tristan Tzara, ni tan siquiera el propio Pablo Picasso, se libran de sus dardos envenenados, como tampoco ninguno de los "ismos" de la época -cubismo, surrealismo, comunismo-, con sus respectivos lenguajes y manifiestos. De este modo, "Céleste Ugolin" opera como un ejercicio de estilo arrollador: lapidario.
Materialista, desesperada, disociada de sí misma; su lectura es un delirio galopante. Azar y automatismo, en uno de los libros más contundentes del siglo pasado. El prólogo y traducción son de Manuel Arranz.
Georges Ribemont-Dessaignes (1884-1974) fue un escritor, poeta, dramaturgo y pintor francés. Alrededor de 1915, junto a Marcel Duchamp y el propio Picabia, inició en París el movimiento que en 1916 en Zúrich, Tzara llamará "Dada".
A partir de 1920, participó en todas las actividades del movimiento dadaísta y se dirá de él que había escrito "el único teatro dada, la única música dada", anticipando en esos dos ámbitos los desarrollos ulteriores de temas como el absurdo y el recurso a lo aleatorio.
+ INFO
"Céleste Ugolin", novela de Georges Ribemont-Dessaignes. Traducción de Manuel Arranz. Hermida Editores, Madrid, España. Año 2019 (164 páginas).