Las Flores: el barrio con paredes que hablan (Parte I)

"Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como explican todos los libros de historia de la economía, pero estos trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos" - Italo Calvino ("Las ciudades invisibles")

Mariano Mariani es profesor en Filosofía, especialista en Derechos Humanos y especialista en políticas públicas para las infancias. Junto a su esposa, Eugenia Zorzi, profesora de educación física y diplomada en deporte, crearon hace un par de años el colectivo de actividades diversas denominado "Escuela Lúdica", propuesta que resignifica y defiende los espacios públicos en clave de infancias.

Mariano y Eugenia viven en el barrio Las Flores 2. Además de desarrollar "Escuela Lúdica", desde hace más de siete años llevan adelante diversas propuestas de filosofía con las infancias la zona norte de la ciudad de Santa Fe, así como talleres literarios, espacios recreativos con niños y otras acciones concordantes. Lo hicieron en El Alero de Las Flores 2, en centros de acción familiar, en asociaciones civiles y en bibliotecas. Además crearon la murga "Chicharritas", con 35 niños.

"Todo a pulmón y puro corazón", nos cuenta Mariano, quien también habló de una de las características más sobresalientes de su barrio, en el que vive desde hace más de cuarenta años: mientras que hay ciudades que no dicen nada, con fríos y grises edificios que "no dan cuenta de lo que somos", ese no es el caso de Las Flores 2. "Hay en él una presencia que poco a poco va creciendo y que no dejará que el silencio gane: el barrio Las Flores 2 tiene paredes que hablan, nos dicen sobre su identidad y luchan por que la voz barrial acompañe lo mágicamente cotidiano", comenta.

"A lo largo de su laberíntica fisonomía, entre torres, monobloc, pasillos, plazas, plazoletas y senderos, nuestro barrio aloja sus testimonios, sus murales y grafitis", agrega. Son murales que muestran resistencia, enfatiza, "grafitis que tienen contenido político, recuerdan personas, invitan a reflexionar, que les dan peculiaridad a lugares invisibles y hacen que un paseo por el barrio sea similar a una galería de arte al aire libre".

Mariano insiste en que los murales son "una forma de avasallar el anonimato e insensibilidad de arquitecturas de la mudez y la soledad". Las palabras y el arte de los grafitis –remarca una y otra vez- gritan e invitan a salir de la indiferencia y el trajín cotidiano. "Es un detenerse en ellos, pero sobre todo en un nosotros, quizás una de las urgencias de la vida acelerada a la cual asistimos", acota.

Finalmente, recuerda que con estas expresiones artísticas "el espacio se hace común, se hace público en la medida que puede ser habitado y revisitado por nuestras acciones, por nuestra mirada, por cada detalle que lee las huellas de lo humano y se anima a crear nuevas como mensajes que intentan salvaguardar nuestra esencia a la posteridad".

Y cómo él bien lo dice, aquí solo va una muestra, "pasen y vean…".