La gran mayoría de las personas que trabajan, lo hacen ad honorem. Todos quieren recuperar las instalaciones de la vieja confitería Neptuno, que tras quedar abandonada durante años y sufrir el deterioro por el paso del tiempo, el club Juventud Unida gestionó su adquisición para iniciar obras y reconvertirlo en un espacio funcional a la comunidad. Paso a paso y después de mucho tiempo se está poniendo en valor este sitio.
Hoy el grueso de las tareas se concentra en albañilería y ya se logró reconstruir el salón mayor, con un recambio importante en los techos y colocación de aberturas. Además, la comisión de este proyecto mostró la recuperación de la cancha de paddle -que ya está en funcionamiento- y cómo mejoraron el sector de camping. Por otra parte, pudieron concretaron obras de revoque y pintura en distintas paredes del patio y están nivelando la cancha de fútbol 5.
Entre los próximos objetivos a cumplir se encuentra el restablecimiento de los servicios de agua potable, con la implementación de tanques y cañerías para que los suministros lleguen a todas las zonas del complejo. También se proyecta la construcción de un nuevo baño en el sector deportivo, a instancias de las canchas de paddle y fútbol 5.
Durante febrero y marzo las restauraciones continuarán en los baños mayores del complejo (cercanos al natatorio), en distintas paredes interiores del salón de eventos y en la pileta de niños que poseían filtraciones. Será una etapa de arreglos donde también se planificará la nueva instalación eléctrica, colocación de luminarias y cielo raso, fijación de aberturas y tareas de revoque-pintura en el frente del edificio.
La historia de Neptuno se remonta al año 1970. La familia de Norberto “Pichón” CugnoFlis fue la que en 1968 comenzó las obras de una pileta de natación, ya que en aquellos años no había natatorio público y las privadas se contaban con los dedos de la mano. Dos años más tarde fue inaugurado ese “balneario” con el nombre de Recreo Caribe.
El nombre lo adoptaron en 1972 y así se lo conoció históricamente. En la década del 90 incorporaron canchas de pádel, de fútbol y parrilleros. El ocaso le llegó a mediados de los 90 (precisamente 1996-1997). Desde esos años el complejo funcionó alquilado.
Estuvo abierto normalmente hasta 1997 para cerrar finalmente en 2003. Desde ese año quedó abandonado y en el 2019 el Club Juventud Unida, que había adquirido el terreno, comenzó las obras de reciclado del predio.
En la década de los 80 y 90, recibía los fines de semana en su boliche bailable a visitantes de gran parte de las localidades vecinas. Era verdaderamente un éxito de convocatoria, fundamentalmente para las fiestas de fin de año, 24 y 31 de diciembre.
Ese boliche, junto a "Mi Noche" (Wheelwright), "Sotembo" (Elortondo) o "Pancho Fredy" -luego llamado "Tío Francis"- (Venado Tuerto) son los más antiguos y los que más perduraron. De hecho, este último sigue funcionando y los otros cerraron sus puertas hace varios años.