Por primera vez en Latinoamérica, un hospital logró obtener y trasplantar órganos de un donante adulto luego de una parada cardíaca controlada.
La directora del Cudaio, Cecilia Andrada, explicó en qué consiste la técnica que permitió ablacionar corazón, hígado y riñones de un donante adulto después de la parada cardíaca. Es el primer procedimiento de este tipo realizado en toda Latinoamérica.

Por primera vez en Latinoamérica, un hospital logró obtener y trasplantar órganos de un donante adulto luego de una parada cardíaca controlada.
El procedimiento se realizó en el Hospital José María Cullen de la ciudad de Santa Fe y permitió la ablación de corazón, hígado y riñones. La intervención marcó un antes y un después para la medicina pública de la provincia y fue resultado del trabajo conjunto entre el Cudaio, el Ministerio de Salud y el equipo médico del hospital.
La asistolia controlada es una técnica innovadora que amplía las posibilidades de donación de órganos. A diferencia de la donación tradicional por muerte encefálica, en la que el corazón del donante aún late, en este caso el corazón se detiene y, una vez declarado el fallecimiento, se inicia el proceso de ablación para obtener los órganos viables.
“La asistolia controlada es un proceso que nos permite disponer de órganos para trasplante después de una parada cardíaca”, explicó la directora del Cudaio, Cecilia Andrada.
“A diferencia de los casos de muerte encefálica, donde el corazón aún late, en este procedimiento el corazón deja de latir y, luego de la declaración del fallecimiento, se pueden obtener órganos viables para trasplante”, agregó.
Según la especialista, este tipo de donación ya se aplica con éxito en Europa y Estados Unidos, donde incluso se pueden donar los mismos órganos que en los casos de muerte cerebral. “Se pueden donar corazón, pulmones, hígado, riñones, páncreas, intestino… absolutamente los mismos órganos”, detalló Andrada.
La directora del Cudaio explicó que la asistolia controlada se realiza en un entorno controlado y con un equipo altamente especializado. “El proceso comienza con una parada cardíaca controlada, lo que significa que se produce en un ambiente hospitalario y con supervisión médica. Luego, una vez declarado el fallecimiento, se inicia la ablación de los órganos”, describió.
El tiempo de la intervención depende de la cantidad de órganos a extraer. “El inicio de la ablación se da tras la parada cardíaca, y el proceso puede llevar más o menos tiempo según la cantidad de órganos que se procuren”, señaló.
Una de las claves que garantiza la viabilidad de los órganos es el uso de tecnología de perfusión, que mantiene la oxigenación y circulación sanguínea de los órganos luego de la parada cardíaca.
“Después de realizada la parada cardíaca, se conectan los órganos a una máquina que realiza una perfusión y los mantiene oxigenados. Luego se les hacen pruebas periódicas para evaluar cuánto sufrieron por la falta de latido”, explicó Andrada.
Gracias a este procedimiento, los médicos pueden determinar con precisión si los órganos son aptos para trasplante. “No existe la certeza absoluta, porque en medicina no hay matemáticas, pero sí sabemos que los órganos tienen la misma viabilidad que los obtenidos en casos de muerte encefálica”, afirmó.
La intervención realizada en el Cullen marca un precedente para toda Latinoamérica, no solo por su complejidad técnica, sino también por la capacitación y la coordinación que requirió entre los distintos equipos de salud.
“La relevancia que tiene este procedimiento para la provincia de Santa Fe es enorme. Es el primer caso en toda Latinoamérica en el que, en una persona adulta, se pudo realizar la ablación de corazón, hígado y riñones”, subrayó Andrada.
Hasta ahora, en el país solo se habían hecho donaciones en asistolia en pacientes pediátricos, pero nunca se había logrado hacerlo en un adulto con donación cardíaca. “Ya se habían realizado ablaciones de hígado y riñones, pero esta es la primera vez que se incluye el corazón”, detalló la funcionaria.
El logro fue posible gracias a un entrenamiento intensivo de los equipos del hospital y a la incorporación de tecnología de última generación. La técnica, que requiere una infraestructura de cuidados intensivos y soporte vital extracorpóreo, abre una nueva etapa para la procuración de órganos en Argentina.
La donación en asistolia controlada representa una nueva esperanza para miles de pacientes en lista de espera. Solo en Argentina hay más de 7.000 personas que necesitan un trasplante, y cada nuevo procedimiento de este tipo amplía las posibilidades de salvar vidas.
Desde el Cudaio destacan que la provincia de Santa Fe se consolido como una de las más activas en materia de donación de órganos, gracias al compromiso de los equipos médicos y al acompañamiento de las familias donantes.




