Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
El viernes una embarazada asaltada y golpeada (A. del Valle 7700). El sábado, un dramático hecho en una pilchería (A. del Valle 7600). El domingo, el asesinato de Pablo Goytía (A. del Valle 7800). Los vecinos hablan de zona liberada.

Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
El robo seguido de muerte sufrido por Pablo Goytía habría corrido el velo sobre una zona virtualmente liberada para la delincuencia.
Se trata del sector comprendido por avenida Aristóbulo del Valle, en el tramo que va desde 12 de Infantería hasta Larrea.
En poco menos de 72 horas dicha área fue escenario de violentos atracos, los que culminaron trágicamente ayer con el caso Goytía.
Golpes a una embarazada
* La seguidilla de hechos delictivos arrancó la mañana del viernes en A. del Valle al 7700 donde una mujer embarazada fue asaltada y golpeada por “motochorros”, los que le sustrajeron una cartera donde llevaba una gruesa suma de dinero.
Cerca de las 9.30 la joven, que es empleada de la distribuidora mayorista Vázquez, salió del lugar a bordo de una motocicleta, en dirección a una entidad bancaria donde debía realizar un depósito. Pero dicho trámite no pudo ser cumplido.
Estaba todavía en el playón de acceso, cuando de repente aparecieron en escena dos sujetos, los que se conducían a bordo de una moto. De los malvivientes se supo que estaban muy bien vestidos y que cubrían sus rostros con los cascos.
Uno de los rufianes se lanzó contra la mujer. La embestida fue tan violenta que la víctima perdió su estabilidad y cayó al suelo.
Poco le importó al delincuente el estado de gravidez de la joven, ya que la revolcó por el piso hasta que finalmente logró apoderarse de su cartera. Una vez logrado su objetivo los ladrones se alejaron del lugar a toda velocidad.
Como consecuencia del ataque la mujer padeció una severa crisis de nervios, lo que motivó el urgente pedido de auxilio a los servicios de emergencias.
A punta de pistola
* La tarde del sábado un delincuente armado con un revólver de grueso calibre ingresó a un comercio de A. del Valle 7600 donde amenazó a propietarios y clientes.
“Eran las 19 y la tarde transcurría con normalidad. Estábamos con mi papá y tres clientes -dos mujeres y un joven- cuando entró este tipo, que era robusto y tenía en una mano un revólver que me impresionó por el tamaño. Cuando me di cuenta, ya nos estaba apuntando y pedía plata. Parecía muy nervioso y dispuesto a todo. Me daba la sensación de que en cualquier momento iba a apretar el gatillo”, relató Romina Dodea, propietaria de la pilchería.
“Lo más triste es que a cinco cuadras de acá, en calle French, hay un destacamento con un hormiguero de policías. Están todos juntos, pero por acá no camina nadie. Entre Regimiento 12 de Infantería y Ayacucho, por avenida Aristóbulo del Valle no se ve ningún uniformado. Cuando se los necesita, nunca están”, se quejó Dodea.
Sin piedad
* Lo peor de esta secuencia se dio en la mañana del domingo, con Pablo Goytía asesinado a tiros por delincuentes que le robaron su moto.
Pablo había pasado la noche del sábado junto a sus amigos con los que practicaba Remo, en el Club Regatas.
El motivo del festejo era que Pablo había quedado efectivo en el Ferrocarril.
Cerca de las 6.30 el joven regresaba a su casa, en Pje. Paéz al 2400 (esto es en barrio Guadalupe Oeste), a bordo de su motocicleta cuando se vio interceptado por dos sujetos, que también estaban en moto. No se sabe si éstos últimos ya estaban en el lugar o si lo venían siguiendo.
Lo concreto es que sin dar tiempo a reacción alguna uno de los rufianes sacó un arma de fuego y comenzó a disparar contra la víctima.
Pese a que algunos de los proyectiles dieron en su cuerpo (tres al menos), Pablo aceleró su moto e intentó escapar.
Desde el Pje. Paéz llegó hasta 25 de Mayo y dobló a la derecha hasta llegar a Larrea. Una vez allí volvió a girar a la izquierda, pero unos metros antes de llegar a Aristóbulo del Valle cayó al suelo, frente a la entrada del supermercado El Túnel.
Los agresores, que venían detrás, no tuvieron nada de piedad. Mientras el joven agonizaba, uno de los malvivientes se apoderó de la moto de la víctima (una Honda Invicta 150 cc) y fugó a toda velocidad.




