Pase lo que pase con el final futbolístico de esta novela que terminará en un par de fechas en el ascenso, hay un balance que Unión cerrará como muy positivo después de mucho tiempo: la consolidación como patrimonio deportivo y económico de los jugadores de las divisiones inferiores de la institución.
Porque al listado que iniciaron Walter Yacob, Luis Assef y Gastón Carabajal, desde anoche empezó a asomar Rodrigo Acosta, un equilibrado volante central que reemplazó a Sartor, superó en la pulseada de la semana respecto al “Cabeza” Battión y ayer jugó como si fuera titular de toda la vida.
“Esto que está pasando quedó perfectamente acordado y firmado en la cláusula número 5 del proyecto Pilar del Tate: traer pocos refuerzos, potenciar los jugadores del club y cumplir de una vez por todas con darle bolilla a las divisiones inferiores”, se jactan tanto el vicepresidente Jorge Molina como el empresario Luis Spahn con esta realidad. Claro, ya se vive el clima electoral por López y Planes, tanto que en las inmediaciones del 15 de Abril aparecieron panfletos en rojo y blanco que aconsejaban respaldar la continuidad del oficialismo con los seguidores de Angel Malvicino.
Del otro lado, quienes proponen un modelo distinto, sostienen que “esta realidad deportiva es exclusiva de Carlos Alberto Trullet, porque es el “Cabezón” el que se la juega con los pibes de abajo. Como lo hizo siempre. Por eso, nuestro primer paso de gobierno será convencerlo para que siga y le firmaremos un contrato por tres años al otro día de ganar las elecciones”, sostienen quienes adhieren a la idea de Unión Rojiblanca, con “Cuqui” Vega y Rubén Decoud a la cabeza, quienes definieron ese uno-dos para las próximas elecciones del domingo 20 de mayo.
Intereses políticos al margen, de unos y otros, no se puede negar que Unión empezó a caminar de la mano de Trullet por el camino correcto. Ese camino tantas veces prometido desde la plataforma electoral y nunca desarrollado. Esa teoría a la que todos adherían y nadie llevaba al campo real de la práctica.
Los “viejos” del club
En realidad, el primer paso para solidificar esta idea de proyecto deportivo fue la determinación de Carlos Alberto Trullet -hace más de un año cuando volvió- para hacer sentir “útiles y necesarios” a jugadores como “Pipo” Desvaux, Ignacio Canuto, Leandro Sartor, Roberto Battión y Martín Zapata, por nombrar a los más importantes. Porque algunos habían sido prestados (Desvaux y Canuto a Ben Hur; Zapata por todos lados) y otros directamente estaban abandonados (Sartor, Battión).
Luego de haber analizado el terreno, el entrenador junto a los dirigentes le pegaron una vuelta de tornillo más a la idea del sentimiento de pertenencia. El segundo paso fue hacer el esfuerzo para “repatriar” a dos jugadores con “chapa” que se habían ido por las necesidades económicas de hacerlos dinero: el arquero Nereo Fernández y el delantero César Pereyra.
Así, Unión armó un tridente futbolístico: 1) revalorizó a los jugadores propios que estaban “pintados”, los llamados “viejos del club”: Desvaux, Canuto, Sartor, Battión, Zapata; 2) potenció, de a poco y de manera sólida, la inserción de los jugadores de las inferiores: Yacob, Assef, Carabajal, Rodrigo Acosta; 3) repatrió para darle contención a la movida del proyecto deportivo a jugadores de renombre para la divisional, como Nereo Fernández y César Pereyra. El resultado fue más que obvio: Unión jugó casi todos los partidos con una planilla titular donde el 75 por ciento se llena con la firma de los jugadores del club. Y esto, prometido tantas veces desde el palabrerío, es la primera vez que se cumple al pie de la letra. Sin atajos.
¿Qué queda a la hora del debe? Acaso la falta de acierto con un refuerzo que realmente marque diferencias. En esto, claro está, con Nereo y Pereyra al margen del análisis, porque uno ya los conocía a los dos a la perfección y sabía cuánto podían dar. Porque Barreto no pudo pagarle con goles al técnico, Fontana juega bien a la pelota pero es muy “lagunero”, Ruiz está para acompañar y tanto Marcos Torres como Peralta Pino son “blanditos” todavía porque les falta rodaje, algo que sólo dan los partidos.
El mérito de estar
Unión recibirá el sábado a Talleres (horario a confirmar), luego visitará a San Martín de Tucumán, se despedirá en el 15 de Abril contra Platense y terminará como visitante de Defensa. A cuatro fechas de un infartante final, el mérito más importante que tiene Unión es el de haberse puesto por primera vez en la Primera “B” Nacional el traje de protagonista, el que le corresponde por historia y convocatoria en una categoría de ascenso. Pero además, como se señala en el arranque de la nota, este Unión es protagonista consiguiendo la consolidación del patrimonio deportivo y futbolístico de la institución de la mano de Trullet.
La discusión de oficialistas y no oficialistas (teóricamente, no se les puede llamar opositores, porque hasta hace poco estuvieron todos en el mismo barco) de si tiene más mérito Trullet que “Pilar del Tate” o viceversa debiera trasladarse sólo a las urnas el 20 de mayo.
Porque Unión, por fin, disfruta de esta felicidad por una campaña protagonista con mezcla de orgullo por la receta con los jugadores del club que la están llevando a cabo. Es demasiado lindo este momento para que, una vez más, lo empañen las viejas discusiones internas dirigenciales a las cuales Unión nos acostumbró a todos los de afuera -hinchas, socios, periodismo- en los últimos tiempos.
































