Domingo 23.8.2020
/Última actualización 10:22
El año 1975 fue uno de los mejores de la historia de Unión. Marcó el inicio de un lustro brillante, que desembocó en tres torneos que se pelearon con enormes chances de sumar una estrella: el Metropolitano del 78, el Nacional del mismo año (perdió en la semifinal con River) y esa final del Nacional 79 que se "pierde" por la injusta reglamentación aún vigente del "gol de visitante vale doble". En ese contexto, hubo dos hechos que sucedieron en aquél 1975 que pocas veces se mencionó: 1) que Unión hizo una gira por Perú y Colombia y le ganó a la selección cafetera; 2) que se produjo la venta record del fútbol argentino, la de Leopoldo Jacinto Luque a River.
Esa historia arranca a principios de año, cuando se decide la llegada del Toto Lorenzo para revolucionar no sólo a Unión sino a todo el fútbol argentino. Lorenzo había sido bicampeón con San Lorenzo en el 72 y luego se fue a Europa para dirigir al Atlético de Madrid. En ese contexto, había una decisión del Toto de armar un plantel totalmente nuevo, pero hubo varios jugadores que venían de ganar el ascenso del 74 que se "resistieron" a dejar fácilmente su lugar. Uno de ellos era Leopoldo Luque, que años antes se había ido del club porque lo dejaron libre a los 18 años e inició un derrotero que tranquilamente lo podría haber dejado fuera del fútbol. Primero se fue a Gimnasia y Esgrima de Jujuy, luego a Central Norte de Salta, apenas unos meses en Rosario Central y el retorno a la "patria chica" para jugar en Atenas de Santo Tomé en la Liga.
A esta historia, Leopoldo la contó en varias ocasiones: "Yo quería jugar al fútbol y en Unión lo hice hasta los 18 años. A partir de ahí no me citaron más, ni como suplente. Gente del club me llegó a decir que no me alcanzaba para jugar. 'No le hagas perder el tiempo a tu padre ni a nosotros. ¿Por qué no seguís estudiando o te conseguís un trabajo?', llegó a decirme un dirigente. Ese día me fui al trotecito hasta mi casa en Guadalupe, se me caían las lágrimas. Cuando fui a Atenas, a jugar en la Liga, hice más de 30 goles en seis meses. Y a un periodista se le ocurrió poner en El Litoral: 'Los goles de Unión está en Atenas".
Cuando Leopoldo volvió a Unión, tampoco era titular. A veces jugaba de "9", pero en esa posición estaba Benito Valencia, un mendocino retacón, goleador, buen jugador. Como a Leo le gustaba arrancar de atrás, varias veces lo pusieron de "10", aunque el titular en ese lugar, generalmente, era Ramón Zanabria, el hermano de Mario, un muy buen jugador, cerebral y de gran pegada. Unión ascendió en el 74 y trajeron dos delanteros que andaban muy bien (Trossero y Marasco), más Víctor Rodolfo Marchetti, que alternaba con Victorio Cocco en esa función de armador y tranquilamente podía jugar más adelantado porque tenía gol. El Toto, por lo que se deduce, no lo tenía visto ni confiaba demasiado en Luque. Hasta que una noche de calor de febrero, antes del debut con Atlanta, Unión juega un amistoso con Patronato a cancha llena para presentar sus figuras.
Cocco venía de ganar todo con San Lorenzo y después de aquél año en Unión, se fue al Deportivo La Coruña de España. Ese mismo día del partido con Patronato, lo llama al Toto desde Buenos Aires y le dice: "Maestro, el avión sale con retraso, no llego al partido, no me cuente". El Toto lo puso a Luque en su lugar y fue la figura del partido.
-Flaco, si usted me hace caso y hace lo que yo le digo, termina jugando en un equipo grande y en la selección, ¿estamos de acuerdo?
Todavía se estaban saludando los jugadores en el centro de la cancha cuando se produjo esta escena. El Toto se metió corriendo a la cancha y fue derecho adónde estaba Luque. Se había ganado, así, el derecho de arrancar el torneo como titular. Con Mastrángelo y Tojo jugaron muchos partidos de aquél Metropolitano del 75, en el que Unión, recién ascendido, produjo la gran sorpresa desde el mismo arranque: ganó los primeros cinco partidos al hilo y perdió el invicto en la cancha de River.
Archivo El Litoral Willington Ortiz, varios años después de aquél partido, posando junto a Diego Maradona. Cuando enfrentó a Unión, el famoso crack colombiano tenía 23 años.Willington Ortiz, varios años después de aquél partido, posando junto a Diego Maradona. Cuando enfrentó a Unión, el famoso crack colombiano tenía 23 años.Foto: Archivo El Litoral
Esa tarde, la famosa tarde en que Aragón Cabrera, presidente de River le dijo a Súper Corral, presidente de Unión: "Súper, cerré las boleterías, colgué el cartelito de 'entradas agotadas", faltando más de una hora para el comienzo del encuentro, Luque marcó un gol. Y en la revancha, cuando Unión cedió la condición de local, fue a la cancha de Vélez, se trajo toda la recaudación y ganó 2 a 0, también marcó uno de los goles. Y el técnico de River, Angel Labruna -que de ver a un "9" y de hacer goles algo sabía- lo eligió para que reemplace a Morete en su River ya campeón.
Ese mismo Leopoldo Luque al que habían dejado libre, el que había jugado tres años antes en la Liga, el que llegó de vuelta a Unión para jugar el Regional (esa aventura equivocada de desafiliarse de Afa para llegar a Primera a través de ese torneo y jugar el Nacional), el que no terminaba de encontrar su lugar en el equipo de la B, en Primera estalló y tuvo un medio año impactante. Tanto, que César Luis Menotti lo eligió para integrar una de las selecciones que armó en aquélla búsqueda por cambiar la sintonía con la que venía el desgastante y desorganizado fútbol argentino. Justamente, el destino le tenía guardado un fin de semana para el olvido a manera de despedida oficial: un sábado, Leopoldo juega para Argentina ante Brasil en Rosario por el Sudamericano (pierde 1 a 0); al día siguiente juega para Unión el clásico del 3 a 2 en cancha de Colón, en el que es expulsado.
Pero todavía faltaba esa gira y esa venta, que fue la más importante hasta ese momento y marcó un record en nuestro país. Mientras el plantel jugaba en Perú y en Colombia, los dirigentes se reunían con los tres clubes interesados en comprarlo: Boca, River y Vélez. La oferta más importante fue la de los millonarios. Con Aragón Cabrera -un dirigente con el que Unión mantuvo estrechos lazos por entonces con la llegada de Mastrángelo, Jáuregui, Bottaniz y Marchetti- se llegó a un acuerdo que fue impactante: River pagó 750.000.000 de pesos moneda nacional de la época y saldó la deuda que Unión tenía por la contratación de Bottaniz, que era de 30.000.000 de pesos. Esto se produjo un jueves 18 de setiembre, cuando el plantel estaba recién llegado de Colombia y se preparaba para jugar el clásico del 1 a 1 (Trossero e Iman). Leopoldo se quedó en Buenos Aires, firmó y debutó tres días después, ni más ni menos que en un clásico ante Boca en la Bombonera, que River ganó y él marcó un gol. Para tener una dimensión de lo que pagó River aquella vez, basta con decir que fue 7 veces superior a la recaudación del Superclásico (eran tiempos en los que pagaban todos, incluidos los socios) y que un año antes, a principios del 74, Rosario Central le había pagado 130 millones de pesos a Instituto por el pase de Kempes, con una inflación anual del 24 por ciento en ese año de la muerte de Perón y haciendo la salvedad que el Rodrigazo de junio del 75 había disparado los precios por las nubes.
Días antes de aquella transferencia, Leopoldo dejaba su sello para siempre. Unión conseguía una resonante victoria ante la selección de Colombia, en Bogotá, cuando los cafeteros se preparaban para afrontar la parte final del Sudamericano (hoy Copa América). El mítico "El Campín" fue el escenario de aquél partido, jugado ante 50.000 espectadores y definido por la mínima diferencia, a los 18 minutos del primer tiempo, con un centro de Marchetti que capitalizó Leopoldo, convertido en la figura del partido. El equipo colombiano que era dirigido por Efraín "Caimán" Sánchez contó con una de sus más destacadas generaciones: Willington Ortiz, Diego Edison Umaña, Pedro Zape, Jairo Arboleda, Alfonso Cañon, Ponciano Castro y Ernesto Díaz, llevaron días después a la Selección al subcampeonato de América, perdiendo la final ante Perú. Además, por primera vez, dos extranjeros alcanzaron la nacionalidad: el argentino Hugo Horacio Londero (que jugó ante Unión) y el uruguayo Nelson Silva Pacheco. Pero la anécdota no termina allí: ¡Colombia llevaba 22 partidos sin perder y había ganado los últimos 14! Unión fue el culpable de ponerle punto final a aquél invicto.
Archivo El Litoral"Unión parecía el Real Madrid por la manera que nos trataban"
Heber Mastrángelo llegó a Unión procedente de River, tuvo un 75 espectacular y el Toto Lorenzo se lo llevó a Boca, donde ganó todo lo que un jugador de fútbol puede ganar en un club. Pero en Unión dejó una gran imagen y fue el goleador de ese Metropolitano.
Hace unos días, en un reportaje que le hizo el colega Emiliano Nunia en Superdeportivo Radio de Villa Trinidad, señaló que "yo tengo debilidad por Unión, mi hija es hincha de Unión, en su momento elegí irme a Santa Fe antes que quedarme en River y tampoco quise pasar a Independiente para quedarme en Unión. A Unión lo pongo por encima de Boca. Ese Unión de 1975 al que pertenecí, parecía el Real Madrid por cómo nos trataban. Fue extraordinario".
Luego hizo una referencia a Madelón y señaló que "en Unión, a Madelón le daban cualquier cosa y él armaba el equipo y después le vendían 7. Se fue por eso. Siempre le hacían lo mismo" y recordó cosas de su infancia: "Yo sufrí una pandemia peor: Tuve poliomielitis. Me acuerdo que el día anterior estaba saltando cunetas. Ese día fui a la habitación de mi mamá, me acosté y no pude levantarme más. Estuve un año sin poder moverme de la cama. Recuerdo que mi mamá me abrió las dos puertas grandes y yo veía como jugaban al fútbol los pibes. Todos los días mi mamá me hacía masajes. Lo extraño fue que, cuando me recuperé, nunca mas me resfrié y tampoco me desgarré".
Por último contó anécdotas de Lorenzo: "El era una locura, estaba lleno de locuras. Un día había paro de trabajadores, esperó que termine el paro y nos hizo trabajar a la medianoche. Con esas locuras, te hacía ganar. Que me perdone Gallardo, pero no existe al lado del Toto Lorenzo. No existe ningún técnico al lado de Lorenzo. Es el único entrenador que hoy se levanta y dirige y así todo le lleva 20 años de distancia al resto de los entrenadores".